Cuando el papa Francisco subió
el domingo a su avión de vuelta a Roma tras una semana en Brasil, dejó
tras de sí algunas señales claras de que está dispuesto a dejar su
huella en la Iglesia que lidera, pero que los cambios tendrán límites.
Durante su primer viaje internacional desde el
inicio de su pontificado en marzo, el primer papa latinoamericano
procuró sacudir la modorra de...la Iglesia, cuya inacción criticó con dureza, y llamó a recuperar fieles que se convirtieron a evangélicos o dejaron la religión.
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En sus pedidos a los católicos para que se concentren "en las favelas, en los cantegriles, en las villas miseria", deslizó denuncias sobre la acción política, y al abordar cuestiones sociales como la legalización de las drogas exhibió una postura conservadora.
A continuación, seis claves que quedaron de la visita del argentino Jorge Bergoglio a Río de Janeiro para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) católica, que cerró el domingo con una misa en la playa de Copacabana ante un público estimado en tres millones.
- El llamado a hacer "lío"
- La crítica a la Iglesia
- Denuncia política
- Competencia evangélica
- Continuismo social
- La homosexualidad y la fe
"Quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera. Quiero que la iglesia salga a la calle. (…) Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir. Si no salen, se convierten en una ONG. Y la Iglesia no puede ser una ONG".
El pontífice reiteró el sábado esas palabras casi en forma textual y el domingo pidió a los voluntarios que ayudaron a organizar la JMJ "que sean revolucionarios, que vayan contracorriente".
Salir a las calles para marcar presencia fue precisamente lo que Francisco procuró hacer en Brasil, por ejemplo al recorrer una favela de Río, visitar un hospital que atiende a adictos a las drogas y recorrer varios trayectos en un papamóvil abierto.
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