Por Paula Bravo Medina, Ana Melgar
(CNN Español) — Primero los hechos: no hay una sólida base científica para decir que la ivermectina es efectiva contra el covid-19. Pero tampoco hay evidencia suficiente, hasta ahora, para decir que...
no funciona para tratar o prevenir el covid-19.La medicina, usada ampliamente en el mundo para combatir parásitos, está siendo incluida en el plan de tratamiento de pacientes covid-19 de varios gobiernos de América Latina y por médicos particulares que la recomiendan de manera profiláctica y para casos de personas infectadas. Algunos doctores en la región afirman que sus pacientes han mejorado al darles la medicina y otros dicen que la toman para prevenir el covid-19, pues están constantemente expuestos a la enfermedad.
Lo cierto es que la comunidad médica está dividida.
“Ojalá que sirva. Ojalá que se pruebe”, dice el Dr. Elmer Huerta, oncólogo, especialista en Salud Pública y colaborador de CNN en Español. “Pero hasta que no haya prueba científica, creo que es irresponsable que los gobiernos, los políticos, la estén promoviendo con la creencia de que por no tener efectos secundarios puede ser usada por el público”.
“Nosotros la estamos utilizando y tenemos una buena experiencia con los usuarios aquí en la región. Creo que es una molécula segura y creo que puede ayudar a prevenir el coronavirus”, dice por su parte el doctor Marco Martínez, colombiano, médico especialista en medicina interna, y quien hace parte de los grupos Médicos Covid del Valle y Grupo Covid Cali, que han medicado a pacientes covid-19 con la ivermectina. En Colombia el Ministerio de Salud no la recomienda para el virus.
Las autoridades sanitarias de Venezuela, México, Honduras, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Perú y Bolivia recomiendan usar la ivermectina para pacientes covid-19 dentro de protocolos de atención, y también algunos de manera preventiva. Aunque no hay estudios suficientes para tener certeza –los que hay son escasos, dispares y en etapas muy tempranas– y organizaciones como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) no recomiendan tomarla, en América Latina se ha disparado la popularidad de la medicina y las personas la están comprando y consumiendo, algunos sin supervisión médica, algo que no es recomendable y puede ser peligroso para cualquier medicamento.
El doctor Fernando Valerio, intensivista en San Pedro Sula, en el norte de Honduras, desarrolló junto a un grupo de médicos dos protocolos que fueron avalados por el gobierno del país centroamericano para tratar a pacientes de covid-19 y que incluyen la ivermectina. “Nuestra intención no era contradecir a la Organización Mundial de la Salud. Nuestro objetivo era cambiar el destino de la vida de los pacientes”, explica Valerio.
¿Cómo llegó la ivermectina a ser considerada para el covid-19?
Es una medicina de bajo costo que, pese que se vende bajo prescripción médica en la mayoría de los países latinoamericanos, también es relativamente fácil comprarla en algunas farmacias sin receta. Además, la ivermectina ha sido usada por años para combatir exitosamente parásitos externos e internos en millones y millones de personas sin mayores efectos secundarios.
El atractivo de la ivermectina puede deberse en parte a los desafíos que enfrenta América Latina para autorizar, obtener y distribuir las vacunas contra el covid-19, pese que varios gobiernos han cerrado acuerdos con farmacéuticas y otros ya comenzaron a vacunar, aunque a marcha lenta
La ivermectina empezó a ser relacionada con el coronavirus en abril de 2020 con una prepublicación en una revista científica australiana en la que reportaron que, usando una cantidad muy superior a la dosis común de ivermectina, se podía impedir que el coronavirus ingresara a un tejido celular. El problema de este estudio, además de que la dosis era unas 50 veces más de lo que se receta comúnmente, es que se hizo in-vitro, no en pruebas con pacientes, grupo de control y demás requisitos para aprobar un tratamiento. Una prepublicación posterior dijo que aparentemente la ivermectina había ayudado a tratar a pacientes con covid-19 que necesitaron ventilación mecánica.
“Ninguno de los estudios fue revisado por pares ni publicado formalmente, y uno de ellos fue retirado posteriormente”, señala la OPS. “Mientras no existan evidencias de mayor calidad sobre la eficacia y seguridad de estos medicamentos, la OPS recomienda que se utilicen únicamente en el marco de estudios de investigación debidamente registrados, aprobados y éticamente aceptables”, añaden.
Los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. (NIH por sus siglas en inglés) recientemente dijeron que no hay suficientes datos para decir si la ivermectina ayuda contra el covid-19. Es decir, no afirma que funciona o no, sino que todavía no se ha probado nada. Esto marcó un cambio: pasaron de no recomendarla a tener una postura más neutra. La terapia con plasma convaleciente para pacientes covid-19 también fue marcada por los NIH en esta categoría.
Basado en esta posición más neutra de los NIH, el argumento de algunos médicos es recetarla y recomendarla de todas formas.
Los riesgos y los posibles beneficios
“Tiene un riesgo mínimo, realmente no pierdes nada en usarla en el tratamiento de esos pacientes”, dice el doctor Joseph Varón, jefe del Hospital United Memorial Medical Center de Houston. El doctor Varón y un grupo de médicos han hecho una alianza para el cuidado de pacientes de covid llamada Front Line Covid-19 Critical Care Alliance (FLCCC) y afirman, basado en observaciones clínicas, que la ivermectina se puede usar para el tratamiento temprano del covid-19 y para prevenir la infección.
“Yo a los pacientes que meto al hospital los pongo en ivermectina”, dijo Varón en conversación con CNN. “Esto no lo hacemos como si fuera vacuna, sino al contrario, lo hacemos como un escalón para ayudar a que la gente se pueda vacunar”.
El grupo FLCCC presentó recientemente a los Institutos Nacionales de Salud los datos de experiencias del uso clínico de la ivermectina contra el covid-19 en países como Bangladesh, India, Egipto, Perú, Brasil y República Dominicana, explica Varón.
“Nosotros, que estamos en el área clínica, vemos que los pacientes están mejorando con ivermectina. Y yo creo que es poco ético que a la mitad de los pacientes no les diera esa medicina que les puede salvar la vida”, dice Varón con respecto a si se necesitan más estudios que requieren que haya un grupo de control, a quienes se les da un placebo y no el medicamento.
Varón y el FLCCC también recomiendan la ivermectina de manera profiláctica para profesionales de la salud que trabajan con pacientes covid y para las personas que estuvieron en contacto con alguien positivo. “Sin embargo, la cosa más importante que los televidentes tienen que entender es que no debes de tomar la ivermectina sin haberlo discutido con tu médico”, añade.
Valerio, de Honduras, dice que al inicio de la lucha contra el covid-19 en su país era difícil hacer un estudio controlado para el desarrollo de los protocolos que incluyen la ivermectina. “En San Pedro Sula solo somos cinco intensivistas”, explica, y cuenta que “mirábamos pacientes en cinco hospitales, trabajábamos 20 horas al día, no podemos estar debajo del marco esperando que nos tiren todos los goles”. “El mejor laboratorio es ver cómo evolucionan los pacientes”, añade.
80% de los casos de covid-19 se recuperan solos
La cuestión con las observaciones clínicas es que no hay un control sobre los factores que llevan a un resultado.
El Dr. Huerta cita el caso de un estudio en Bangladesh, en el que los médicos afirmaron haber “curado” al 98% de los pacientes que trataron con ivermectina y doxiciclina, un antibiótico. “Más del 90% de pacientes con covid-19 se recuperan espontáneamente. Es posible que los pacientes pudieron haberse recuperado sin el uso de esas medicinas”, dice el Dr. Huerta.
“Esa ventana es utilizada por las personas que se lucran con esas terapias para venderlas como profilaxis”, le dijo en entrevista a CNN el Dr. Antonio Quispe, epidemiólogo peruano. Los estudios que existen sobre la ivermectina, explica, son muy dispares y no se ponen de acuerdo en cómo usar la medicina, en qué dosis ni cada cuántas horas.
En Guayaquil, Ecuador, una ciudad que fue el epicentro de la pandemia en América Latina entre marzo y abril de 2020, la Alcaldía comenzó este enero una campaña anual de desparasitación con ivermectina. “Hemos escogido este producto. Sí que lo he escogido porque podría tener a lo mejor sí, a lo mejor no, un efecto de protección, pero el covid también es cierto, pero no tenemos hasta el momento estudios suficientes”, afirma la alcaldesa Cynthia Viteri.
Sin embargo, el gobierno de Ecuador ha advertido que la ivermectina no se debe usar como tratamiento para el covid-19. En Perú se usa para pacientes ambulatorios con riesgo de complicaciones, pero el Ministerio de Salud no lo recomienda como tratamiento general. Tampoco lo recomiendan en Colombia, Argentina y República Dominicana, entre otros.
¿Por qué explota el consumo de un fármaco sobre el que no hay pruebas suficientes?
“El problema es la infodemia”, explica Quispe. “Genera mucho miedo en la población y este miedo es aprovechado por la gente que mal informa”. El epidemiólogo peruano señala que algunos de sus colegas recetan la ivermectina cada 20 días, pero dice que el fármaco se depura en el cuerpo en 18 horas, es decir que no queda ningún rastro en la sangre después de ese entonces.
Para Malaquías López Cervantes, profesor de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, que la gente se tome la ivermectina aun conociendo que no hay suficiente evidencia es “producto de la angustia, de la presión y de la prisa que impone enfrentar una situación de pandemia”.
“Yo creo que en América Latina tenemos una tendencia todavía a pensar en que hay soluciones mágicas, que cuando alguien empieza a decir que algo puede servir, la gente lo retoma y lo empieza a generalizar. Y también que tenemos una profesión médica no todavía suficientemente acostumbrada a esperar a que se establezcan los elementos científicos sólidos”, le dijo a CNN.
Mientras algunos en América Latina están dispuestos a confiar en la ivermectina sin evidencia científica comprobable y robusta, a medida que llegan las vacunas a la región, curiosamente ha crecido la desconfianza hacia estas, de las que se han hecho estudios en cientos de miles de personas, específicamente para covid-19, con resultados probados, y revisados por pares.
La ivermectina no es una medicina “mágica”
El Dr. Martínez, en Colombia, dice que la ivermectina por sí misma no es una solución. “No es una droga mágica”, afirma. “No, es una droga que ayuda y es una parte pequeñita del proceso terapéutico de intervención temprana”.
También, dice Martínez, depende del momento de la enfermedad, y siempre se debe hacer con asesoría médica. En varios de los países que la recomiendan, se usa en conjunto con otros tratamientos y medicinas.
El Dr. Valerio explica que en Honduras los protocolos desarrollados para tratar la enfermedad incluyen varios otros medicamentos, no solo la ivermectina. El estudio del Dr. Valerio y sus colegas fueron publicados y debatidos por pares en la Conferencia de la Enfermedad del Coronavirus (ECCMID) organizada en Suiza en septiembre de 2020 por la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID).
La incertidumbre que ha marcado este primer año de la pandemia ha llevado a las personas a buscar soluciones, muchas veces de cualquier forma y a cualquier costo, sin seguir las recomendaciones médicas.
“Ya ha pasado con el tema del dióxido de cloro”, advierte Pía Machuca, médica infectóloga y coordinadora de la Comisión de Emergentes y Enfermedades Endémicas de la Sociedad Argentina de Infectología, “hay que ser cuidadoso y poder entender un poco que por ahora la utilización para la ivermectina es como antiparasitario. Por ahora, para lo que covid está por verse”.
El dióxido de cloro, una sustancia que se utiliza principalmente para desinfectar suministros de agua potable, fue promocionado como tratamiento para el covid-19 a pesar de que no hay un solo estudio que demuestre su eficacia. En Argentina un niño de 5 años murió después de que se lo suministraran a “modo preventivo” contra el coronavirus. En Estados Unidos la iglesia Genesis II Church of Health and Healing vendía una “solución mágica” para tratar el virus que incluía dióxido de cloro hasta que un tribunal federal emitió una orden de restricción de emergencia para evitar que el grupo continuara distribuyendo ese producto.
Los efectos químicos y sociales de la ivermectina
Como todos los medicamentos, la ivermectina puede tener efectos adversos, sobre todo si se exceden las dosis recomendadas. Los más severos son neurotoxicidad, problemas gastrointestinales, alergias por intoxicación y urticaria, entre otros. También se pueden presentar vómitos, diarreas intensas, dolor muscular, cansancio y dolor de cabeza.
Esos son efectos químicos, pero hay otros que son sociales muy nocivos para la pandemia. Al creer falsamente que están protegidas por la ivermectina, las personas pueden bajar la guardia y descuidar las medidas de lavado de manos, distanciamiento físico, uso de tapabocas y otras. O peor, pueden tomar la ivermectina y luego ponerse adrede en una situación de riesgo pensando que no les va a pasar nada.
¿Qué se necesita para tener más evidencia de la ivermectina contra el covid-19?
Las farmacéuticas deberían interesarse en hacer estudios sobre la ivermectina, dice el Dr. Martínez.
“Hacer estudios cuesta mucho dinero. Qué bueno que ellos se interesaran en esa molécula para que nos sacaran de la duda que tiene todo el mundo”.
Actualmente hay más de 100 estudios en curso que buscan demostrar si la ivermectina podría llegar a ser útil para el covid-19. Estos estudios no necesariamente respaldan la efectividad del medicamento, pero buscan evidencia.
El Dr. Valerio confía en que organismos internacionales cambiarán su postura sobre la ivermectina, “creo que el tiempo nos dará la razón”.
Paradójicamente, el uso masivo de la ivermectina podría dificultar un estudio que pueda llevar a constatar o no su eficacia.
Según un artículo de la revista Nature, la popularidad del fármaco dificulta encontrar voluntarios que no la hayan tomado ya, algo necesario para comprobar si funciona en un estudio clínico, y además no se están “documentando los posibles efectos secundarios de la medicina, lo que significa que los valiosos datos sobre su seguridad se están perdiendo”.
Qué pasa si quiero tomarla?
La gente sigue comprando y tomando la ivermectina, a pesar de todo. Ese también es un hecho que no se puede negar y que los médicos deben abordar.
“Yo le explicaría a mi paciente que no hay evidencia ni a favor ni en contra”, dice el Dr. Huerta sobre este escenario.
Con información de Carolina Melo, Ignacio Grimaldi, Ana María Cañizares y Michael Roa de CNN en Español.
Nota del editor: Esta pieza fue modificada para incluir más información sobre las normas de Perú sobre la ivermectina.
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