Una niña sostiene un pedazo de tiza, lo pone en el piso y dibuja un
cuadrado, después otro y otro más, pone números en su interior y al
final un gran círculo, lo revisten de papel… es el mundo. Hace falta un
pedazo de tiza o papel, antes era una cáscara de plátano, y luego, por
turno, a saltar, de ida y vuelta, en un pie; si te caes, pierdes. Así de
estricto, pero así de divertido. Quienes tienen 30 años o más se
acordarán de...
este juego, con la gente del barrio, en cualquier pista o vereda. Los recuerdos regresan.
En competencia, varios chicos se alinean, cada cual metido en un saco hasta la cintura. Agarras el saco y empiezas a saltar, lo más veloz que puedas; la idea es llegar a la meta. ¿Quién no jugó al ‘saco’ en el colegio?
Y luego unas niñas en grupo juegan yaces, otros dan sus pininos en el dibujo, más allá un toreo de ping-pong. Hay niños que se deleitan con la lectura, bailan breakdance, hacen karate y tai chi, o tocan cajón y exploran las artes del circo. Todo al aire libre, rodeados de la naturaleza, de los árboles que sobreviven a la ciudad, del aire fresco aún en este verano que ya muestra su ardor. Los niños –protegidos con gorritas– se dejan ser y aprenden en el parque Neptuno (frente a la SUNAT de la avenida Wilson), hasta donde llegó la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, para dar inicio a Vacaciones Útiles y Divertidas, un programa gratuito que beneficiará a 200 000 niños de los distritos de Puente Piedra, Comas, Villa El Salvador, San Juan de Miraflores y El Agustino.
La alcaldesa habla de la importancia de la actividad física en los niños y tiene razón. En este mundo moderno, donde los videojuegos y el internet saturan, obsesionan y esclavizan a grandes y chicos, es importante ser concientes de que una vida saludable se logra a cualquier edad. Especialistas indican que “jugar al aire libre es una de las actividades más agradables y divertidas que se puede ofrecer a los hijos, ya que ayuda a desarrollar sentidos como el olfato, la vista y el oído”.
Un niño que monta bicicleta, que patea una pelota, que corre, es una persona que hace deporte, por lo que el crecimiento y desarrollo de sus músculos y huesos, e incluso las condiciones de sus pulmones, serán mucho más saludables que quienes todo el día ven televisión o se quedan sentados en casa jugando online .
La actividad física acaba con el sedentarismo. Además, puede evitar la obesidad y la depresión. Jugar al aire libre hace que los niños interactúen con otros, socialicen, exploren su entorno y aumenten la imaginación.
este juego, con la gente del barrio, en cualquier pista o vereda. Los recuerdos regresan.
En competencia, varios chicos se alinean, cada cual metido en un saco hasta la cintura. Agarras el saco y empiezas a saltar, lo más veloz que puedas; la idea es llegar a la meta. ¿Quién no jugó al ‘saco’ en el colegio?
Y luego unas niñas en grupo juegan yaces, otros dan sus pininos en el dibujo, más allá un toreo de ping-pong. Hay niños que se deleitan con la lectura, bailan breakdance, hacen karate y tai chi, o tocan cajón y exploran las artes del circo. Todo al aire libre, rodeados de la naturaleza, de los árboles que sobreviven a la ciudad, del aire fresco aún en este verano que ya muestra su ardor. Los niños –protegidos con gorritas– se dejan ser y aprenden en el parque Neptuno (frente a la SUNAT de la avenida Wilson), hasta donde llegó la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, para dar inicio a Vacaciones Útiles y Divertidas, un programa gratuito que beneficiará a 200 000 niños de los distritos de Puente Piedra, Comas, Villa El Salvador, San Juan de Miraflores y El Agustino.
La alcaldesa habla de la importancia de la actividad física en los niños y tiene razón. En este mundo moderno, donde los videojuegos y el internet saturan, obsesionan y esclavizan a grandes y chicos, es importante ser concientes de que una vida saludable se logra a cualquier edad. Especialistas indican que “jugar al aire libre es una de las actividades más agradables y divertidas que se puede ofrecer a los hijos, ya que ayuda a desarrollar sentidos como el olfato, la vista y el oído”.
Un niño que monta bicicleta, que patea una pelota, que corre, es una persona que hace deporte, por lo que el crecimiento y desarrollo de sus músculos y huesos, e incluso las condiciones de sus pulmones, serán mucho más saludables que quienes todo el día ven televisión o se quedan sentados en casa jugando online .
La actividad física acaba con el sedentarismo. Además, puede evitar la obesidad y la depresión. Jugar al aire libre hace que los niños interactúen con otros, socialicen, exploren su entorno y aumenten la imaginación.
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