Desde las 9 de la mañana y pese a que había dicho que estaba en reposo
por la supuesta descompensación de la presión arterial, Marco Tulio
Gutiérrez escribía mensajitos en Internet señalando que esperaba que los
médicos de una conocida clínica local le dieran de alta para asistir a
un encuentro con la comunidad evangélica que apoyaba la revocación a la
alcaldesa Susana Villarán. Obviamente, la invitación venía del pastor
‘talibán’ José Linares, otro miembro del clan revocador.
Y así fue que...
hacia el mediodía de ayer, Gutiérrez llegó campante hasta la canchita del polideportivo de Surquillo, ubicado en la cuadra 11 de la avenida Tomás Marsano. El primero en subir al estrado para hablar ante unas 100 personas fue el pastor Linares, quien volvió a acusar a la alcaldesa de promover una agenda gay, para luego pasar el micrófono a Gutiérrez.
Marco Tulio caminaba lentamente hacia el estrado, tomó el micrófono, saludó y justo cuando iba a iniciar su discurso, un hombre que también se encontraba en el polideportivo se acercó, lo miró bien y gritó: “¡Corrupto!, ¡Sinvergüenza!, ¡Y todavía le dan el micrófono!”, se quejó.
El revocador, tratando de minimizar los gritos del hombre de aproximadamente 50 años, le contestó: “¿Te refieres a mí?...Bien, siempre es un privilegio estar en una reunión donde se rinde homenaje a Dios en la cual se ora por los demás, el amor, la confraternidad, por la paz de las personas, siempre debemos ser tolerantes”, improvisó con las gotas de sudor cayendo por su frente. Miraba a los costados como pidiendo apoyo, pero nadie se acercaba.
A la orden del pastor Linares, cuatro sujetos con una Biblia en la mano intentaron callar al ciudadano e incluso advirtieron a los periodistas que allí nos encontrábamos que si lo entrevistábamos, nos expulsarían de la actividad. diario16 se acercó de inmediato al ciudadano y preguntó los motivos de su indignación:
“No hay que abusar de la buena bondad de la gente. Nuestros hermanos necesitan la verdad y la verdad no es esa (…) Es un ladrón, un ratero, está metido con los apristas, ¿no son rateros? (…) ¿Cómo no me voy a amargar con ese canalla?… ¡y todavía le dan el micro!”, dijo el hombre, ofuscado (cuya identidad prefirió no revelar, pues en todo momento era seguido por los organizadores).
Gutiérrez no habló mucho, regresó a su lugar, se sentó, esperó unos 10 minutos y, a paso acelerado, salió rumbo a su automóvil. Los periodistas nos acercamos para preguntarle sobre el incidente, que es el segundo en el que lo abuchean y lo insultan, pero se negó a declarar. “Me voy a descansar a mi casa”, fue lo único que dijo.
Sin embargo, no es lo único. Horas antes en una radio local, Marco Tulio se fue de boca y en su afán por criticar a la alcaldesa de Lima, metió hasta al mismo presidente de la República, Ollanta Humala, en el lío. Lo criticó por haber manifestado su apoyo para que cumpla con la ejecución de sus proyectos a beneficio de la población.
Señaló que “si quiere subirse al barco del apoyo a Susana, la derrota de ella lógicamente le hará daño a él (Ollanta Humala) también”.
Cabe indicar que la abucheada al revocador recuerda el caso del joven Richard Gálvez, quien llamó “corrupto” al expresidente Alan García.
EL DISCURSO ‘TALIBÁN’ DEL PASTOR EVANGÉLICO
El discurso del pastor evangélico José Linares era para no creerlo. Ante sus fieles afirmaba que la alcaldesa de Lima promovía una agenda gay y atentaba contra las familias.
Sostuvo, además, que Susana Villarán quería “destruir los principios de Dios” y solicitó a sus siervos defender las normas religiosas y “si es necesario, hacerlo con firmeza. Les pido que oren con nosotros porque viene una lucha muy dura y difamatoria”.
“Amados hermanos, se eligió a una alcaldesa con mucha fe y con mucha esperanza que debe representar a las mayorías, pero esta alcaldesa, en vez de trabajar por su ciudad, fue a celebrar ceremonias de matrimonios homosexuales y lesbianas en el Parque del Amor de forma simbólica”, exclamó Linares, a quien al parecer no le han enseñado a no mentir.
Y así fue que...
hacia el mediodía de ayer, Gutiérrez llegó campante hasta la canchita del polideportivo de Surquillo, ubicado en la cuadra 11 de la avenida Tomás Marsano. El primero en subir al estrado para hablar ante unas 100 personas fue el pastor Linares, quien volvió a acusar a la alcaldesa de promover una agenda gay, para luego pasar el micrófono a Gutiérrez.
Marco Tulio caminaba lentamente hacia el estrado, tomó el micrófono, saludó y justo cuando iba a iniciar su discurso, un hombre que también se encontraba en el polideportivo se acercó, lo miró bien y gritó: “¡Corrupto!, ¡Sinvergüenza!, ¡Y todavía le dan el micrófono!”, se quejó.
El revocador, tratando de minimizar los gritos del hombre de aproximadamente 50 años, le contestó: “¿Te refieres a mí?...Bien, siempre es un privilegio estar en una reunión donde se rinde homenaje a Dios en la cual se ora por los demás, el amor, la confraternidad, por la paz de las personas, siempre debemos ser tolerantes”, improvisó con las gotas de sudor cayendo por su frente. Miraba a los costados como pidiendo apoyo, pero nadie se acercaba.
A la orden del pastor Linares, cuatro sujetos con una Biblia en la mano intentaron callar al ciudadano e incluso advirtieron a los periodistas que allí nos encontrábamos que si lo entrevistábamos, nos expulsarían de la actividad. diario16 se acercó de inmediato al ciudadano y preguntó los motivos de su indignación:
“No hay que abusar de la buena bondad de la gente. Nuestros hermanos necesitan la verdad y la verdad no es esa (…) Es un ladrón, un ratero, está metido con los apristas, ¿no son rateros? (…) ¿Cómo no me voy a amargar con ese canalla?… ¡y todavía le dan el micro!”, dijo el hombre, ofuscado (cuya identidad prefirió no revelar, pues en todo momento era seguido por los organizadores).
Gutiérrez no habló mucho, regresó a su lugar, se sentó, esperó unos 10 minutos y, a paso acelerado, salió rumbo a su automóvil. Los periodistas nos acercamos para preguntarle sobre el incidente, que es el segundo en el que lo abuchean y lo insultan, pero se negó a declarar. “Me voy a descansar a mi casa”, fue lo único que dijo.
Sin embargo, no es lo único. Horas antes en una radio local, Marco Tulio se fue de boca y en su afán por criticar a la alcaldesa de Lima, metió hasta al mismo presidente de la República, Ollanta Humala, en el lío. Lo criticó por haber manifestado su apoyo para que cumpla con la ejecución de sus proyectos a beneficio de la población.
Señaló que “si quiere subirse al barco del apoyo a Susana, la derrota de ella lógicamente le hará daño a él (Ollanta Humala) también”.
Cabe indicar que la abucheada al revocador recuerda el caso del joven Richard Gálvez, quien llamó “corrupto” al expresidente Alan García.
EL DISCURSO ‘TALIBÁN’ DEL PASTOR EVANGÉLICO
El discurso del pastor evangélico José Linares era para no creerlo. Ante sus fieles afirmaba que la alcaldesa de Lima promovía una agenda gay y atentaba contra las familias.
Sostuvo, además, que Susana Villarán quería “destruir los principios de Dios” y solicitó a sus siervos defender las normas religiosas y “si es necesario, hacerlo con firmeza. Les pido que oren con nosotros porque viene una lucha muy dura y difamatoria”.
“Amados hermanos, se eligió a una alcaldesa con mucha fe y con mucha esperanza que debe representar a las mayorías, pero esta alcaldesa, en vez de trabajar por su ciudad, fue a celebrar ceremonias de matrimonios homosexuales y lesbianas en el Parque del Amor de forma simbólica”, exclamó Linares, a quien al parecer no le han enseñado a no mentir.
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