A principios del verano pasado, el encrespado mar de La Herradura se
llevó consigo toneladas de arena. Entonces, el personaje principal de
esa inverosímil escena fue la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, quien
observó junto a toda la incrédula ciudad cómo el presente que se había
hecho a los veraneantes era tomado por las olas como suyo. Un año
después, y recién iniciada la nueva temporada de calor, el mar devolvió
sin delicadezas a los pro revocadores Carlos Vidal Vidal y Marco Tulio
Gutiérrez lo que ellos sí querían entregarle. No los aceptó.
Los hechos que narraremos a continuación sucedieron el...
último fin de semana, durante lo que aspiró a ser una irónica conmemoración de lo que un ‘olón’ se llevó el verano pasado, pero que terminó siendo por sí misma una ridiculización de sus protagonistas.
Vidal y Gutiérrez, con una mediática sonrisa para los medios convocados, llegaron el sábado hasta la playa La Herradura para arrojar al Océano Pacífico, desde la orilla, una corona de flores a modo de burla por lo sucedido un año atrás. Pero no contaban con que el propio mar les borraría ese gesto de alegría cuando aún no emprendían el regreso.
Carlos Vidal, vestido para la ocasión con una camisa blanca, terno y zapatos negros, seguramente habrá conocido de penas ahogadas en alcohol, u oído de personas que se ahogan en un vaso de agua. Lo que seguro nunca vio fue al mar ahogar un arreglo floral con más furia que a un trozo de tela o una botella plástica, para luego devolverlo a la orilla como hace con los restos de comida que le arroja la gente.
Dicho de otra forma: el ahínco del mar por devolver una y otra vez la ‘ofrenda’ hizo que Vidal olvidara completamente su desubicada indumentaria y se metiera al agua hasta las rodillas, más desubicado todavía, para forzar la corona mar adentro.
Así evitó, con un papelón mayúsculo junto a una misteriosa acompañante de florida indumentaria, que los limeños recuerden el bochorno inicial.
Pero el mar siguió devolviendo el infame regalo, ante la divertida mirada de los dueños de restaurantes y de veraneantes, hasta que un ‘espontáneo’ de la portátil de revocadores se zam- bulló para obligar a la marea a recibir sus flores del mal.
“ERES UN CORRUPTO”
“Este es el aniversario del olón número 1 de La Herradura, que ocurrió acá el año pasado y que en todo caso ha sido uno de los elementos que nos impulsaron en esto de la revocatoria”, dijo, cubierto por su permanente velo de autosuficiencia y a pesar del papelón marino, el señor Marco Tulio.
Varios propietarios de restaurantes y el público presente se acercaron entonces para reclamarles airadamente por su sucia campaña. A estas alturas, la corona de flores ya les parecía de espinas a los revocadores y, entre reclamo y reclamo, un furioso veraneante le espetó a Vidal: “Eres un corrupto”. Es que “esto de la revocatoria”, como señaló Gutiérrez con tan profundo argumento, desató sus pasiones.
Un sorprendido Vidal, que bajo una barba de semana y media intentaba ocultar sin éxito el gesto de serena ignorancia que lo caracteriza, solo atinó a responder con otras preguntas antes de desaparecer: “¿Yo? ¿Me conoces? ¿Me conoces?”.
No, señor Vidal, nadie lo conoce. Tampoco cabría esperar otra respuesta de un hombre del que nadie da fe de origen o de intereses en lo que hace, ni cómo o cuándo exactamente apareció en las tierras de la que dicen fue tres veces coronada villa, o sea Lima. Claro, cómo se le ocurre, señor Vidal. En serio, nadie lo conoce.
EL DATO
Marco Tulio Gutiérrez afirmó el último sábado que en La Herradura iniciaba su campaña por el SÍ. Sin embargo, y tras quedar ridiculizado en la playa, el miércoles lo anunció nuevamente.
MARIANO VÁSQUEZ
mvasquez@diario16.com.pe
Fuente: http://diario16.pe/noticia/21571-el-daia-en-que-la-herradura-dijo-aano-a-los-revocadores
Los hechos que narraremos a continuación sucedieron el...
último fin de semana, durante lo que aspiró a ser una irónica conmemoración de lo que un ‘olón’ se llevó el verano pasado, pero que terminó siendo por sí misma una ridiculización de sus protagonistas.
Vidal y Gutiérrez, con una mediática sonrisa para los medios convocados, llegaron el sábado hasta la playa La Herradura para arrojar al Océano Pacífico, desde la orilla, una corona de flores a modo de burla por lo sucedido un año atrás. Pero no contaban con que el propio mar les borraría ese gesto de alegría cuando aún no emprendían el regreso.
Carlos Vidal, vestido para la ocasión con una camisa blanca, terno y zapatos negros, seguramente habrá conocido de penas ahogadas en alcohol, u oído de personas que se ahogan en un vaso de agua. Lo que seguro nunca vio fue al mar ahogar un arreglo floral con más furia que a un trozo de tela o una botella plástica, para luego devolverlo a la orilla como hace con los restos de comida que le arroja la gente.
Dicho de otra forma: el ahínco del mar por devolver una y otra vez la ‘ofrenda’ hizo que Vidal olvidara completamente su desubicada indumentaria y se metiera al agua hasta las rodillas, más desubicado todavía, para forzar la corona mar adentro.
Así evitó, con un papelón mayúsculo junto a una misteriosa acompañante de florida indumentaria, que los limeños recuerden el bochorno inicial.
Pero el mar siguió devolviendo el infame regalo, ante la divertida mirada de los dueños de restaurantes y de veraneantes, hasta que un ‘espontáneo’ de la portátil de revocadores se zam- bulló para obligar a la marea a recibir sus flores del mal.
“ERES UN CORRUPTO”
“Este es el aniversario del olón número 1 de La Herradura, que ocurrió acá el año pasado y que en todo caso ha sido uno de los elementos que nos impulsaron en esto de la revocatoria”, dijo, cubierto por su permanente velo de autosuficiencia y a pesar del papelón marino, el señor Marco Tulio.
Varios propietarios de restaurantes y el público presente se acercaron entonces para reclamarles airadamente por su sucia campaña. A estas alturas, la corona de flores ya les parecía de espinas a los revocadores y, entre reclamo y reclamo, un furioso veraneante le espetó a Vidal: “Eres un corrupto”. Es que “esto de la revocatoria”, como señaló Gutiérrez con tan profundo argumento, desató sus pasiones.
Un sorprendido Vidal, que bajo una barba de semana y media intentaba ocultar sin éxito el gesto de serena ignorancia que lo caracteriza, solo atinó a responder con otras preguntas antes de desaparecer: “¿Yo? ¿Me conoces? ¿Me conoces?”.
No, señor Vidal, nadie lo conoce. Tampoco cabría esperar otra respuesta de un hombre del que nadie da fe de origen o de intereses en lo que hace, ni cómo o cuándo exactamente apareció en las tierras de la que dicen fue tres veces coronada villa, o sea Lima. Claro, cómo se le ocurre, señor Vidal. En serio, nadie lo conoce.
EL DATO
Marco Tulio Gutiérrez afirmó el último sábado que en La Herradura iniciaba su campaña por el SÍ. Sin embargo, y tras quedar ridiculizado en la playa, el miércoles lo anunció nuevamente.
MARIANO VÁSQUEZ
mvasquez@diario16.com.pe
Fuente: http://diario16.pe/noticia/21571-el-daia-en-que-la-herradura-dijo-aano-a-los-revocadores
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