El avestruz le gana el título de más grande, pero no
vuela. El más imponente, el que conoce los Andes y su vasto territorio,
padece toda una odisea en nuestro país. Varias amenazas lo asedian y,
aunque hay intentos aislados de investigarlo, para ver cómo se le
protege, poco se ha avanzado al respecto. Se estima que... hay 500
individuos entre nuestras fronteras. El Estado no hace nada al respecto.
Carlos Páucar.En el cielo, esta imponente ave extiende sus largas alas, sin agitarlas. Solo las abre libremente y las corrientes de aire le ayudan a planear por los cielos, mientras la sombra de su vuelo se dibuja abajo, en tierra, donde mandan los humanos.
Lo penoso se produce después, cuando el cóndor es capturado. Los comuneros lo cogen de las alas, lo levantan en tierra y lo llevan a rastras. El animal, con sus patas no aptas para la caminata, avanza entre hierbas y empedrados.
En ese momento, todo el esplendor del cóndor andino se derrumba. Avanza torpemente, como si un destino cruel le señalara el camino. El ave, que antes gobernaba los cielos, pierde su señorío, su vigor, y es empujado sin misericordia para el rito del Yawar Fiesta.
Lo peor viene después. Ya todos festejan en el poblado de Cotabambas, Apurímac. Y el cóndor, totalmente desconcertado, es amarrado al lomo del toro, que embiste y se enloquece al sentir el peso extraño. Lo zarandea, lo atemoriza, el ave solo atina a encorvarse, a tratar de mantenerse erguido, mientras los pobladores, alegres y ebrios de chicha, buscan 'torear' a los animales atados.
Este es un conflicto constante, silencioso, intenso, que los anteriores gobiernos no quisieron ver, y el actual tampoco, entre una fiesta tradicional andina y la sobrevivencia de una especie, símbolo del Perú y de varios países de América. El Yawar Fiesta se ha convertido en una de las principales amenazas para esta ave cuyo nombre científico es Vultur gryphus.
"Yo no sé si deban prohibir el Yawar Fiesta porque puede tener implicancias sociales, ya que es una fiesta con tradición, enraizada en las sociedades andinas. Pero pienso que los derechos tradicionales de las comunidades terminan cuando se ponen en riesgo los derechos nacionales".
El que reflexiona es el investigador Renzo Piana, con estudios en Copenhague, Dinamarca y en Manchester, Inglaterra. Entiende que se deben buscar alternativas si se determina que el Yawar Fiesta tienen impacto negativo sobre los cóndores. Se les libera al final de la fiesta, pero sin saber qué daño se les causa.
DAÑO FÍSICO Y ECOLÓGICO
"¿Hay un maltrato físico? Por supuesto. Es un cóndor amarrado a un toro , un cóndor que va a recibir estrés, un cóndor que se le va a afectar los músculos , los ligamentos , las patas. ¿Hay un daño e cológico? Si se trat a de un cóndor con nido o pichón, no se sabe cómo será su comportamiento una vez liberado, si regresará al nido, si volverá a alimentar a su pichón... Y hay que multiplicar esos efectos por los 40 Yawar Fiesta que se realizan al año en las regiones sur y centro de los Andes; es decir, hay una gran presión sobre la especie a nivel poblacional".
Es cierto, impulsada por el turismo y la globalización , la tradicional fiesta se ha multiplicado. Para la ecóloga Jacqueline Liza , esto está llegando a extremos. "Si en la década de los 60 se contaban 3 de esas fiestas al año, ahora superan 40. Ahora van a inaugurar un colegio, lo celebran con Yawar Fiesta, una canchita de fútbol igual, y hay ocasiones que usan hasta 5 cóndores por celebración... Es lamentable porque la población en el país alcanza los 500 individuos, cuando en Argentina y Chile pasan los 2.500. Allá sí se están efectuando programas de conservación".
Que el turismo incentiva a la depredació n lo demostró Rob Williams , director de la Sociedad Zoológica de Frankfort en el Perú, y otros investigadores de esta entidad. Ellos pusieron al descubierto el tráfico de plumas y huesos de cóndores en las zonas turísticas de Cusco y el Valle Sagrado.
De 500 establecimientos visitados se detectó la actividad ilegal en 26 de ellos. Se encontraron artesanías a precios de hasta 650 soles (si contaban con 6 plumas principales). Había plumas de cuerpo, pequeñas, a 5 soles, y plumas primarias principales, a 160 soles. Al equipo investigador le ofrecieron incluso un cóndor completo por 2.500 soles.
En aquella pesquisa se hallaron 344 plumas de cóndor, incluyendo 36 plum as principales, 58 secundarias, 7 plumas terciarias, 9 de la cola, "también 23 alas completas y 2 cóndores muertos enteramente".
Otro peligro es que también las plumas y huesos de cóndor se usan para la medicina alternativa y las ceremonias de los chamanes. Estos aseguran que limpian las energías negativas y las usaban para terapias de curación. "Usamos las plumas de cóndor, decían los chamanes, solo 'a pedido', con anticipación". Todo un negociado que las autoridades nacionales y locales no han enfrentado. "Si no se toman acciones inmediatas, la próxima generación de cóndores nacidos en el Perú podría ser la última", advirtió el investigador Williams.
CREENCIAS PELIGROSAS
Pero no es lo único que enfrenta esta ave monógama (tiene una pareja en su vida). Entre las amenazas de esta ave, que al abrir las alas alcanza los 3 metros, que llega a pesar hasta 15 kilos y desinfecta sus patas con el PH ácido de sus excretas, están las creencias de los comuneros, que lo ven como un peligro para su ganado, pues aseguran que es cazador cuando solo es carroñero.
Los mismos comuneros envenenan pumas, zorros y otros animales menores. El ave, con un poderoso olfato para ubicar carroña, al comer esos restos también muere.
Pero hay algo más en este panorama de sobrevivencia del cóndor, las personas tratan de alargar la vida de animales con medicina veterinaria o de consumir al máximo a sus animales como hacen con caballos y burros, a quienes usan hasta en embutidos. El cóndor padece estas situaciones que desafían su alimentación al no hallar con facilidad carroña.
"Y, frente a estas amenazas, se debe considerar que su tasa de reproducción es muy baja. Un individuo alcanza su madurez sexual a los 10 años. Y solo pone un huevo cada 3 años", precisa Renzo Piana.
En el país, además, nadie sabe cuál es el porcentaje de sobrevivencia de los pichones porque, en realidad, poco se investiga sobre el cóndor. Solo existen esfuerzos individuales; ningún interés del Estado por saber más de esta ave que puede vivir hasta los 70 años.
Agrega Piana: "Debe haber interés del Estado por investigar al ave, pues solo se puede conservar lo que se conoce. Por ejemplo, hay alternativas al Yawar Fiesta. Que la gente compre su cóndor en un criadero y no use uno natural. O que, antes y después del rito, se analice cómo queda. Y al liberarlo hacerle seguimiento con rastreo satelital. Hay que saber el impacto que sufre".
Es una lucha terrible la de esta gran ave. Imponente, bella, majestuosa en los cielos. Humillada, cuando es obligada a ir por tierra.
“EL PERÚ ESTÁ MUY REZAGADO”
"El Perú es el único del continente que no ha hecho nada por el cóndor andino. El Perú no tiene ningún Plan de Conservación. Leyes hay, pero nada de planes concretos. Ecuador, Bolivia, Colombia investigan y han tomado medidas. Argentina y Chile trabajan de manera conjunta. El primero de ellos tiene un proyecto de criadero y de cooperación entre entidades. ¿Nuestro país? Simplemente, nada".
Quien se expresa así no es ningún observador ni analista, es Heinz Plenge, coordinador del llamado Plan Nacional de Acción para la Conservación del Cóndor Andino. Plenge tiene la esperanza de que el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, empiece a cambiar este panorama desolador.
Para Plenge también hay una confusión de funciones, pues la Dirección General Forestal y de Fauna Silvestre pertenece al Ministerio de Agricultura cuando debería estar en el Ministerio del Ambiente. "No hay acciones, eso se debe ver en Lima".
CLAVES
En noviembre del 2011 se formó el Grupo de Conservación del Cóndor Andino. El ecólogo Piana es muy crítico: "Soy parte de este grupo de conservación. Bueno, eso creo. Hay una red que funciona por internet. En año y medio he recibido solo 2 mensajes, no se comparte nada de información, este grupo liderado por Plenge no se movió más. No puede haber un manejo familiar de la conservación. El Estado debe liderar el esfuerzo para que sea más representativo".
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