doctor Honoris Causa y una de sus hijas es (o ha sido) trabajadora suya. No solo eso, el presidente del Congreso (ha sido o es) del plantel de trabajadores de la Universidad César Vallejo. Hasta el momento ninguna institución del Estado lo investiga por el dinero que invierte como cancha en su campaña electoral. Tiene problemas con la justicia, pero nadie lo toca. Es el compra- todo, el que dice pertenecer a otra estirpe. Todo hace suponer que los marcianos vendrán a votar por él.
Alan García se disputa la corona de la buena suerte, sale ileso y feliz de cuanto juicio tiene encima, luciendo una sonrisa cada vez más ancha y el volumen casi tan descomunal como su ego. Sus enemigos políticos terminan inclinándose ante su estampa. Ejemplo emblemático es la humanidad en demasía de su compañera de plancha y de marinera que gira alrededor suyo con un pañuelo blanco, humedecido con perfume de flores. Desde la tribuna, los narcos, sueltos en plaza, aplauden a la pareja agitando también el histórico pañuelo.
No se queda atrás el inefable Toledo. Lo vi lustrar recientemente los zapatos en el mercado al primer votante que halló en su camino. Él que durante su gobierno lustró elegantes y selectivos zapatos. Cada día tiene una nueva versión del dinero con el que adquirió la monumental residencia, materia de la investigación que lo atormenta, además de otras acusaciones que se avecinan. Tendría que tener mucha suerte para que lo declaren limpio de polvo y paja. Para él, en el Perú todo es posible.
La suertuda Keiko cosecha dinero para su campaña con polladas y sacrificadas rifas. Es la chochera de las encuestadoras y posee tanta suerte que ningún juez es capaz de poner en duda el origen de su dinero y no hay tribunal que le exija devolver el que usó del Estado para educarse en Estados Unidos. No es bueno hacerse de la vista gorda con los hallazgos encontrados por la policía en la fábrica de Kenji y en el avión presidencial volando y aterrizando como una mosca loca. Suele blindar a los parlamentarios de fuerza popular cuando la poli encuentra indicios de lavado de activos. Keiko, de llegar al poder, se prepara a instaurar la dictadura del empresariado.
Otro suertudo de marca mayor es Urresti. Se necesita un gran desparpajo del presidente, sin ningún respeto por él mismo ni por el pueblo peruano, para nombrar ministro del interior y ahora candidato presidencial de su partido (en pedazos) a quien está acusado de cometer un grave delito, por el cual se le sigue un proceso. Da la impresión de que bastaría ser un requisitoriado de la justicia para inscribirse como candidato a la presidencia de la República.
Me olvidaba del pintoresco PPK que se esfuerza por no parecer estadounidense. Este caballero en las elecciones pasadas pidió el voto por Keiko, lo que moralmente lo obliga a votar por ella.
De todas las candidaturas, Verónika es la excepción. Ha inaugurado la decencia en las actuales elecciones. La mayoría de los medios de comunicación la ocultan tratando de hacerla invisible. Será porque no tiene rabo de paja. Es preparada y valiente, tiene experiencia de trabajo parlamentario. Posee sensibilidad social y un amplio conocimiento del Perú. Tiene las cosas muy claras. Su programa de gobierno lo entiende hasta el más iletrado de nuestros candidatos.
Y ni hablar de Yehude Simon y Mercedes Aráoz, el Baguazo y la Baguaza; y otros y otras que andan tentando suerte al mejor postor, dando un mal ejemplo a las nuevas generaciones y apartándose de sus principios.
Votar por Acuña, PPK , Toledo, García o Urresti es votar por Keiko. El puercoespín (o la puercoespina) cuando se mira en el espejo hasta él se teme.
Publicado en: https://arturocorcuera.lamula.pe/2015/12/28/los-candidatos-de-la-suerte/vicionario/
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