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| (Karen Zárate/ El Comercio) |
Aquí, un recorrido al hogar del café uchuñari, el cual es recolectado tras ser expulsado por coatíes y es considerado uno de los más raros del planeta
RICARDO RÁEZ
Partimos de Juliaca acompañados por el río Ramis y una hora después tomamos el desvío hacia Putina, conocida por sus baños termales y su hermosa iglesia del siglo XVIII adornada con finos trabajos en...
cera del maestro José Espinoza Mamani.
Cirios, candelabros, ángeles y santos hechos de parafina se exhiben en las paredes del templo y rodean el altar principal. Un trabajo meticuloso único en su género en el Perú. Abandonamos Putina para cruzar el abra La Pampilla (4707 m.s.n.m.), que marca el punto más alto del camino y es el inicio de la ceja de selva puneña. Desde allí se observa el nevado sobre el que subsiste el pueblo minero de Rinconada.
La siguiente parada es Sandia y recorremos un circuito de tres caídas de agua para luego bañarnos en el río Tambopata. Tres horas más tarde llegamos a San Pedro de Putina Punco, un pueblo que solo es visitado por los que se dirigen al Parque Nacional Bahuaja Sonene, o van en busca del café Tunki, un producto que desde 2009 ha ganado varios premios nacionales e internacionales por su calidad excepcional.
Desde Putina Punco hay que recorrer a pie un estrecho camino que bordea el abismo y atraviesa campos de coca e infinidad de riachuelos. Tras dos horas bajo la sombra de los árboles encontramos a Raúl Mamani, primer puesto del Concurso Nacional de Cafés 2012. Entre sus vecinos más ilustres están Wilson Sucaticona y Benjamín Peralta, reconocidos productores de Tunki. Mamani nos asegura que solo falta media hora para llegar a su parcela y eso, para la gente de la ciudad, significa, por lo menos, una hora de camino.
El último tramo es una empinada subida que desemboca en un claro del bosque donde está su chacra. Raúl cosecha con sus hijos los granos de las especies canturra amarilla, canturra roja y borbón, que parecen cuentas de coloridos collares. Es un trabajo de filigrana ya que deben recolectar, una por una, las bayas que se aferran a los cafetos.
EL REINO DEL CAFÉ
Entre la maleza se mueven cinco coatíes o uchuñaris que se comen los granos más tiernos. Ellos son los protagonistas del café Uchuñari, que es recolectado luego de ser expulsado por estos animales y es vendido a US$30 el kilo por Mamani.
El producto es enviado a Juliaca donde se tuesta y es envasado para ser exportado a lugares como Japón y Europa donde su precio se quintuplica. Mamani resalta que el trayecto hasta Juliaca antes tomaba dos días y que hoy, gracias al buen estado de la carretera, solo le toma ocho horas.
De regreso a Putina Punco nos acompaña Líder, hijo de Raúl de 13 años que carga sobre una carreta un costal de 50 kilos como si de una almohada se tratase. Va con dos amigos que conversan, juegan y ríen durante todo el trayecto. No parece que fueran los guardianes del mejor café del Perú.
Fuente: http://elcomercio.pe/turismo/1539113/noticia-selva-puno-conoce-hogar-uno-mejores-cafes-mundo
Partimos de Juliaca acompañados por el río Ramis y una hora después tomamos el desvío hacia Putina, conocida por sus baños termales y su hermosa iglesia del siglo XVIII adornada con finos trabajos en...
cera del maestro José Espinoza Mamani.
Cirios, candelabros, ángeles y santos hechos de parafina se exhiben en las paredes del templo y rodean el altar principal. Un trabajo meticuloso único en su género en el Perú. Abandonamos Putina para cruzar el abra La Pampilla (4707 m.s.n.m.), que marca el punto más alto del camino y es el inicio de la ceja de selva puneña. Desde allí se observa el nevado sobre el que subsiste el pueblo minero de Rinconada.
La siguiente parada es Sandia y recorremos un circuito de tres caídas de agua para luego bañarnos en el río Tambopata. Tres horas más tarde llegamos a San Pedro de Putina Punco, un pueblo que solo es visitado por los que se dirigen al Parque Nacional Bahuaja Sonene, o van en busca del café Tunki, un producto que desde 2009 ha ganado varios premios nacionales e internacionales por su calidad excepcional.
Desde Putina Punco hay que recorrer a pie un estrecho camino que bordea el abismo y atraviesa campos de coca e infinidad de riachuelos. Tras dos horas bajo la sombra de los árboles encontramos a Raúl Mamani, primer puesto del Concurso Nacional de Cafés 2012. Entre sus vecinos más ilustres están Wilson Sucaticona y Benjamín Peralta, reconocidos productores de Tunki. Mamani nos asegura que solo falta media hora para llegar a su parcela y eso, para la gente de la ciudad, significa, por lo menos, una hora de camino.
El último tramo es una empinada subida que desemboca en un claro del bosque donde está su chacra. Raúl cosecha con sus hijos los granos de las especies canturra amarilla, canturra roja y borbón, que parecen cuentas de coloridos collares. Es un trabajo de filigrana ya que deben recolectar, una por una, las bayas que se aferran a los cafetos.
EL REINO DEL CAFÉ
Entre la maleza se mueven cinco coatíes o uchuñaris que se comen los granos más tiernos. Ellos son los protagonistas del café Uchuñari, que es recolectado luego de ser expulsado por estos animales y es vendido a US$30 el kilo por Mamani.
El producto es enviado a Juliaca donde se tuesta y es envasado para ser exportado a lugares como Japón y Europa donde su precio se quintuplica. Mamani resalta que el trayecto hasta Juliaca antes tomaba dos días y que hoy, gracias al buen estado de la carretera, solo le toma ocho horas.
De regreso a Putina Punco nos acompaña Líder, hijo de Raúl de 13 años que carga sobre una carreta un costal de 50 kilos como si de una almohada se tratase. Va con dos amigos que conversan, juegan y ríen durante todo el trayecto. No parece que fueran los guardianes del mejor café del Perú.
Fuente: http://elcomercio.pe/turismo/1539113/noticia-selva-puno-conoce-hogar-uno-mejores-cafes-mundo
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