Los lineamientos eran el Che, la lucha de Allende, Tabaré desde hace muchos años. Reconocerse en las grandes necesidades del pueblo, reconocerse en las mayorías, encontrar que el arte está comprometido, pero tiene que ser arte liberado de las ataduras formales.
Han pasado más de 40 años desde los primeros encuentros de cineastas de
América Latina en Viña del Mar (
Chile). Y el cine latinoamericano es reconocido en el mundo entero por su vitalidad, su creatividad y por ser el espejo de todos los sueños realizados, cuando los jóvenes de aquel entonces querían tener una cámara en la mano y en la otra, un fusil.
En la siguiente entrevista realizada por María Elena Delgado, de la Revista Dugital de la Fundación para el cine latinoamericano, a Miguel Littín, el realizador
Chileno cuenta parte de esta historia.
¿Qué ha sido el cine para usted?- La vida. No he hecho otra cosa en mi vida que cine. Es la cosa más maravillosa, el cine me llena de ensueños, de emociones, de sentimientos. Y encontrar el sentido de la vida, encontrar al hombre, la mujer, sus problemas, los amores, la pasión, el placer que significa narrar, contar historias. A los tres años, si tengo
memoria, fue cuando vi
LA PRIMERA película, sentado en la falda de mi abuelita, en su jardín donde pusieron una sabana blanca en medio del barro, los frutales, la verdura y todo eso. Debió haber sido maravilloso lo que estábamos viendo porque después todos los niños corrimos por detrás de la pantalla para...