“Necesitamos un ministro de economía pro-pobre”

La política social del país muestra avances, pero aún son insuficientes. Según los economistas Enrique Vásquez y Gustavo Yamada, coeditores del libro “Políticas Sociales en el Perú, nuevos desafíos”, el nuevo gobierno no solo debe reformar los programas sociales, sino nombrar a un ministro de economía que promueva inversiones que generen empleo en las zonas excluidas. Existen los recursos para hacer el cambio; solo falta decisión para hacer que la pobreza no solo baje sus cifras, sino que deje de ser una sensación generalizada.

Ha habido mejoras en los últimos 15 años en políticas sociales, pero, ¿por qué persisten los pocos resultados?
Enrique Vásquez (E.V.): En la reducción de la pobreza y la desigualdad hay avances debido al crecimiento, pero para reducir la pobreza debe haber inversión privada que brinde empleo digno. En los últimos 10 años hemos tenido un crecimiento basado en el sector minero que genera poco empleo. Y entrarán 50 mil millones de inversión minera, pero debemos elegir a un gobernante que promueva que entren 50 mil millones más en agroindustria, manufactura textil, turismo, construcción, que generan más empleo.

Gustavo Yamada (G.Y.): En políticas sociales el avance ha sido irregular, en parte porque en países como Perú los programas sociales son tomados como presas fáciles con fines electorales. Al entrar un nuevo gobierno hay borrón y cuenta nueva, y no los manejan especialistas. Hay pocos que gracias a ciertos mecanismos han logrado independencia y manejo técnico, como Juntos.

¿Cómo evalúa la actuación de este gobierno?
E.V.: Empezó bien, enfocando la desnutrición crónica infantil como tema prioritario, se enfocó una estrategia como Crecer alrededor de la desnutrición, se hizo una reforma de los programas sociales, pero fue más administrativa que estratégica.

G.Y.: Se intentó una reforma, simplificarlos, reducirlos, pero se fue perdiendo. Solo se ha avanzado en la entrega del DNI, como una forma de identificar a los beneficiarios. Ojalá entre un gobierno con más ganas para mejorar la focalización y su administración.

Juntos ha sido la mejor experiencia aunque, como dijo Alejandro Toledo, se empezó tarde.
E.V.: El concepto teórico, la entrega del dinero, funciona. Pero no el hecho de que los colegios tengan maestros con horas adecuadas, con materiales para atender la nueva demanda, no. Hay problemas en las postas: van los niños, pero no hay profesionales. Las raciones alimentarias no siempre llegan… Sí, se empezó tarde además. Y por el apuro se inició sin línea de base, por lo que no se puede medir con precisión el avance.

Y del otro lado están ejemplos como el Vaso de Leche.
G.Y.: Sí, u otros como Projoven. En el caso del Vaso de Leche hay gente que ya cruzó hace tiempo el umbral de la edad, pero siguen recibiendo ese beneficio porque los comités se han enquistado y cuando se quiere sincerar el padrón de beneficiarios, hay marchas. Se está volviendo como la cédula viva.

¿Siguen siendo las poblaciones indígenas las más excluidas?
E.V.: Cuando uno analiza los niveles de exclusión y vulnerabilidad, educación, salud, saneamiento, agua, respeto a los derechos, ellos son los más excluidos, a pesar de que existen proyectos, normas y procedimientos, ninguna de estas iniciativas tienen respaldo financiero para mejorar la inclusión.

Pero si hay recursos ¿por qué no se hizo esto?
E.V.: Una buena administración se basa en la disponibilidad de recursos y en saber usarlos. Alan García tuvo debilidad al no reforzar la capacidad técnica de los cuadros administrativos y gerenciales. Entendió que al reducirse el sueldo daba un mensaje contra la desigualdad, pero desincentivó a los profesionales más probos. Se pudo hacer más con los recursos que se tenían.

G.Y.: Cuando se diseñan e implementan los programa sociales se deben anticipar los problemas potenciales. En los 80, cuando Alfonso Barrantes lanzó el Vaso de Leche como mecanismo de emergencia anticrisis, no pensó lo que iba a venir. Al iniciar un programa se deben identificar a los beneficiarios, tener transparencia en la entrada y salida del mismo, monitorear el impacto.

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