Existe un método sistemático para que resuelvas un problema. Incrementarás drásticamente tu rendimiento si lo practicas.
Ahí van:
1. Ten una actitud abierta y confiada
Tranquilo. No te pongas nervioso. Todo tiene solución. Relájate y despejarás tu mente.
Con una mente despejada darás con las soluciones mucho antes.
No tienes un problema. Tienes un “Estado de las Cosas”. Todos los días surgen obstáculos. A ti y a todos. Pero tú lo verás como el “Estado normal de las cosas”.
Elimina las palabras faena, problema o imposible. Cámbialas por “curioso”.
2. Define tu situación al detalle
Tu siguiente paso es averiguar la causa de tu situación. Eliminarás la mitad de tus “problemas” si encuentras su raíz. La mayoría de veces solo será una preocupación mas que un problema. Nada es la que parece a primera vista. Profundiza y darás con el verdadero origen.
Descríbelo y pregúntate: “¿Es ése realmente el problema?” A menudo el verdadero problema suele ser otro del que vemos. Suele ser una preocupación personal y no un problema. Ahondando en esa preocupación verás que no tiene mayor importancia y te olvidarás. Con eso eliminarás el 50% de los “problemas”.
Luego describe tu situación al detalle. Hazte un esquema si es necesario. “¿Qué tengo?” “¿A quién tengo?” “¿Qué necesito?” “¿Qué movimientos puedo hacer?” Y sigue preguntándote: “¿Qué mas hay?” A veces los árboles no te dejan ver el bosque. Concéntrate. Los “problemas” tienen muchas ramificaciones y hay mil maneras de solucionarlos.
Define bien lo que tienes y luego decide. Un problema definido esta resuelto al 50%.
3. Busca el mayor número de soluciones posible
El tercer paso es intentar dar con el mayor número de soluciones. Cuantas más, mejor. Apúntalas. Las buenas aparecen al final. Tras las primeras soluciones obvias, aparece la solución perfecta.
Si el problema persiste empieza una sesión de concentración. Piensa y no pares hasta encontrar 10 soluciones distintas. Las número 8, 9 y 10 tardarán en salir, pero son las que te sacarán del atolladero. Prueba y verás.
4. Acción
¡Actúa!
Una decisión es mejor que ninguna. Es mejor arreglar un problema medio bien que no arreglarlo.
5. Chequea y persiste
Cuando tengas tu solución, cumple los plazos a rajatabla. Aquí es donde muchos se rinden.
Pero tu no. Chequea punto por punto como marcha tu plan. A menudo tenemos la solución pero la dejadez la mata.
Persiste y vigila que todo se cumpla.
Cortesía: http://www.maseficaz.com/
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