Nueva ley de Reforma Magisterial, politiquería barata

Por el Mg. ALBERTO ALMIRON EHUI

Profesor del Colegio Independencia Americana

La última interpelación a la Ministra de Educación en el Congreso de la República, ha demostrado al país, la absoluta ignorancia en temas educativos por parte de los parlamentarios; es un ofensa a la dignidad profesional del maestro peruano, que tanto oficialistas y opositores desconozcan las características de la Ley de  Carrera Pública Magisterial Nº 29062,  Ley del Profesorado Nº 24029  y de la Nueva Ley Reforma Magisterial.

Los maestros del Perú debemos reconocer que la Ley del Profesorado (Nº 24029) está...

históricamente desactualizada, políticamente desfasada, es maestrocentrista, de orientación gerontocrática, que privilegia el curriculismo (curriculum vitae), que no se cumple desde que fue promulgada y que es la causa del atraso y pauperización social, profesional y económica del maestro peruano. Si esta ley fuera positiva y adecuada ni la educación, ni los maestros estaríamos en las condiciones de crisis educativa.

La carrera magisterial de la Ley del Profesorado (Nº 24029) actualmente vigente,  fue aprobada bajo fuertes presiones sindicales y en coyunturas políticas especiales, a finales de los gobiernos de Acción Popular y el APRA respectivamente, pero ningún gobierno ha respetado  ni cumplido.  Es tan antigua y desfasada, que hasta su propio nombre data de 1850, cuando el  gobierno de Ramón Castilla creó la Ley de Carrera Pública Magisterial.

No es justo que los docentes comprendidos en la Ley del Profesorado (Ley Nº 24029) tengan una carrera magisterial tan plana y/o uniforme, que no tome en cuenta las diferencias profesionales y académicas de los profesores.

¿Qué logros políticos, económicos y sociales hemos conseguido con paros de 24 y 48 horas que hacemos cada bimestre, defendiendo consignas dirigenciales? ¿Qué logros sociales y profesionales hemos conseguido con las huelgas nacionales indefinidas, defendiendo la Ley del Profesorado?

¿Entonces?  los maestros competentes y estudiosos ¿hasta cuándo vamos a marchar bajo la sombra del sindicalismo clasista?, es hora de aportar  al debate y la construcción de un Sistema Integral de Evaluación Docente.  Si un maestro demuestra incompetencia durante tres evaluaciones, no tiene por qué seguir en el magisterio, no puede darse el lujo de malograr el destino y el futuro de los hijos de los más pobres de nuestro país;  necesitamos juventudes con nueva filosofía de vida, pero eso se logra con maestros nuevos de mentalidad mundial, competentes y calificados. El Estado no tiene porque mantener tanta ineficiencia profesional en todas las instituciones públicas: Educación, Salud, Poder judicial, Policía,  Fuerzas Armadas, etc.

El escenario político es nuevo, las competencias y calificaciones profesionales que se requieren para la docencia también son nuevas, la educación de hoy enfrenta nuevos retos: globalización, competitividad e innovación. Por lo tanto, no podemos quedarnos en oposiciones y lamentaciones.

Para comenzar debemos cambiarle de denominación, como en todos los países modernos llamarla por su nombre técnico: Sistema Integral de Evaluación Docente. No se trata de una carrera de borricos, sino de un sistema de evaluación para profesionales de la  educación.

La  Nueva Ley de Reforma Magisterial, tiene una orientación maestrocentrista y gerontocrática. Pues hace una concesión a las pretensiones de la dirigencia del  SUTEP, que busca legitimarse como organización representativa de los maestros y participa en las acciones que implica la ley; sin embrago no se toma en cuenta para nada el Colegio Profesional de Profesores, ente calificado y acreditado según ley, quien debería participar en toda su implementación.

Por otro lado su gran vicio es ser gerontocrática pues se privilegia para acceder a los diferentes niveles los años de permanencia, de tal forma que un docente para acceder al máximo nivel VIII, debe tener necesariamente 30 años de servicio, y eso será en el mejor de los casos cuando el maestro tenga 65-70 años de edad.  Dónde está la meritocracia, se supone que un docente calificado puede acceder a mayores niveles por su calificación y evaluación profesional.

Por lo tanto, no es necesaria la Nueva Ley de Reforma Magisterial, porque ya existe la Ley de Carrera Pública Magisterial Nº 29062, y lo que  se hace necesario es legitimarla, mejorarla, actualizarla, perfeccionarla. Esa es una opción responsable e inteligente; lo demás son acciones de politiquería barata a los que nos tienen acostumbrados tanto autoridades del MINEDU como dirigencias políticas retrógradas (PATRIA ROJA y CONARE).

La CPM es una herramienta de desarrollo profesional, es una política de Estado, que se da en todos los países desarrollados, con sistemas educativos eficientes: Japón, Finlandia, Cuba, México, etc. que debe permitir  a los profesores mejorar profesionalmente, dentro de una sana competencia.

¿Quién defiende a los maestros que con su propio peculio, estudian sus maestrías y doctorados,  sacrificando su bienestar familiar? ¿Es justo que no se reconozcan los méritos académicos y profesiones de los maestros que se preocupan y preparan para ser cada vez mejores?

Por lo tanto, los maestros profesionalmente calificados, debemos cerrar filas en torno  a la Ley de Carrera Pública Magisterial Nº 29062, para que se perfeccione y no dar espacio a los politiqueros de siempre, tanto autoridades educativas como dirigencias político partidarizadas.