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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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lunes, 21 de noviembre de 2011

Ollanta tiene que definirse

El analista Nelson Manrique advierte que tras la decisión del gobierno de avalar el proyecto Conga, el presidente Ollanta Humala tiene la responsabilidad de decidir si opta por sus compromisos de campaña o por un rumbo neoliberal que generaría una grave crisis en el país. El historiador y sociólogo también denunció que el canal que financia Roque Benavides, Willax, está reclamando una “masacre preventiva” contra los que se oponen a los grandes proyectos mineros.

-¿El presidente Ollanta Humala ya ha definido el rumbo del gobierno tras su respaldo al proyecto Conga?-El gobierno está buscando un punto intermedio. Existen dos posiciones extremas. Una, es no a la minería y, la otra, minería e inversión extranjera sin regulaciones. Está por ver en qué medida el gobierno va a tener la habilidad para encontrar una salida y defender los intereses de la minería, el Estado y la población en su conjunto.

-Entonces ¿está por ver, todavía, si es que ya tomó un rumbo neoliberal?-Bueno, creo que la derecha ha saludado alborozada las declaraciones recientes. Los periódicos de la derecha han brindado por la decisión. Pero, por lo que he leído de las declaraciones del presidente Humala, lo que ha dicho es...
que nadie lo va a presionar, que no va a aceptar presiones de ningún tipo. Esto vale para los sectores que están cerradamente a favor y en contra de la minería.

-¿Cuáles serían las consecuencias de que el gobierno aplique una política neoliberal?-Sería traicionar a su base social e ir a un escenario bastante complicado para el país, ir a una situación bastante alborotada, que podría tener consecuencias muy riesgosas para el país.

-¿Sería el triunfo de una derecha que desde el inicio realizó una campaña mediática para arrinconar al gobierno?-Una campaña salvaje como nunca se vio en el país. Sería el triunfo de los sectores más retardatarios. Acá en el país no existe una derecha que defienda los intereses nacionales. Por el contrario, tenemos una derecha que llama a allanarse a las demandas de las transnacionales para no ahuyentar la inversión. Es una derecha que pide meter bala para restablecer el principio de autoridad en defensa de intereses extranjeros.

-Algunos observan con preocupación la influencia de los lobbies mineros en el Congreso y en ministerios como energía y Minas, entre otros.-Eso es muy preocupante. Durante la campaña electoral se denunció que más de 30 congresistas fueron financiados por “Reflexión Democrática, la ONG de Yanacocha. Eso obligó a una vigilancia especial de los electores y a la renuncia de dos candidatos a ese financiamiento. Creo que el gobierno debe pronunciarse en este tema, porque hay un evidente conflicto de intereses de algunos funcionarios.

Incluso algunas informaciones señalan que el asesor presidencial Luis Favre estaría detrás de algunas decisiones en torno al tema minero. -Esas versiones son preocupantes, pero habría que probar si es cierto.

En ese contexto, ¿es natural la desconfianza de las comunidades frente al Estado?-Por eso es que se requiere un especial cuidado en el diálogo, en establecer una vinculación de confianza con las comunidades, incorporarlas como interlocutores y no simplemente como sujetos a los que se les informa de las decisiones tomadas. A los precedentes históricos, ahora se suma la crisis medioambiental que afecta al mundo. La defensa del agua no atañe solo a las poblaciones vecinas a los proyectos mineros, sino que compromete un recurso que tiene que ser defendido por toda la sociedad. Se tienen que hacer verdaderos Estudios de Impacto Ambiental, con respeto a los estándares internacionales.

-Las protestas de la población están generando un ambiente crispado en el país. En ese contexto ¿cómo observa la actuación de las fuerzas de la derecha? -La derecha quiere sangre. Yo constato que periodistas como (Ricardo) Vásquez Kunze están incitando a una masacre, estoy buscando un término adecuado, una masacre preventiva, no. El señor Vásquez Kunze ha escrito que la revolución francesa no se habría producido si es que los reyes hubieran hecho una matanza en su momento oportuno. Y lo pone en el contexto de los conflictos que se han dado en Andahuaylas, incitando a hacer algo semejante. Con el pretexto de restablecer el principio de autoridad, llama a una intervención militar en Apurímac.

-¿Y no es el único?-No lo es. Hay que ver el canal de Roque Benavides, Willax, para ver en qué medida están trabajando en esa línea.

-¿Con Cecilia Valenzuela?Cecilia Valenzuela, Miguel Santillán… No hay que olvidar que eso es parte de la historia reciente. Una relación de ignorar las demandas, de mecer a la población y luego meterles bala. Eso es lo que ha pasado con Alan García, con más de 300 muertos.

-En estos momentos de crispación ¿qué pasos debería dar el gobierno para evitar esta confrontación?-Tiene que tomar opciones. Es decir: ¿va a mantener la relación con la base social que la llevó al poder? o, por el contrario, ¿va a terminar echándose en los brazos de la derecha que la repudió y le hizo una campaña abominable, y que proclamaba que se iba del país si ganaba? Allí hay mucho que hacer.

-Entonces, ¿el presidente Ollanta Humala está ante un dilema histórico?-Así es.


FRENTE A Chile
Hay que construir un poder militar disuasivo

-El tema del armamentismo Chileno preocupa a muchos analistas que ven en ello un intento para incumplir con el fallo de la Corte Internacional de la Haya en el tema limítrofe. ¿Cómo observa esta situación?
-Hay que recordar que el gobierno de Allende nacionalizó una mina de cobre que le da ingresos por 40 mil millones de dólares a Chile y que un diez por ciento de estos fondos le corresponden a las Fuerzas Armadas. En esas condiciones, es imposible que nos metamos en una carrera armamentista de ese nivel. Creo, en cambio, que hay una idea inteligente para construir un poder militar disuasivo y, el otro, es un trabajo intensivo en relaciones internacionales, diplomacia, fortalecimiento del entorno jurídico internacional en defensa de los intereses del país. De todas maneras el escenario internacional va a ser complicado. Siempre va a ser complicado.

Efraín Rúa
Redacción


Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/2/ollanta-tiene-que-definirse_99531.html

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