Interesante artículo escrito por Nelson Manrique para el prestigioso diario "La República", recomendamos su lectura:
Gastón a la plancha
Con una breve respuesta a la pregunta de Milagros Leiva de si consideraría ser candidato presidencial para el 2016, Gastón Acurio, uno de los peruanos de mayor prestigio, ha alborotado el ambiente político: “Hoy día te digo no es posible. Mañana no sé”. No se trata del lanzamiento de su candidatura sino de...
una declaración medida, de esas que permiten sondear el ambiente sin constituir aún un compromiso formal. Como Acurio puntualiza en la misma entrevista: “Uno es esclavo de su palabra, príncipe de sus silencios”.
Hay, sin embargo, en sus declaraciones guiños suficientes como para tomar en serio sus palabras. Aparte de apuntes agudos sobre los problemas del país y la manera como encararlos y sobre las dificultades del sistema político, en que critica a los políticos por llevar al país a una excesiva polarización, Acurio identifica como el símbolo electoral que le gustaría ver asociado a su nombre la lampa, el logo de Acción Popular, y ha rendido público homenaje a Fernando Belaunde, el fundador y el más importante líder de ese partido. Las relaciones entre Gastón Acurio y AP no son un misterio, su padre, Gastón Acurio Velarde, es un destacado líder de ese partido, ha sido senador acciopopulista y fue ministro de fomento y obras públicas en el gobierno del arquitecto Belaunde.
Hasta aquí se sabe que desde AP le habrían consultado sobre la posibilidad de una candidatura por el partido para el 2016, aunque se habla también de partidarios en AP de una candidatura de Alfredo Barnechea (http://www.desdeeltercerpiso.com/), que hasta aquí yo seguía considerando militante aprista, pero que, en la eventualidad de tentar una candidatura por Acción Popular, se apartaría del partido de Alan García por la vía de los hechos.
Por supuesto, una eventual candidatura de Acurio sería para AP ganar la lotería de Navidad, pues desde la desaparición de su líder fundador esta organización no ha podido sobrevivir sino concertando alianzas políticas a las cuales ofrecer su logo. Al mismo tiempo, parece claro que AP sería un paraguas demasiado estrecho para una candidatura de esta envergadura y esto plantea problemas adicionales: es bueno recordar que en 1990 uno de los factores que impidieron a Vargas Llosa constituirse en el outsider de esas elecciones fue la alianza que concertó entre el Movimiento Libertad con AP y el PPC, al mismo tiempo que en su discurso electoral tronaba contra el mercantilismo y sus representantes, los “partidos tradicionales” (en El pez en el agua Vargas Llosa lamenta esta alianza como un profundo error).
Es interesante observar la alarma con que los militantes del Apra han reaccionado ante la posibilidad de una candidatura de Gastón. Las redes sociales se inundaron inmediatamente de ataques de diverso calibre contra Acurio, algunos simplemente repugnantes. Es posible que para cuando este artículo llegue a la imprenta Alan García haya disciplinado este tipo de desborde, pues amenaza con lograr lo que debiera evitarse a toda costa: convertir esta en la gran noticia, lo cual contribuye involuntariamente a transformar lo posible en probable. Es una advertencia, además, a Gastón Acurio, sobre lo que le espera si decide formalizar su candidatura.
Se entiende la alarma de los compañeros. Aparte de sus indudables méritos personales Gastón Acurio representa una bocanada de aire fresco frente al desmoralizador cuadro de corrupción que hoy presentan como opción para el 2016 el Apra, los fujimoristas y Perú Posible. Los comentarios de los blogs juveniles sobre el tema son muy elocuentes. El nacionalismo no está trabajando ninguna candidatura alternativa, luego del anuncio de que Nadine Heredia no será candidata. El caso López Meneses muestra, por otra parte, la forma como la peste montesinista parece atravesar todo el espectro político, incluyendo al gobierno de Ollanta Humala, lo cual alimenta la convicción de que todo está podrido.
Aun si su candidatura no llegara a concretarse, Gastón Acurio nos está brindando ya el gran servicio de recordarnos que no tenemos por qué resignarnos a que todo está perdido y que todos tenemos derecho de soñar con elegir al mejor y no conformarnos con elegir el “mal menor” del menú.
Fuente: http://www.larepublica.pe/columnistas/en-construccion/gaston-a-la-plancha-10-12-2013
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