Alan García
Fuente: Crónica Viva
Documento de "Alan Perú" revela serios casos de plagio.
El primero en darse cuenta fue el sociólogo y ex director general de Industrias Culturales y Artes del Ministerio de Cultura, Felix Lossio, quien lo difundió a través de su cuenta de Facebook. Una publicación delataba un caso de presunto plagio en el plan del gobierno del partido de la estrella.
“Programa 2016-2021 del Apra, párrafo sobre...
industrias culturales: "Estimular la creación artística y fomentar la actividad artística en los más diversos campos, así como promover la productividad y competitividad de todos los actores que estén directamente vinculados con la creación artística.
ROF del Ministerio, Dirección General de Industrias Culturales y Artes: "estimular la creación artística y fomentar la actividad artística en los más diversos campos, así como promover la productividad y competitividad de las industrias que están directamente vinculadas con la creación artística.", señalaba Lossio.
La primera cita corresponde a la sección sobre propuestas culturales, en la página 18. ¿El APRA, plagiando al Ministerio de Cultura? El caso parecía bastante obvio. Y allí mismo, a continuación del texto citado, de hecho, otro caso bastante evidente.
El documento del APRA enuncia lo siguiente: “Debe verse como un proceso amplio y participativo, como parte de un conjunto de acciones y actividades que supongan otros tratamientos financieros, y/o legislativos, teniendo presente que la relación arte y sociedad es un proceso interactivo”.
En el 2012, no obstante, ya el Plan Estratégico Sectorial Multianual del Ministerio de Cultura señalaba frases “extrañamente” similares: “El abordaje de la institucionalidad debe verse como un proceso amplio y participativo, es parte de un conjunto más vasto de acciones o actividades que supongan otros tratamientos funcionales, financieros y/o legislativos”. Los casos, sin embargo, no se agotan ahí. ¿Alan Perú plagia, pero hace obra?
El equipo de Altavoz decidió utilizar un software para analizar el plan de trabajo del APRA. Los resultados son increíbles: 32% del texto no sería original. De ese 32%, la gran mayoría, además, ni siquiera tiene citas o referencias a los autores originales. Directo, digamos, al sueño del Perú del 2016.
¿Las citas llegan solas?
En el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia 2014 -2018 del gobierno mexicano, se señalan algunos criterios para evaluar la delincuencia bastante parecidos a los del partido de Alan. Demasiado parecidos. “Porcentaje de población de 18 años y más que se organiza con sus vecinos para resolver problemas de seguridad identificados en su colonia o localidad”, por ejemplo. O “Porcentaje de población que percibe que dispone de un grado de apoyo medio o alto de redes sociales”.
¿Qué dice el APRA? “Porcentaje de población adulta que se organiza con sus vecinos para resolver problemas de seguridad ciudadana identificados en su localidad”, y “Porcentaje de población que percibe que dispone de un grade de apoyo medio o alto de redes sociales comunitarias”. Los paralelismos con el gobierno mexicano siguen. Varios de los criterios son una copia casi exacta de documentos oficiales del país charro.
Las citas, a veces, no son literales, pero sí burdas paráfrasis. Mientras que el documento mexicano ya mencionado señala que se deben “fortalecer los factores de protección para la prevención social de la violencia y la delincuencia e incidir en las causas y los factores que la generan, buscando propiciar la cohesión comunitaria y el fortalecimiento del tejido social, en coordinación con los tres órdenes de gobierno, los poderes de la unión, la sociedad civil organizada, las instancias nacionales e internacionales y la ciudadanía”, el partido de Alan indica que se deben “priorizar estrategias de prevención (buscando mejorar los factores protectores para la prevención del delito y la violencia incidiendo en las causas que la generan (salud mental, educación, recuperación de jóvenes en riesgo, favoreciendo la conexión comunitaria, en coordinación con los tres niveles de gobierno, los sectores estatales involucrados, la sociedad civil organizada, y la ciudadanía en general”.
El 2016 viene reciclado
En otros casos, el APRA más bien copia al APRA. Propuestas recicladas y vueltas a formular del viejo plan de trabajo del 2006, como en el sector que desarrolla las propuestas sobre la minería.
O copia también al Ministerio de Energía y Minas: en el acápite “Desarrollo sostenible y equitativo de la minería”, entre los objetivos estratégicos, se señala, por ejemplo, “mantener un marco legal que propicie un desarrollo sostenible y equitativo del sector minero, actualizar las normas mineras con el objeto de optimizar la estabilidad jurídica de las inversiones, mejorar las condiciones para la inversión privada en fas actividades de exploración y explotación de recursos minerales, así como en las de transporte, labor general, beneficio y comercialización de estos recursos”.
Más abajo, se lee “desarrollar y promover la investigación de estudios geológicos y el inventario y evaluación de recursos minerales”, y “mitigar los efectos sociales, ambientales y de seguridad de la pequeña minería y minería artesanal”. Todo es una copia textual: 4 de los 5 objetivos ya habían sido planteados –literalmente, por el Plan Estratégico Institucional del MINEM.
La historia de “más te plagio, más te quiero” con el ministerio no acaba allí. ¿“Desarrollar el nuevo concepto de minería que priorice y privilegie la disponibilidad y acceso del recurso agua antes del inicio de las actividades mineras, con una política de inclusión social y desarrollo sostenible de las comunidades de su entorno”, como señala la página 48 del plan de trabajo del APRA? Bueno, eso –literalmente- también lo propuso el MINEM.
Robarle al Estado hasta las frases, y también a los ciudadanos
En el Plan Bicentenario elaborado por el CEPLAN, se indica que “uno de los factores clave que alimenta los problemas de gobernabilidad y configura un Estado débil es la percepción pública sobre su inefectividad”. Además, “otro elemento que afecta la gobernabilidad es la percepción de corrupción” (páginas 130 y 131). Todo ello está incluido también –y sin citar, por supuesto, en el programa aprista.
En otro fragmento del programa de Alan Perú, se explica que “la ineficiencia burocrática de gobierno, la corrupción y las restrictivas regulaciones laborales fueron los tres principales factores que se consideraron como los más problemáticos para hacer negocios en el Perú, con 21,8%, 15,1% y 12,2%, de las respuestas consultadas, respectivamente”. La cita es de Peru21 (parte de una noticia publicada el 2 de septiembre del 2014), pero, otra vez, está omitida.
La sección agropecuaria es de las más “vergonzosas”, por decir lo menos. La cantidad de plagio es tal que sería imposible reproducirlo del todo. En la siguiente imagen, las partes señaladas en azul corresponden a copias literales que corresponden al IV Censo Nacional Agropecuario 2012.
Fuente: Crónica Viva
Documento de "Alan Perú" revela serios casos de plagio.
El primero en darse cuenta fue el sociólogo y ex director general de Industrias Culturales y Artes del Ministerio de Cultura, Felix Lossio, quien lo difundió a través de su cuenta de Facebook. Una publicación delataba un caso de presunto plagio en el plan del gobierno del partido de la estrella.
“Programa 2016-2021 del Apra, párrafo sobre...
industrias culturales: "Estimular la creación artística y fomentar la actividad artística en los más diversos campos, así como promover la productividad y competitividad de todos los actores que estén directamente vinculados con la creación artística.
ROF del Ministerio, Dirección General de Industrias Culturales y Artes: "estimular la creación artística y fomentar la actividad artística en los más diversos campos, así como promover la productividad y competitividad de las industrias que están directamente vinculadas con la creación artística.", señalaba Lossio.
La primera cita corresponde a la sección sobre propuestas culturales, en la página 18. ¿El APRA, plagiando al Ministerio de Cultura? El caso parecía bastante obvio. Y allí mismo, a continuación del texto citado, de hecho, otro caso bastante evidente.
El documento del APRA enuncia lo siguiente: “Debe verse como un proceso amplio y participativo, como parte de un conjunto de acciones y actividades que supongan otros tratamientos financieros, y/o legislativos, teniendo presente que la relación arte y sociedad es un proceso interactivo”.
En el 2012, no obstante, ya el Plan Estratégico Sectorial Multianual del Ministerio de Cultura señalaba frases “extrañamente” similares: “El abordaje de la institucionalidad debe verse como un proceso amplio y participativo, es parte de un conjunto más vasto de acciones o actividades que supongan otros tratamientos funcionales, financieros y/o legislativos”. Los casos, sin embargo, no se agotan ahí. ¿Alan Perú plagia, pero hace obra?
El equipo de Altavoz decidió utilizar un software para analizar el plan de trabajo del APRA. Los resultados son increíbles: 32% del texto no sería original. De ese 32%, la gran mayoría, además, ni siquiera tiene citas o referencias a los autores originales. Directo, digamos, al sueño del Perú del 2016.
¿Las citas llegan solas?
En el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia 2014 -2018 del gobierno mexicano, se señalan algunos criterios para evaluar la delincuencia bastante parecidos a los del partido de Alan. Demasiado parecidos. “Porcentaje de población de 18 años y más que se organiza con sus vecinos para resolver problemas de seguridad identificados en su colonia o localidad”, por ejemplo. O “Porcentaje de población que percibe que dispone de un grado de apoyo medio o alto de redes sociales”.
¿Qué dice el APRA? “Porcentaje de población adulta que se organiza con sus vecinos para resolver problemas de seguridad ciudadana identificados en su localidad”, y “Porcentaje de población que percibe que dispone de un grade de apoyo medio o alto de redes sociales comunitarias”. Los paralelismos con el gobierno mexicano siguen. Varios de los criterios son una copia casi exacta de documentos oficiales del país charro.
Las citas, a veces, no son literales, pero sí burdas paráfrasis. Mientras que el documento mexicano ya mencionado señala que se deben “fortalecer los factores de protección para la prevención social de la violencia y la delincuencia e incidir en las causas y los factores que la generan, buscando propiciar la cohesión comunitaria y el fortalecimiento del tejido social, en coordinación con los tres órdenes de gobierno, los poderes de la unión, la sociedad civil organizada, las instancias nacionales e internacionales y la ciudadanía”, el partido de Alan indica que se deben “priorizar estrategias de prevención (buscando mejorar los factores protectores para la prevención del delito y la violencia incidiendo en las causas que la generan (salud mental, educación, recuperación de jóvenes en riesgo, favoreciendo la conexión comunitaria, en coordinación con los tres niveles de gobierno, los sectores estatales involucrados, la sociedad civil organizada, y la ciudadanía en general”.
El 2016 viene reciclado
En otros casos, el APRA más bien copia al APRA. Propuestas recicladas y vueltas a formular del viejo plan de trabajo del 2006, como en el sector que desarrolla las propuestas sobre la minería.
O copia también al Ministerio de Energía y Minas: en el acápite “Desarrollo sostenible y equitativo de la minería”, entre los objetivos estratégicos, se señala, por ejemplo, “mantener un marco legal que propicie un desarrollo sostenible y equitativo del sector minero, actualizar las normas mineras con el objeto de optimizar la estabilidad jurídica de las inversiones, mejorar las condiciones para la inversión privada en fas actividades de exploración y explotación de recursos minerales, así como en las de transporte, labor general, beneficio y comercialización de estos recursos”.
Más abajo, se lee “desarrollar y promover la investigación de estudios geológicos y el inventario y evaluación de recursos minerales”, y “mitigar los efectos sociales, ambientales y de seguridad de la pequeña minería y minería artesanal”. Todo es una copia textual: 4 de los 5 objetivos ya habían sido planteados –literalmente, por el Plan Estratégico Institucional del MINEM.
La historia de “más te plagio, más te quiero” con el ministerio no acaba allí. ¿“Desarrollar el nuevo concepto de minería que priorice y privilegie la disponibilidad y acceso del recurso agua antes del inicio de las actividades mineras, con una política de inclusión social y desarrollo sostenible de las comunidades de su entorno”, como señala la página 48 del plan de trabajo del APRA? Bueno, eso –literalmente- también lo propuso el MINEM.
Robarle al Estado hasta las frases, y también a los ciudadanos
En el Plan Bicentenario elaborado por el CEPLAN, se indica que “uno de los factores clave que alimenta los problemas de gobernabilidad y configura un Estado débil es la percepción pública sobre su inefectividad”. Además, “otro elemento que afecta la gobernabilidad es la percepción de corrupción” (páginas 130 y 131). Todo ello está incluido también –y sin citar, por supuesto, en el programa aprista.
En otro fragmento del programa de Alan Perú, se explica que “la ineficiencia burocrática de gobierno, la corrupción y las restrictivas regulaciones laborales fueron los tres principales factores que se consideraron como los más problemáticos para hacer negocios en el Perú, con 21,8%, 15,1% y 12,2%, de las respuestas consultadas, respectivamente”. La cita es de Peru21 (parte de una noticia publicada el 2 de septiembre del 2014), pero, otra vez, está omitida.
La sección agropecuaria es de las más “vergonzosas”, por decir lo menos. La cantidad de plagio es tal que sería imposible reproducirlo del todo. En la siguiente imagen, las partes señaladas en azul corresponden a copias literales que corresponden al IV Censo Nacional Agropecuario 2012.
Una historia de no acabar
Esta redacción no se da abasto para analizar el
obsceno caso de plagio del documento del Partido del Pueblo. Párrafos
completos copiados de textos de las Naciones Unidas, o resoluciones
oficiales del gobierno actual. El Plan de Alan Perú cierra con el
directorio de aquellos involucrados en la elaboración del documento.
Recuerde bien sus nombres. De la bibliografía y de los textos citados,
por supuesto, nada. Total, las citas llegan solas. Grave caso de
deshonestidad intelectual.
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