Por: Esperanza Medina Lezama,Titular del Patronato por la Educación en Arequipa Interesante artículo publicado en el diario "La Republica"
La sociedad peruana evidencia un proceso creciente de deterioro
moral. Diariamente somos testigos de faltas a la verdad, a la
honestidad, a la justicia, al respeto mutuo que nos debemos como
ciudadanos con igualdad de derechos y deberes constitucionales. Esta
crisis de valores se afianza en una crisis de inteligencia expresada en...
la incapacidad de tomar decisiones correctas, como individuos y como
colectivo, quedando reducidos a ser presa fácil de la manipulación, de
la alienación, del conformismo.
El colegio y la universidad son instituciones educativas que, si
bien han sido concebidas para propósitos formativos de distinto nivel y
modalidad, poseen ambas una misión común que es contribuir de manera
significativa a elevar a las personas que las conforman, a su máxima
expresión humana.En el contexto señalado, estas instituciones son de naturaleza estratégica para el desarrollo como país, pero igualmente se encuentran en crisis. Es por tanto necesario identificar sus falencias, para luego inventar nuevas y eficaces formas de revertir el deterioro y vitalizarlas como instituciones capaces de liderar los procesos de transformación que el Perú requiere.
Un primer rasgo negativo es la desarticulación entre colegio y universidad. No existe coordinación alguna entre lo que la formación profesional requiere y la formación que se da en los colegios. Esto ha dado lugar a la aparición de un monstruo "dinosauresco", las academias preuniversitarias, con sus tentáculos degenerativos que son los llamados “colegios preuniversitarios”. Su motivación central está en sus desmedidas ambiciones económicas. Son estas instancias las que, directa o indirectamente, vienen normando sobre el "qué" y el "cómo" de los exámenes de ingreso a las universidades.
La consecuencia de tal aberración es que no se evalúa en los postulantes las competencias requeridas como base para la formación en las distintas profesiones, sino la capacidad para resolver pruebas centradas en manejar datos y procedimientos estandarizados, que han debido embutirse en la memoria como parte de su preparación preuniversitaria.
El resultado neto de este fenómeno son frustraciones. Jóvenes que siendo capaces no ingresan porque no se ajustan a métodos memoristas; jóvenes que habiendo ingresado, terminan desertando de la carrera elegida por no satisfacer sus expectativas. Frustraciones también a nivel de las ramas profesionales que constatan en sus formados graves deficiencias para alcanzar el perfil profesional deseado.
DE ESPALDAS A LA SOCIEDAD
Otro rasgo importante, común a ambas instituciones, es que trabajan de espaldas a la sociedad peruana. Ambas son entes cerrados, que no basan sus procesos de enseñanza-aprendizaje en las necesidades e intereses de los estudiantes y del entorno, y por tanto no ofrecen soluciones ni aportes que mejoren la calidad de vida. Las universidades, con honrosas excepciones, no cumplen su función generadora de saber, investigando con pertinencia y efectividad, para alimentar sostenidamente el desarrollo humano del pueblo al que se debe.
Estamos frente a una gran lacra de corrupción y mediocridad que atraviesa el sistema escolar y universitario. En ambos casos, la calificación profesional de los docentes es la piedra angular. Se requieren maestros que demuestren en sus aulas el más alto desempeño, pero ¿cómo puede ser eso posible, si no hay procesos de evaluación idóneos; si prima la política para la selección de personal; y si el nivel de sueldos no corresponde con el grado de responsabilidad que deben asumir y garantizar?
Se necesitan soluciones reales, contundentes y efectivas a tal problemática. Empecemos por decir la verdad y asumir la culpa que nos corresponde. Unamos nuestras voluntades y voz para exigir al gobierno de turno la declaratoria de emergencia del sector Educación, demandando que se cumpla con asignar los recursos que sean necesarios para elevar la calidad profesional de los maestros y erradicar de raíz la corrupción. Iniciemos la revolución educativa asumiendo nuestro rol educador, enseñando con el ejemplo en donde quiera que nos encontremos.
LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN ZONAS INDÍGENAS: EN BÚSQUEDA DE UNA EDUCACIÓN INTERCULTURAL
María Eugenia Salazar
Investigadora en educación - UNICEF
En el Perú, la discusión sobre la importancia de la presencia de estudiantes indígenas en la educación superior no se ha desarrollado. A nivel nacional no existe la afirmación colectiva de demandas reivindicativas ni los movimientos estudiantiles en la búsqueda y el ejercicio de un tratamiento equitativo. Aun así, las organizaciones amazónicas resultan pioneras, frente a las quechuas y aimaras, porque sus bases fueron los derechos colectivos de pueblos indígenas que contaron al menos con una valoración folclórica internacional y no habían vivido una historia muy larga de discriminación, violencia e invisibilidad.
Dentro del reclamo del cumplimiento de los derechos colectivos está la necesidad de acceder a la educación superior, hecho asociado a la fuerte identidad de los pueblos amazónicos frente a los andinos. Este interés por la implementación de políticas de educación superior en la universidad dirigidas a los estudiantes indígenas, proviene principalmente de experiencias de otros países (México, Brasil, Bolivia y Ecuador) que interesaron a algunas universidades del Perú ubicadas en Lima, Ayacucho, Cusco y Pucallpa y a algunos institutos superiores pedagógicos de Iquitos y Cusco por la aplicación de programas de formación de docentes desde la perspectiva intercultural bilingüe.
NOPOKI
No existen estadísticas oficiales sobre estudiantes indígenas en cada universidad y en el sistema nacional de universidades a cargo de la Asociación Nacional de Rectores (ANR). Esto evidencia el desinterés de las autoridades por visibilizar a una parte de la población y por informar a la otra parte de la población sobre alternativas educativas que pueden ser de interés nacional. En Atalaya- Ucayali, por ejemplo, es la iglesia cristiana la encargada de la única universidad de la ciudad dirigida a jóvenes indígenas, además en Nopoki, nombre de la universidad que alberga a alumnos pertenecientes a por lo menos 4 grupos amazónicos (Ashaninkas, Yine, Nomatsiguengas y Shipibos), su currícula implica cursos obligatorios de teología y su aproximación al conocimiento es íntegramente científica, no se tratan temas de conocimientos indígenas en ninguna de sus carreras: ciencias de la salud, educación e ingeniería. En Pucallpa- Ucayali existe la UNIA, la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía con carreras diversas relacionadas a la educación y a actividades agropecuarias, cuyos planes curriculares contienen materias para conocer la cosmovisión amazónica y el desarrollo teórico práctico de las ciencias. Es decir, plantea una interculturalidad a nivel académico e intenta dar a conocer los planteamientos de una currícula intercultural en los niveles político, de derechos, de lenguas y de apertura a los conocimientos indígenas locales, además de los conocimientos científicos. Al menos a nivel de planificación curricular podemos afirmar que esta universidad tiene la intención de aplicar la EIB en el nivel superior donde no es obligatoria su implementación. Entonces dentro del gran número de universidades e institutos de educación superior que existen en la actualidad, podemos distinguir las universidades que apuntan a atender las demandas de jóvenes cerca a sus localidades y que cuentan con un enfoque distinto, a los demás que podría ser tomado para la educación a nivel nacional.
Interesante artículo publicado en: http://www.larepublica.pe/27-02-2014/colegio-y-universidad-oportunidad-o-frustracion
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