Por Aldo Parodi
“ Panis et Circenses !!! “, se dice de la estrategia de los
antiguos Romanos para mantener al pueblo tranquilo, entretenido y poder
gobernar sin rebeliones. La distribución de trigo gratuito o a bajo
costo y espectáculos de Gladiadores con feroces animales, distraían a
los oprimidos habitantes de sus cotidianos problemas, carencias y
vejaciones ( cualquier parecido con la situación Venezolana es pura
coincidencia… ).
En nuestra querida Lima, hoy de aniversario, Marco Tulio Gutiérrez emprendió, desde el inicio del reinado de nuestra Cleopatra Limeña, Susana Villarán, un...
montaje circense para sacarla del poder, endemoniando sus dotes ejecutivas y previendo, con cierta dote de brujo, que el espectáculo iría más allá de las expectativas de los asistentes del circo, también llamados Ciudadanos, con olones de Herradura, túneles sin hueco, destempladas acusaciones y un nuevo y esperado olón de un río que habló fuerte.
Marco Tulio regocijado, espera la consulta popular para inmortalizar el asesinato político de Cleopatra con la ilusión, creo yo utópica, de ser él, un futuro Emperador.
Pero detrás de cada plan siempre hay un maestro y aunque todos piensan que Marco Antonio Castañeda es el brillante autor, se equivocan, hay alguien aún más poderoso, inmenso, jacarandoso y gran estratega : Alan Augusto César.
Hábil como en sus tiempos mozos pero pulido en las visiones por la sabiduría que da el tiempo, Alan Augusto César prepara su camino a ser envestido como nuevo Emperador en el quinquenio que nos lleva al Bicentenario, poniendo a su General Marco Antonio a la cabeza de Roma previamente, para que organize su entrada triunfal.
Los escuderos del Emperador ya han entrado al circo para asegurar las victorias de Marco Antonio Castañeda y Alan Augusto César y el entretenimiento del pueblo está llegando a niveles orgásmicos, nunca antes vistos.
Una vez sea envestido El Emperador, Marco Tulio, olvidado, será deportado como Parlamentario Andino, donde se vanagloriará de ser el gestor del triunfo de su maestro, sin saber que fue, solamente, un payaso más.
Y mientras todo esto pase, nosotros los asistentes del Circo habremos vivido una experiencia inolvidable, comentaremos con orgullo por años que estuvimos allí, en los tiempos del Gran Circo Romano, donde vimos gladiadores y leones, también esclavos, hienas y payasos, siendo el gran finale, la asunción del nuevo Emperador, Alan Augusto César.
Ave César !!!
En nuestra querida Lima, hoy de aniversario, Marco Tulio Gutiérrez emprendió, desde el inicio del reinado de nuestra Cleopatra Limeña, Susana Villarán, un...
montaje circense para sacarla del poder, endemoniando sus dotes ejecutivas y previendo, con cierta dote de brujo, que el espectáculo iría más allá de las expectativas de los asistentes del circo, también llamados Ciudadanos, con olones de Herradura, túneles sin hueco, destempladas acusaciones y un nuevo y esperado olón de un río que habló fuerte.
Marco Tulio regocijado, espera la consulta popular para inmortalizar el asesinato político de Cleopatra con la ilusión, creo yo utópica, de ser él, un futuro Emperador.
Pero detrás de cada plan siempre hay un maestro y aunque todos piensan que Marco Antonio Castañeda es el brillante autor, se equivocan, hay alguien aún más poderoso, inmenso, jacarandoso y gran estratega : Alan Augusto César.
Hábil como en sus tiempos mozos pero pulido en las visiones por la sabiduría que da el tiempo, Alan Augusto César prepara su camino a ser envestido como nuevo Emperador en el quinquenio que nos lleva al Bicentenario, poniendo a su General Marco Antonio a la cabeza de Roma previamente, para que organize su entrada triunfal.
Los escuderos del Emperador ya han entrado al circo para asegurar las victorias de Marco Antonio Castañeda y Alan Augusto César y el entretenimiento del pueblo está llegando a niveles orgásmicos, nunca antes vistos.
Una vez sea envestido El Emperador, Marco Tulio, olvidado, será deportado como Parlamentario Andino, donde se vanagloriará de ser el gestor del triunfo de su maestro, sin saber que fue, solamente, un payaso más.
Y mientras todo esto pase, nosotros los asistentes del Circo habremos vivido una experiencia inolvidable, comentaremos con orgullo por años que estuvimos allí, en los tiempos del Gran Circo Romano, donde vimos gladiadores y leones, también esclavos, hienas y payasos, siendo el gran finale, la asunción del nuevo Emperador, Alan Augusto César.
Ave César !!!
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