Por: Mario Zúñiga
Director de Asociación de Contribuyentes del Perú RespetoXRespeto
En una muestra más de su falta de conexión con los intereses de la
población –razón por la cual no sorprenden las bajas cifras de
aprobación con las que cuentan–, la semana pasada, parlamentarios de
todas las bancadas aprobaron por unanimidad un incremento de S/. 7500 a...
S/.15234 en sus “gastos operativos”. Aunque para algunos el solo hecho
de que las palabras “congresista” y “aumento” vayan juntas en la misma
frase es motivo de indignación, no debemos apresurarnos en criticar.
Quizás haya buenas razones.
Para la congresista Carmen Omonte, de Perú Posible, es necesario el
aumento, ya que con ese monto financian “la compra de calaminas para una
iglesia o de uniformes para una promoción escolar de la que somos
padrinos”. Otros congresistas han dado ejemplos de gastos similares, que
en buena cuenta no son otra cosa que campañas realizadas con nuestro
dinero.
El congresista Mesías Guevara es un poco más sincero y señala que “hay
desorden salarial: el presidente de la Superintendencia de Banca y
Seguros gana 50 mil soles, el contralor cobra entre 30 y 35 mil soles, y
líquido. Igual pasa en el BCR con los vocales supremos, con la
diferencia de que ellos tienen carros y otros beneficios, a diferencia
de los congresistas”.
Lo cierto es que, como reconoce Mesías Guevara, los denominados “gastos
de representación” son (al menos parcialmente) un sueldo para los
congresistas, ya que no rinden cuenta sobre esos montos e incluso
tributan sobre ellos.
Quizá sí sea necesario aumentar los sueldos a los congresistas. En
términos generales, en la Asociación de Contribuyentes del Perú
RespetoXRespeto no nos oponemos a que los funcionarios públicos ganen un
buen salario. Ello permite que el sector público sea competitivo con el
sector privado en atraer a los mejores profesionales. Pero también
creemos que el buen salario debe venir acompañado de una mejor
performance y una adecuada rendición de cuentas a todos los
contribuyentes.
Nuestros congresistas, sin embargo, salvo honrosas excepciones, no han dado señales de merecer un aumento.
Los gastos de representación deberían estar destinados, como su nombre
lo indica, a cumplir la labor de representación (visitas, reuniones y
talleres con la población) antes que a hacer donaciones, que no son otra
cosa que una campaña reeleccionista financiada con nuestros propios
recursos. Un poco de respeto con los contribuyentes, señores
congresistas.
En una muestra más de su falta de conexión con los intereses de la
población –razón por la cual no sorprenden las bajas cifras de
aprobación con las que cuentan–, la semana pasada, parlamentarios de
todas las bancadas aprobaron por unanimidad un incremento de S/. 7500 a
S/.15234 en sus “gastos operativos”. Aunque para algunos el solo hecho
de que las palabras “congresista” y “aumento” vayan juntas en la misma
frase es motivo de indignación, no debemos apresurarnos en criticar.
Quizás haya buenas razones.
Para la congresista Carmen Omonte, de Perú Posible, es necesario el
aumento, ya que con ese monto financian “la compra de calaminas para una
iglesia o de uniformes para una promoción escolar de la que somos
padrinos”. Otros congresistas han dado ejemplos de gastos similares, que
en buena cuenta no son otra cosa que campañas realizadas con nuestro
dinero.
El congresista Mesías Guevara es un poco más sincero y señala que “hay
desorden salarial: el presidente de la Superintendencia de Banca y
Seguros gana 50 mil soles, el contralor cobra entre 30 y 35 mil soles, y
líquido. Igual pasa en el BCR con los vocales supremos, con la
diferencia de que ellos tienen carros y otros beneficios, a diferencia
de los congresistas”.
Lo cierto es que, como reconoce Mesías Guevara, los denominados “gastos
de representación” son (al menos parcialmente) un sueldo para los
congresistas, ya que no rinden cuenta sobre esos montos e incluso
tributan sobre ellos.
Quizá sí sea necesario aumentar los sueldos a los congresistas. En
términos generales, en la Asociación de Contribuyentes del Perú
RespetoXRespeto no nos oponemos a que los funcionarios públicos ganen un
buen salario. Ello permite que el sector público sea competitivo con el
sector privado en atraer a los mejores profesionales. Pero también
creemos que el buen salario debe venir acompañado de una mejor
performance y una adecuada rendición de cuentas a todos los
contribuyentes.
Nuestros congresistas, sin embargo, salvo honrosas excepciones, no han dado señales de merecer un aumento.
Los gastos de representación deberían estar destinados, como su nombre
lo indica, a cumplir la labor de representación (visitas, reuniones y
talleres con la población) antes que a hacer donaciones, que no son otra
cosa que una campaña reeleccionista financiada con nuestros propios
recursos. Un poco de respeto con los contribuyentes, señores
congresistas.
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