Pese al alto el fuego decretado ayer, la capital rebelde es bombardeada. “Los libios están dispuestos a morir por mí”, aseguró el dictador.
Un avión caza del Ejército libio fue
derribado por las fuerzas rebeldes. (AP)
Por su parte, los rebeldes habrían derribado un avión de combate que sobrevolaba la zona, según informaron el medio árabe Al Yazira y la cadena británica BBC. El gobierno de Gadafi negó sin embargo haber atacado la ciudad y aseguró que las tropas insurgentes cometieron “una flagrante violación” de la zona de exclusión aérea impuesta por el Consejo de Seguridad de la ONU.
En tanto, Gadafi emitió algunos mensajes a los líderes que apoyan una intervención de la comunidad internacional en su país. “Los libios están dispuestos a morir por mí”, le dijo al presidente estadounidense Barack Obama, mientras que a los jefes de estado de Francia, Nicolas Sarkozy, y de Gran Bretaña, David Cameron, les anunció que “lamentarán” las acciones tomadas.
En medio de este choque de fuerzas, miles de personas huyen de Bengasi, la capital de la revolución, por los bombardeos registrados. En varias vías de salida del país se presentaron grandes embotellamientos.
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