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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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martes, 18 de diciembre de 2012

El Congreso y los gastos “de representación”


El Congreso y los gastos “de representación”


Por: Mario Zúñiga
Director de Asociación de Contribuyentes del Perú RespetoXRespeto
 
En una muestra más de su falta de conexión con los intereses de la población –razón por la cual no sorprenden las bajas cifras de aprobación con las que cuentan–, la semana pasada, parlamentarios de todas las bancadas aprobaron por unanimidad un incremento de S/. 7500 a...
S/.15234 en sus “gastos operativos”. Aunque para algunos el solo hecho de que las palabras “congresista” y “aumento” vayan juntas en la misma frase es motivo de indignación, no debemos apresurarnos en criticar. Quizás haya buenas razones.
 
Para la congresista Carmen Omonte, de Perú Posible, es necesario el aumento, ya que con ese monto financian “la compra de calaminas para una iglesia o de uniformes para una promoción escolar de la que somos padrinos”. Otros congresistas han dado ejemplos de gastos similares, que en buena cuenta no son otra cosa que campañas realizadas con nuestro dinero.
 
El congresista Mesías Guevara es un poco más sincero y señala que “hay desorden salarial: el presidente de la Superintendencia de Banca y Seguros gana 50 mil soles, el contralor cobra entre 30 y 35 mil soles, y líquido. Igual pasa en el BCR con los vocales supremos, con la diferencia de que ellos tienen carros y otros beneficios, a diferencia de los congresistas”.
 
Lo cierto es que, como reconoce Mesías Guevara, los denominados “gastos de representación” son (al menos parcialmente) un sueldo para los congresistas, ya que no rinden cuenta sobre esos montos e incluso tributan sobre ellos.
 
Quizá sí sea necesario aumentar los sueldos a los congresistas. En términos generales, en la Asociación de Contribuyentes del Perú RespetoXRespeto no nos oponemos a que los funcionarios públicos ganen un buen salario. Ello permite que el sector público sea competitivo con el sector privado en atraer a los mejores profesionales. Pero también creemos que el buen salario debe venir acompañado de una mejor performance y una adecuada rendición de cuentas a todos los contribuyentes.
 
Nuestros congresistas, sin embargo, salvo honrosas excepciones, no han dado señales de merecer un aumento.
 
Los gastos de representación deberían estar destinados, como su nombre lo indica, a cumplir la labor de representación (visitas, reuniones y talleres con la población) antes que a hacer donaciones, que no son otra cosa que una campaña reeleccionista financiada con nuestros propios recursos. Un poco de respeto con los contribuyentes, señores congresistas.
 
En una muestra más de su falta de conexión con los intereses de la población –razón por la cual no sorprenden las bajas cifras de aprobación con las que cuentan–, la semana pasada, parlamentarios de todas las bancadas aprobaron por unanimidad un incremento de S/. 7500 a S/.15234 en sus “gastos operativos”. Aunque para algunos el solo hecho de que las palabras “congresista” y “aumento” vayan juntas en la misma frase es motivo de indignación, no debemos apresurarnos en criticar. Quizás haya buenas razones.
 
Para la congresista Carmen Omonte, de Perú Posible, es necesario el aumento, ya que con ese monto financian “la compra de calaminas para una iglesia o de uniformes para una promoción escolar de la que somos padrinos”. Otros congresistas han dado ejemplos de gastos similares, que en buena cuenta no son otra cosa que campañas realizadas con nuestro dinero.
 
El congresista Mesías Guevara es un poco más sincero y señala que “hay desorden salarial: el presidente de la Superintendencia de Banca y Seguros gana 50 mil soles, el contralor cobra entre 30 y 35 mil soles, y líquido. Igual pasa en el BCR con los vocales supremos, con la diferencia de que ellos tienen carros y otros beneficios, a diferencia de los congresistas”.
 
Lo cierto es que, como reconoce Mesías Guevara, los denominados “gastos de representación” son (al menos parcialmente) un sueldo para los congresistas, ya que no rinden cuenta sobre esos montos e incluso tributan sobre ellos.
 
Quizá sí sea necesario aumentar los sueldos a los congresistas. En términos generales, en la Asociación de Contribuyentes del Perú RespetoXRespeto no nos oponemos a que los funcionarios públicos ganen un buen salario. Ello permite que el sector público sea competitivo con el sector privado en atraer a los mejores profesionales. Pero también creemos que el buen salario debe venir acompañado de una mejor performance y una adecuada rendición de cuentas a todos los contribuyentes.
 
Nuestros congresistas, sin embargo, salvo honrosas excepciones, no han dado señales de merecer un aumento.
 
Los gastos de representación deberían estar destinados, como su nombre lo indica, a cumplir la labor de representación (visitas, reuniones y talleres con la población) antes que a hacer donaciones, que no son otra cosa que una campaña reeleccionista financiada con nuestros propios recursos. Un poco de respeto con los contribuyentes, señores congresistas.

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