columna de hoy, publicada en La República.
La jornada nacional de protestas del jueves, la mayor en lo que va del gobierno del presidente Ollanta Humala, es el anuncio de un cambio del clima político y social en el país.
Ese día hubo una movilización concertada, a nivel nacional, con expresiones en casi todas las regiones del país en torno a la Ley de Servicio Civil –promulgada precisamente el jueves– y la Ley Universitaria que se debate en el Congreso.
Pero detrás hay un mar de fondo que probablemente implique un incremento del proceso de movilizaciones en el país que va a marcar la pauta del tercer año del gobierno.
Esto sería una gran diferencia respecto del segundo año que termina este mes, un momento de balances y de arqueo de promesas concretadas, de las que están por cumplirse y de las que nunca se efectuarán.
Entre los factores que pueden alentar este cambio de clima político y social está, en primer lugar, la reacción ante cualquier reforma por parte de los sectores que se sienten perjudicados por el cambio.
En este sentido, es interesante que, luego de la modorra del gobierno para poner en marcha reformas, se empiece a percibir que este empieza, por fin, a moverse.
Al esfuerzo para reformar la universidad y la burocracia se añadirá el intento de hacer lo mismo en sectores como la salud, para lo cual su ministerio está pidiendo facultades al Congreso a fin de legislar con miras a lanzar un cambio relevante.
Si el gobierno sale de la modorra, lo que estaría bien, y empieza a hacer más reformas, debería esperarse que se mueva el bote social.
Pero esa no sería la única razón del movimiento. También van a tener influencia en este proceso los pleitos políticos en los que se ha enfrascado el gobierno con la izquierda, el Apra y el fujimorismo.
Asimismo, las elecciones regionales y municipales del próximo año van a ser otra fuente de conflictividad debido a que habrá muchos candidatos por todo el país tratando de perfilarse y una manera de hacerlo es, precisamente, poniéndose a la cabeza de movilizaciones que mejoren su capacidad de ser percibidos como líderes de sus comunidades.
La economía también alimentará la protesta. Por un lado, la desaceleración del crecimiento, en parte por el enfriamiento de la inversión, significará menor creación de empleos.
Por el otro lado, la pérdida de dinamismo de la economía, especialmente de la minería, significará, en varias regiones, un menor canon que se reflejará, finalmente, en protestas contra el gobierno por los recursos perdidos.
Ese es el panorama político-social que se viene y que va a significar un cambio relevante en el tercer año del gobierno del presidente Humala respecto de lo visto en el segundo.
Tomado de La República
Fuente: http://redaccion.lamula.pe/2013/07/07/picazon-del-tercer-ano-por-augusto-alvarez-rodrich/mariafernandape/
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