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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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domingo, 17 de junio de 2012

“Sería algo bonito que (Cipriani) pidas disculpas”

En los años 80, Martín Scheuch conoció a Juan Luis Cipriani cuando estudiaba teología en Lima. Actualmente radica en Alemania y al enterarse de la no renovación de las licencias ministeriales al padre Gastón Garatea para que este ejerza la actividad pastoral, decidió escribirle una carta al cardenal. Scheuch le recuerda al arzobispo de Lima que siempre le gustó estar de lado de los poderosos. Esta misiva fue publicada en su blog http:// laguitarrarota.blogspot.com/

Estimado Juan Luis:
Soy un católico creyente, miembro de la misma Iglesia de la cual tú formas parte, hermano tuyo en la fe, partícipe del mismo Espíritu. Alguna vez fui miembro de la grey confiada a tu cuidado pastoral en la arquidiócesis de Lima. Gracias a mis estudios teológicos llegué a conocerte personalmente. Recuerdo cuando yo era un estudiante de teología en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima y tú un joven sacerdote encargado de dictar el curso de Teología Moral.

Recuerdo también que...
cuando algunos alumnos, candidatos al sacerdocio, te proponían problemas referentes a cuestiones éticas límite, en vez de acoger las preguntas para estimular el pensamiento y suscitar una reflexión profunda que abordara el tema en toda su complejidad, buscabas la manera de refutar los planteamientos de esos alumnos con citas del Magisterio de la Iglesia y la Tradición, derrotarlos intelectualmente y forzarlos a callar. No aguantabas pulgas, mi estimado Juan Luis. Ya desde entonces mostrabas poca disposición hacia el diálogo respecto a quienes supuestamente discrepaban contigo.

Es cierto que el Derecho Canónico te reconoce como pastor la potestad de retirarle las licencias ministeriales, es decir, la potestad de ejercer actividades pastorales, a cualquier clérigo dentro de tu jurisdicción eclesiástica, si crees que hay motivos suficientes. El problema es que en el caso del P. Gastón Garatea, tú no has explicado cuáles son esos “motivos suficientes” de manera oficial, aunque extraoficialmente se ha difundido que son ciertas declaraciones que ha hecho este sacerdote respecto al celibato sacerdotal y la unión civil de homosexuales.

Asimismo, se ha dicho que la sanción se debe a “su público apoyo a la agenda gay”. Todo esto son meras interpretaciones antojadizas, conclusiones subjetivas basadas en una ideología religiosa extremista y maniquea. Y tú no has comentado nada al respecto ni te has despeinado, mi estimado Juan Luis, permitiendo que se macule impunemente la honra de un sacerdote cuya opción por el Evangelio y su fidelidad a la Iglesia nunca han sido puestas en duda sino por grupos conservadores que esgrimen sus interpretaciones particulares como si ellos tuvieran el monopolio de la verdad y representaran a la Iglesia auténtica. Será tal vez porque estás de acuerdo con este tipo de afirmaciones sensacionalistas.

Contra un sencillo sacerdote que trabaja en tu arquidiócesis, el P. Garatea, sí te atreves a hacer lo que te dé la gana, al no renovarle las licencias ministeriales en tu circunscripción. Da la impresión de que quisieras dar una señal a todos los demás sacerdotes de tu arquidiócesis. ¡Tengan cuidado con lo que digan, pues si no, ya verán lo que les pasa!

¿Es que acaso sobran los sacerdotes en tu arquidiócesis? ¿Implica tu decisión una sanción al P. Garatea, o más bien a las comunidades que él atiende pastoralmente? Pues les estás quitando a esos fieles la asistencia pastoral y sacramental de un sacerdote que ha expresado su voluntad de vivir el celibato y que ha dado muestras de “respeto, compasión y delicadeza” hacia las personas homosexuales, como lo manda la Iglesia, y que además ha manifestado su compromiso con lo social y los derechos humanos a través de su participación en la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza y la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Si bien el Informe Final de esta comisión valora muy bien el papel de la lglesia católica durante el período de violencia 1980-2000 en el Perú, tú, mi estimado Juan Luis, eres de los pocos que salen mal parados, con hechos que no han sido inventados y están bien documentados, los cuales a mí, como católico creyente, me siguen causando vergüenza.

¿No te parece injusto, Juan Luis, más aún cuando a ti desde hace más de una década –no seis años– se te ha llamado la atención por ponerte del lado de dictadores, presidentes corruptos, algunos militares y policías responsables de matanzas, y poquísimas veces del lado de las víctimas de los abusos? ¿Cuándo levantaste tu voz en contra de las esterilizaciones masivas realizadas a la fuerza por el gobierno de Fujimori? ¿No justificaste de alguna manera la muerte de campesinos inocentes cuando eras obispo de Ayacucho porque “en toda guerra debe haber muertos”?

¡Veo que te sigues poniendo del lado de los poderosos, independientemente de cuál sea su catadura moral! Se me vienen a la memoria las imágenes propaladas por Canal N el 28 de julio del año 2000, donde se te veía a ti recibiendo en la Catedral con sonrisas cómplices y gestos cordiales al presidente Fujimori, culpable de delitos de lesa humanidad, mientras en el centro de Lima ardía Troya, sin que eso te haya importado un comino. Ni entonces ni ahora.

El P. Gastón Garatea no ha dado ningún mal ejemplo, ha sido para muchos un estímulo para seguir el camino que Jesús nos indicó, haciendo uso de la libertad de expresión ha dado su opinión en asuntos que no afectan nada esencial dentro de la doctrina de la Iglesia, y tú le quitas las licencias para ejercer su ministerio sacerdotal en tu arquidiócesis. No lo entiendo. Espero que reflexiones y reconsideres la decisión que has tomado. Sería algo bonito, simpático, un gesto de buena voluntad, que lo hagas. Y además, que pidas disculpas”. Tu hermano en Cristo Martín Scheuch

Fuente: http://diario16.pe/noticia/16872-seraia-algo-bonito-cipriani-que-pidas-disculpas

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