En Lima no puedes zafarte de la revocatoria.
Sí por acá, No por allá, que la mala gestión, que las lavanderas, que
los fideos, Marco Turbio, desmayos, desmanes, peleas, premios, diplomas,
Alan García y su compañía, los memes, Favre y hasta viejos zombies de
la política que salen de sus tumbas con la esperanza de revivir. A la
fuerza, y muy a pesar de los limeños, la revocatoria es el tema del
verano. La principal bandera de quienes han promovido este proceso es la
supuesta ineficiencia de la gestión, su falta de obra y...
la mala imagen
de la gestión de Susana Villarán.
Sin embargo, del otro lado tenemos
argumentos que indican que la alcaldesa si ha hecho obra y ha llevado
adelante importantes reformas para el desarrollo de la ciudad. ¿A quién
le creemos? Pues, la mejor forma de salir de dudas es haciendo una
comparación con respecto a las anteriores gestiones. Por ello, en la
última edición de la revista PODER
se han publicado dos artículos muy recomendables sobre la gestión
municipal en Lima en los últimos 26 años. En estas infografías se
presentan datos muy importantes de la gestión de los cinco alcaldes que
ha tenido Lima en este lapso de tiempo. Al revisarlos, la memoria
histórica nos puede ‘sorprender’ con algunos detalles de suma
importancia. Revisemos algunos:
Aprobación
Susana Villarán empezó su gestión con una aprobación de 46%, según Ipsos Apoyo, sin embargo a partir de marzo de 2011 su popularidad empezó a descender llegando al mínimo de 16% en enero del 2012 y recuperando cancha a pesar del proceso de revocatoria con un 36% en febrero de este año. Sin embargo, ¿Susana Villarán es la alcaldesa con la peor valoración por parte de la opinión pública? No, falso, mentira, manan. A Susana le ‘ganó’ en desaprobación un alcalde del Apra: Jorge Del Castillo. Es curioso que el hoy revocador haya logrado en su mandato un máximo de 20% de aprobación, llegando en su punto más bajo a tener solamente el 10% de apoyo popular.
Susana Villarán empezó su gestión con una aprobación de 46%, según Ipsos Apoyo, sin embargo a partir de marzo de 2011 su popularidad empezó a descender llegando al mínimo de 16% en enero del 2012 y recuperando cancha a pesar del proceso de revocatoria con un 36% en febrero de este año. Sin embargo, ¿Susana Villarán es la alcaldesa con la peor valoración por parte de la opinión pública? No, falso, mentira, manan. A Susana le ‘ganó’ en desaprobación un alcalde del Apra: Jorge Del Castillo. Es curioso que el hoy revocador haya logrado en su mandato un máximo de 20% de aprobación, llegando en su punto más bajo a tener solamente el 10% de apoyo popular.
Obras
Otro de los tópicos es la ‘falta de obra’ de la gestión Villarán. Bueno, en la investigación de Luis Corvera para PODER se realiza una comparación entre las obras más importantes de los dos primeros años de las cinco gestiones. En esta comparación, La gestión de Alberto Andrade presenta cinco obras, todas de ellas de remodelación de plazas y parques como la Plaza Mayor, San Martín y el Trebol de Caquetá; del mismo modo, Del Castillo solamente puede exhibir tres obras importantes, la rehabilitación de la Avenida Huaylas y los corredores viales de Brasil y Alfonso Ugarte; mientras que Ricardo Belmont solamente uno, la construcción del intercambio vial Puente Quiñones.
Otro de los tópicos es la ‘falta de obra’ de la gestión Villarán. Bueno, en la investigación de Luis Corvera para PODER se realiza una comparación entre las obras más importantes de los dos primeros años de las cinco gestiones. En esta comparación, La gestión de Alberto Andrade presenta cinco obras, todas de ellas de remodelación de plazas y parques como la Plaza Mayor, San Martín y el Trebol de Caquetá; del mismo modo, Del Castillo solamente puede exhibir tres obras importantes, la rehabilitación de la Avenida Huaylas y los corredores viales de Brasil y Alfonso Ugarte; mientras que Ricardo Belmont solamente uno, la construcción del intercambio vial Puente Quiñones.
Pero comparar a estas gestiones con la de
la gestión de Susana Villarán sería injusto, puesto que en esos
periodos la municipalidad carecía de la cantidad de recursos y funciones
que tiene ahora, cabe recordar que Andrade hizo todas las obras de su
gestión a contracorriente por su desencuentro con el autoritario Alberto Fujimori.
Sin embargo, sí se pueden comparar los
dos primeros años de la gestión de Villarán con la del exalcalde, y
presunto cerebro detrás de la revocatoria, Luis Castañeda.
¿Los villaranistas tienen miedo? No deberían. En sus dos primeros años,
la gestión de Solidaridad Nacional realizó tres obras importantes: la
construcción del Parque La Muralla, la Alameda de Las Malvinas y la
ampliación de la Avenida Canadá; en el mismo lapso de tiempo, la gestión
Villarán realizó cinco obras importantes: la ampliación de la Avenida
Canadá, la extensión de vías en Huaycán, la avenida Santa Rosa en San
Juan de Lurigancho, el malecón de la Herradura y la inauguración del Mercado de Santa Anita y el traslado de La Parada.
Si no queda claro, la ejecución
presupuestal de los primeros dos años de la gestión de Susana Villarán
supera ampliamente a la inversión realizada por Luis Castañeda Lossio en
los primeros dos años en sus dos gestiones. Es decir, a pesar de ser
reelecto y tener varios proyectos ya aprobados en su primera gestión,
Castañeda no invirtió más que Villarán en el mismo lapso de tiempo. Que
las obras de Villarán se hayan visto envueltas en penosos sucesos como
el traslado de La Parada es otra cosa no menos importante para quienes
evalúan la gestión.
Corrupción
Cada gestión tiene su joyita. Según la investigación de Moisés Navarro, Jorge Del Castillo fue acusado en varias ocasiones por comprar con sobreprecio veinte camiones basureros, acusaciones de malversación de fondos tras una inundación en Chosica y hasta por malos manejos en el Vaso de Leche como el intercambio de leche donada por ‘chizitos’ para los niños beneficiados por ese programa. Ricardo Belmont fue acusado de usar fondos de la municipalidad para publicitar sus obras en diarios de diferentes provincias del país con miras a una candidatura a la Presidencia, fue denunciado también por delitos contra la administración pública, abuso de autoridad y, una vez fuera del cargo, Andrade hizo público que la deuda de la municipalidad después de la gestión Belmont alcanzaba los 180 millones de soles.
Cada gestión tiene su joyita. Según la investigación de Moisés Navarro, Jorge Del Castillo fue acusado en varias ocasiones por comprar con sobreprecio veinte camiones basureros, acusaciones de malversación de fondos tras una inundación en Chosica y hasta por malos manejos en el Vaso de Leche como el intercambio de leche donada por ‘chizitos’ para los niños beneficiados por ese programa. Ricardo Belmont fue acusado de usar fondos de la municipalidad para publicitar sus obras en diarios de diferentes provincias del país con miras a una candidatura a la Presidencia, fue denunciado también por delitos contra la administración pública, abuso de autoridad y, una vez fuera del cargo, Andrade hizo público que la deuda de la municipalidad después de la gestión Belmont alcanzaba los 180 millones de soles.
Alberto Andrade fue denunciado varias
veces por distintas instituciones, muchas de estas denuncias estuvieron
relacionadas a su perfil como candidato opositor a Fujimori, quien
respondió con fuerza contra la gestión. Denuncias como que la gestión
Andrade destinó fondos de la municipalidad para contratar juegos
pirotécnicos en el cierre de campaña de Somos Perú formaron parte de
esta estrategia. De Luis Castañeda la sola palabra Comunicore dice
mucho, pero se suman, entre otras, las acusaciones por la diferencia
entre los presupuestos iniciales de diversas obras como la vía Grau y
sus precios finales. En la gestión Villarán las acusaciones están más
frescas, una de ellas tiene que ver con la vacancia de los regidores de
la alianza Fuerza Social, Luis Valer y Cayo Tito Quillas por formar
empresas con sus familiares para beneficiarse con la adjudicación de
rutas en los corredores viales de la ciudad.
A pesar de estas denuncias, ninguno de
los cinco alcaldes ha sido condenado. En fin, queda recomendar la
lectura de estos dos excelentes informes, pues antes de emitir una
opinión acerca de la gestión villarán en base a lo que uno buenamente se
acuerda o cree acordarse, es bueno revisar concretamente sobre qué se
está juzgando. Es necesario juzgar a nuestras autoridades, pero siempre
es mejor si lo hacemos informados.
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