Por: Mario Alejandro Delgado Vásquez
Fuimos
pobres y vivíamos como millonarios. Muchos se fueron muy pronto a las
estrellas, y los que nos quedamos, asumimos la dura tarea de
continuar….mi primer homenaje hoy es para ellos, que se quemaron el
cerebro hasta el último cartucho. He escogido sólo cuatro que me atañen
de manera directa, por ser muy cercanos, hay más, muchísimos más…qué
duda cabe. A Hugo Salazar del Alcázar, que logró la última gran página cultural
de la Cultura y al que lo llamaban los...
embajadores, buscando una
entrevista, a Alberto Beto Montalva y Luis Felipe Ormeño, quienes con su
Teatro del Sol y sus ideas, nos volaron el cerebro, y finalmente a
nuestra primera anti racista, Maritza Gutti, quien logró convencerme de
que “nadie es mi enemigo, nadie”. Y desde ellos a los millones en el
mundo que trabajan duro para cambiarlo.
Me ha costado mucho
“entender” sus prematuras partidas, y la tarea “inconclusa” que nos han
dejado; pero de lo que si doy testimonio es que se fueron agotados,
dándole todo, hasta el final. Cuando leo de mis generaciones, no estoy
hablando sólo de los que resistieron a mi lado, en el Laboratorio. Hablo
también de toda la generación de actores de los 70, de los que
combatieron al lado y en contra de Velasco, el primer militar
revolucionario, la generación de Sendero, los eternos homicidas por
convicción ideológica, la generación de la oficialización de la
corrupción con su “inocente” Fujimori y su nefasto Montesinos, y
finalmente la generación de la utópica democracia que nunca tuvimos,
Toledo, Alan y ahora Humala.
A cada generación le tocó ser distinta a
la otra. Cada generación fue heroica en sí misma y a su manera todas
quisieron cambiar el mundo. Y yo, que he sido mudo testigo de éste
proceso, o casi todo, les digo a los que se fueron y a los que aún
están, cambiamos el mundo. Y en realidad el mundo siempre cambia. A
veces muy lento a veces muy rápido. A mi generación le tocó el inicio de
la velocidad y a las que vinieron, el “fierro a fondo”. El vértigo. El
mundo globalizado, electrónico y con su máximo sueño, el Facebook. La
globalización del conocimiento y la cultura. Y con toda la futilidad que
éste proceso de cambios entraña, hoy me he levantado optimista. El
mundo sigue cambiando. Hoy las generaciones del siglo XXI son ricas;
pero quieren vivir como pobres. Cambien el mundo. Hasta las estrellas.
Como diría Eugenio Barba o Job Stevens. Por nombrar algunos que ya
cambiaron el mundo.
Publiado en: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10207930952376862&set=a.3174243480185.250180.1388494448&type=3&theater
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.