En días recientes el ministro de Agricultura, Milton von Hesse, adelantó
algunos resultados preliminares del Censo Nacional Agropecuario
realizado hace unas semanas, destacando el crecimiento del minifundio,
lo que reforzaría una tendencia observada en el Censo anterior.
En efecto, el III CENAGRO, realizado en 1994, mostraba un claro
predominio de la pequeña agricultura en las cerca de 1’800.000 unidades
agropecuarias (UA). Según el INEI, el 55,4% de las UA eran minifundios
(menores de 1 ha hasta 2,99 ha), mientras que...
el 29% de las UA formaban
parte de la pequeña agricultura (3 ha hasta menos de 9,9 ha). De esa
forma el 84,4% de las UA censadas eran minifundios y pequeña
agricultura, asentadas sobre todo en la sierra.
Los primeros
avances del IV CENAGRO arrojarían un total de 2’500.000 UA y un aumento
del minifundio. El ministro Von Hesse anticipaba así que el promedio de
UA en el país pasaría de 3 ha, en 1994, a alrededor de 2 ha en 2012.
Dada nuestra reducida dotación de tierras de cultivo esas tendencias
preocupan. Las posibilidades de impulsar el desarrollo en esas
condiciones se complican mucho.
Llama la atención que en los
adelantos de los resultados del Censo no se mencione otra tendencia, de
la que venimos advirtiendo hace un tiempo: la concentración de tierras.
El fenómeno no es exclusivo del Perú
sino una tendencia internacional, solo que sus manifestaciones aquí se
conocen muy poco. Fruto sobre todo de las grandes obras de irrigación
financiadas por el estado peruano el 24,4% de las tierras de la costa se encontrarían bajo control de 16 grupos empresariales, según estimaciones de CEPES.
Impulsar
el desarrollo de la pequeña agricultura (mayoritaria en el país según
lo ratificaría próximamente el Censo) plantea un gran desafío para el
Estado y la sociedad. El crecimiento de las exportaciones de las grandes
empresas no parece necesitar de mayores estímulos del Estado.
Recogiendo la preocupación por atender a la inclusión social, se
trataría de que el Estado ponga ahora atención a las necesidades y
posibilidades de la pequeña agricultura, sobre todo en la sierra. Las
nuevas orientaciones en Sierra Productiva, el aumento del presupuesto de
2013 para el sector agrario y el fondo de mil millones de nuevos soles
para pequeños reservorios e irrigaciones en la sierra son señales
positivas. Pero lograr el desarrollo rural supone esfuerzos
complementarios, donde la coordinación intersectorial es indispensable.
Que esto sea el inicio del giro en la política agraria de las últimas
dos décadas.
Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas-y-colaboradores/primicias-del-censo-agropecuario_128363.html
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