Paco Moreno (Editor)
Enfoque pmoreno@diariolaprimeraperu.com
Los revocadores están felices porque según la última encuesta de Apoyo van ganando 59% a 32%. Luis Castañeda, el que habla poco, canta de felicidad; Marco Turbio, el adusto, sonríe ante el espejo; Nidia Vílchez, la que vota en Huancayo, miente y sigue mintiendo contra la gestión de Villarán y se aferra al bono de más 134 mil soles; Del Castillo, el famoso tío George, defiende a los revocadores como a...
todos sus amigos; y si algún aprista alzara la voz: ¡¿Lobo qué estás haciendo?!, García respondería: “Estoy maquinando por lo bajo para que gane la revocatoria”.
No es por hablar mal de nadie; pero los que apoyan la revocatoria a la alcaldesa de Lima, Susana Villarán,
huelen a corrupción y llevan en sus espaldas toneladas de sospechas,
por lo que ninguno podría ser elegido ni siquiera el mejor vecino de la
cuadra. Ellos dicen que quieren revocar a Villarán porque es
ineficiente. Algunos son muy eficientes al levantarse el dinero del
fisco.
Nadie puede negar los errores de la alcaldesa. Pero tiene un gran mérito: No roba ni deja robar, y hace una gestión pensando en la gente, y resiste una campaña mediática espantosa, incluso desde mucho antes de asumir el cargo. La insultan desde todas las tribunas y hasta usan las paredes para doblegarla. Pero no podrán.
Los que están contra ella sienten que le han quitado la mamadera y ahí la explicación razonable de su ira. El abogado Turbio ha trabajado con Castañeda y ahora lucha para que Lucho vuelva a su sillón. En realidad quiere que vuelva su billetón.
Signo de los tiempos. Los vecinos no aplauden la honestidad y se dejan llevar de las narices por los revocadores. Sin embargo, no todo está dicho. Faltan casi dos meses y ya sabemos que la cosa se define siempre al final. A nadie favorece que se trunque un gobierno municipal, salvo a los revocadores. Para conocerlos solo hay levantar el manto de la corrupción.
Nadie puede negar los errores de la alcaldesa. Pero tiene un gran mérito: No roba ni deja robar, y hace una gestión pensando en la gente, y resiste una campaña mediática espantosa, incluso desde mucho antes de asumir el cargo. La insultan desde todas las tribunas y hasta usan las paredes para doblegarla. Pero no podrán.
Los que están contra ella sienten que le han quitado la mamadera y ahí la explicación razonable de su ira. El abogado Turbio ha trabajado con Castañeda y ahora lucha para que Lucho vuelva a su sillón. En realidad quiere que vuelva su billetón.
Signo de los tiempos. Los vecinos no aplauden la honestidad y se dejan llevar de las narices por los revocadores. Sin embargo, no todo está dicho. Faltan casi dos meses y ya sabemos que la cosa se define siempre al final. A nadie favorece que se trunque un gobierno municipal, salvo a los revocadores. Para conocerlos solo hay levantar el manto de la corrupción.
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