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En el último mundial de fútbol, la firma Nike vistió a las selecciones de Brasil, Holanda y Portugal con camisetas hechas de poliéster reciclado a partir de ocho botellas de plástico por prenda. Eso permitió que Nike se ahorrara un 30% de energía para fabricar la tela.
Este es solo uno de los beneficios del reciclado de desechos sólidos. Según César Zela Fierro, gerente general de Peru Waste Innovation (PWI), esta actividad se convertirá en el negocio del futuro, ante la reducción de las reservas de materias primas en el mundo que se utilizan para la fabricación de productos. Señaló que, en 2009, el Perú exportó unos US$53 millones de ‘basura’ (residuos sólidos), especialmente, hacia el mercado de China.
“Lo que el país comercializa al exterior es, principalmente, plástico reciclado (PET) y metales. Vemos que los residuos electrónicos, como los celulares, empezarán a crecer rápidamente, debido al cambio tecnológico y a los menores precios que estos productos vienen registrando”, explicó.
Por ejemplo, detalló, la venta al exterior de celulares usados generó ingresos para el país por US$5.2 millones, lo cual equivale a 1,450 toneladas. “Si el país tenía 9 millones de aparatos en 2008, este año generó 900 mil teléfonos móviles en desuso y reportó ingresos por US$3.4 millones. Hoy hay 14 millones de celulares, es decir, un incremento de 50% en dos años”, comentó.
Según información de Aduanas, hasta agosto de este año, la exportación de desechos sólidos superó el total enviado en 2009, por lo que se espera que al cierre de 2010, la venta al exterior de este material reciclado alcance US$70 millones.
EL KILO DE CELULAR. El desarrollo de esta actividad en el país está en riesgo debido a la informalidad. En todo el país, existen 108 mil recicladores no formalizados para solo cinco grandes empresas compradoras de este material, a través de intermediarios y almacenes.
“El precio que se paga a los recicladores lo fijan las grandes compañías”, mencionó Zela.
Así, por ejemplo, un kilo de celular usado se comercializa en S/.5, pero se llega a exportar en US$7. De igual forma, el kilo de PET se compra a 70 céntimos de sol y se vende al exterior en US$2.5.
“Además, estas operaciones no pagan IGV. Las empresas emplean varias estrategias para evadir el impuesto”, alertó.
Planteó que una solución es exonerar dicho tributo, con el fin de que el mercado sea transparente y que se paguen precios a los recicladores de acuerdo con la ley de la oferta y la demanda.
Este es solo uno de los beneficios del reciclado de desechos sólidos. Según César Zela Fierro, gerente general de Peru Waste Innovation (PWI), esta actividad se convertirá en el negocio del futuro, ante la reducción de las reservas de materias primas en el mundo que se utilizan para la fabricación de productos. Señaló que, en 2009, el Perú exportó unos US$53 millones de ‘basura’ (residuos sólidos), especialmente, hacia el mercado de China.
“Lo que el país comercializa al exterior es, principalmente, plástico reciclado (PET) y metales. Vemos que los residuos electrónicos, como los celulares, empezarán a crecer rápidamente, debido al cambio tecnológico y a los menores precios que estos productos vienen registrando”, explicó.
Por ejemplo, detalló, la venta al exterior de celulares usados generó ingresos para el país por US$5.2 millones, lo cual equivale a 1,450 toneladas. “Si el país tenía 9 millones de aparatos en 2008, este año generó 900 mil teléfonos móviles en desuso y reportó ingresos por US$3.4 millones. Hoy hay 14 millones de celulares, es decir, un incremento de 50% en dos años”, comentó.
Según información de Aduanas, hasta agosto de este año, la exportación de desechos sólidos superó el total enviado en 2009, por lo que se espera que al cierre de 2010, la venta al exterior de este material reciclado alcance US$70 millones.
EL KILO DE CELULAR. El desarrollo de esta actividad en el país está en riesgo debido a la informalidad. En todo el país, existen 108 mil recicladores no formalizados para solo cinco grandes empresas compradoras de este material, a través de intermediarios y almacenes.
“El precio que se paga a los recicladores lo fijan las grandes compañías”, mencionó Zela.
Así, por ejemplo, un kilo de celular usado se comercializa en S/.5, pero se llega a exportar en US$7. De igual forma, el kilo de PET se compra a 70 céntimos de sol y se vende al exterior en US$2.5.
“Además, estas operaciones no pagan IGV. Las empresas emplean varias estrategias para evadir el impuesto”, alertó.
Planteó que una solución es exonerar dicho tributo, con el fin de que el mercado sea transparente y que se paguen precios a los recicladores de acuerdo con la ley de la oferta y la demanda.
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