Andar en bicicleta por la carretera más peligrosa del mundo, entre La Paz y Coroico, es hoy una de las actividades más populares para mochileros en Bolivia. El mes pasado, poco después de la muerte de la victima número 18 en una de las peligrosas curvas, el interés no ha decaído. Entonces, ¿cuál es la atracción?
Es un paseo en bicicleta como ningún otro. No es sorprendente que se la conozca como la carretera más peligrosa del mundo, o simplemente "la carretera de la muerte".
En sus tramos más altos, las nubes abrazan el borde del acantilado, oscureciendo el abismo.
Hacia la izquierda, hay un perfecto descenso de 600 metros y a la derecha, una pared de roca vertical.
Y la superficie, que no tiene pavimento ni piedras, se parece a un camino de tierra, áspero, más que a una carretera.
El escenario, si te atreves a quitar los ojos de la carretera, es impresionante, con la exuberante selva tropical de las Yugas extendiéndose frente a ti. Pero las cruces de madera y piedras que delinean la carretera hacen recordar que no todos llegan a completar los 64 kilómetros en bicicleta y llegar al final sanos y salvos.
Deportes extremos
Dieciocho mochileros han muerto en la carretera desde que ciclistas comenzaron a enfrentarse a sus curvas en horquilla hace 12 años. Andar volando por sus senderos polvorientos a 48 kilómetros por hora es ahora una emoción que buscan aproximadamente 25.000 mochileros por año.
Se ha convertido en un deporte extremo como el salto en bungee o el paracaidismo. La diferencia es que no hay un guía experto que te controle el lanzamiento. Estás por tu cuenta.
La víctima más reciente fue una mochilera israelí, quien murió el mes pasado después de haberse ido por el borde. Nadie sabe como ocurrió el accidente, pero cuando se anda en bicicleta por esa carretera, los peligros son obvios...
La carretera de La Paz a Coroico fue construida por prisioneros de guerra paraguayos en los años 30, cuando los dos países estaban en guerra, y ganó notoriedad en 1995.
El Banco de Desarrollo Interamericano estaba realizando un estudio de viabilidad para un nuevo camino y estimó que allí ocurrían entre 200 y 300 muertes al año, por lo que le concedió el titulo de "la carretera más peligrosa del mundo".
Aquellas palabras hoy se han convertido en una dudosa insignia de honor, en un eslogan que se ve en las camisetas de mochileros y una frase que se escucha por sobre el ruido de los bares en los hoteles de jóvenes.
"Si vas a Londres, tienes que ver el Puente de Londres y si vas a Sydney tienes que ver la Opera House", dice Andrew Jagoo, de 26 años originario de Melbourne, mientras recupera el aliento tras el paseo.
"Y si vas a Bolivia, tienes que hacer la carretera más peligrosa. Hay un elemento de riesgo pero después puedes decir que lo has hecho".
Es un paseo en bicicleta como ningún otro. No es sorprendente que se la conozca como la carretera más peligrosa del mundo, o simplemente "la carretera de la muerte".
En sus tramos más altos, las nubes abrazan el borde del acantilado, oscureciendo el abismo.
Hacia la izquierda, hay un perfecto descenso de 600 metros y a la derecha, una pared de roca vertical.
Y la superficie, que no tiene pavimento ni piedras, se parece a un camino de tierra, áspero, más que a una carretera.
El escenario, si te atreves a quitar los ojos de la carretera, es impresionante, con la exuberante selva tropical de las Yugas extendiéndose frente a ti. Pero las cruces de madera y piedras que delinean la carretera hacen recordar que no todos llegan a completar los 64 kilómetros en bicicleta y llegar al final sanos y salvos.
Deportes extremos
Dieciocho mochileros han muerto en la carretera desde que ciclistas comenzaron a enfrentarse a sus curvas en horquilla hace 12 años. Andar volando por sus senderos polvorientos a 48 kilómetros por hora es ahora una emoción que buscan aproximadamente 25.000 mochileros por año.
Se ha convertido en un deporte extremo como el salto en bungee o el paracaidismo. La diferencia es que no hay un guía experto que te controle el lanzamiento. Estás por tu cuenta.
La víctima más reciente fue una mochilera israelí, quien murió el mes pasado después de haberse ido por el borde. Nadie sabe como ocurrió el accidente, pero cuando se anda en bicicleta por esa carretera, los peligros son obvios...
La carretera de La Paz a Coroico fue construida por prisioneros de guerra paraguayos en los años 30, cuando los dos países estaban en guerra, y ganó notoriedad en 1995.
El Banco de Desarrollo Interamericano estaba realizando un estudio de viabilidad para un nuevo camino y estimó que allí ocurrían entre 200 y 300 muertes al año, por lo que le concedió el titulo de "la carretera más peligrosa del mundo".
Aquellas palabras hoy se han convertido en una dudosa insignia de honor, en un eslogan que se ve en las camisetas de mochileros y una frase que se escucha por sobre el ruido de los bares en los hoteles de jóvenes.
"Si vas a Londres, tienes que ver el Puente de Londres y si vas a Sydney tienes que ver la Opera House", dice Andrew Jagoo, de 26 años originario de Melbourne, mientras recupera el aliento tras el paseo.
"Y si vas a Bolivia, tienes que hacer la carretera más peligrosa. Hay un elemento de riesgo pero después puedes decir que lo has hecho".
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