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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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sábado, 13 de agosto de 2011

Preguntas para el Presidente Ollanta

“Ya que se trata de elegir, procura elegir siempre aquellas opciones que permiten luego mayor número de otras opciones posibles, no las que te dejan cara a la pared. Elige lo que te abre: a los otros, a nuevas experiencias, a diversas alegrías. Evita lo que te encierra y lo que te entierra.”
(Fernando Savater, Ética para Amador, p. 174)

El Presidente Ollanta Humala ha decidido designar como uno de sus asesores presidenciales, al abogado Eduardo Roy Gates, hijo del reconocido penalista Roy Freyre, y joven profesional de éxito que – con todo derecho- decidió ganarse la vida defendiendo penalmente a algunas personas –muy conocidasacusadas actualmente de narcotráfico y lavado de dinero: parte del clan familiar de los Sánchez Paredes y al señor Cataño y al acusado de corrupción Rómulo León Alegría.

El Presidente del Consejo de Ministros, Salomón Lerner, el segundo vicepresidente de la República, Omar Chehade y el propio Roy Gates, han salido al frente ante la lluvia de críticas tras este nombramiento. En síntesis, los argumentos de descargo han sido los siguientes:
• Es un abogado de éxito. Eso no lo ponemos en tela de juicio y seguramente es así.
• En el Perú existe el derecho de defensa de cualquier ciudadano, así sea acusado de narcotráfico, lavado de dinero o terrorismo, lo que tampoco ponemos en tela de juicio.
• En el Perú los abogados somos libres de escoger a nuestros clientes y con eso nos ganamos la vida la gran mayoría de colegas. Tampoco lo discutimos y el segundo vicepresidente Chehade lo ha resumido sin anestesia en declaraciones a Ideeleradio: “Eduardo (Roy Gates) es un buen abogado y no es ningún delincuente, no ha cometido ningún tipo de delito y finalmente es libre de defender a quien le plazca”.
• Finalmente, el señor Roy Gates ha dicho que a él no lo cuestionan sino a algunas personas que han sido sus clientes y que están acusados de narcotráfico, lavado de activos o corrupción. Si bien esto también es verdad, una precisión inmediata: si él fuera el acusado de estos graves delitos, su designación habría sido sencillamente inaceptable.

¿Qué decir entonces frente a estos argumentos? Que son válidos para un abogado penalista que decide –reiteramos, con todo derecho dedicarse profesionalmente a la defensa privada de personas acusadas de delitos de narcotráfico, lavado de dinero y grave corrupción, tal como lo hace el conocido abogado César Nakasaki. El problema es otro. El problema es que resulta altamente inconveniente para la ética pública de la Nación y para la imagen nacional e internacional del nuevo Gobierno, que un abogado que ha patrocinado casos de narcotráfico, lavado de dinero o corrupción, sea designado como uno de los asesores del Presidente de la República. No estamos frente a un abogado que patrocinó empresas o particulares en materia civil, comercial o constitucional, estamos hablando de narcotráfico.

Esa es la gran diferencia entre la ética privada del abogado litigante –legítima- y la ética pública –no sólo legítima, sino también indispensable para el Estado de Derecho-. Esa necesaria separación entre lo público y privado está totalmente ausente en esta cuestionada designación presidencial: el abogado Roy Gates tiene todo el derecho de ejercer legalmente el patrocinio privado de las personas que le plazcan –como dice el segundo vicepresidente-, pero si algunos de los casos que defendió eran de narcotráfico, lavado de dinero o corrupción, ¿es conveniente que sea designado asesor jurídico del Presidente de la República? Nosotros consideramos que...
es absolutamente inconveniente, porque es consenso –para el propio Presidente Humala, acorde con su mensaje presidencial- que el narcotráfico posee un poder corruptor inmenso en nuestro país y que no podemos hacerle concesión alguna.

Por ello, somos –tal vez de los menos- que nos resistimos a aceptar que el estándar de la ética pública sea rebajado. Si hoy aceptamos que no hay problema alguno que un abogado que ha defendido casos de narcotráfico, lavado de dinero o corrupción, puede llegar a ser asesor del Presidente de la República, entonces abriremos las puertas para que otros abogados, en similar condición, lleguen a ser jueces o fiscales supremos y, por qué no, hasta Fiscal de la nación o Presidente del Poder Judicial ¿Eso estaría bien, señor Presidente? al respecto, sugerimos al Presidente Humala, muy respetuosamente, que le formule tan solo dos preguntas a su flamante asesor jurídico:

¿Patrocinó estos sonados casos de narcotráfico, lavado de dinero o corrupción convencido de la inocencia de sus patrocinados? ¿o lo hizo por un lucrativo acuerdo económico y con la conciencia tranquila que toda persona tiene derecho a la defensa? Porque si el señor Roy Gates está convencido de la inocencia de sus hasta hace poco clientes (la familia sánchez Paredes, el señor cataño o el señor León alegría), entonces casi toda la opinión pública ha vivido engañada todo este tiempo y habría que investigar más bien a los medios de comunicación, a la Policía nacional y al Ministerio Público. al respecto, recuerdo que las organizaciones de derechos humanos defendimos a miles de personas injustamente acusadas de terrorismo, convencidos de su inocencia y sin que mediara interés de lucro de por medio.

• Luego de ser asesor presidencial, ¿retomará la defensa privada de estos u otros casos de narcotráfico, lavado de dinero o corrupción? Lo preguntamos porque el señor Roy Gates ha querido tranquilizar a la prensa asegurando que ya dejó los casos que patrocinaba y que ha vendido su participación en el Estudio de abogados. según nuestra experiencia, es muy difícil, en los hechos, que un abogado que ejerce el litigio privado, se desligue por completo del mismo cuando accede a un cargo público por un tiempo limitado y eso es muy preocupante tratándose de casos de narcotráfico o lavado de dinero.

Todo esto se ve agravado por el contexto en el que vivimos los peruanos: la corrupción generalizada, respecto de la cual el narcotráfico es una de sus principales fuentes. ¿Acaso luchar contra la corrupción no fue una de las principales banderas del Presidente Humala durante la campaña electoral? tan profunda y extendida es la corrupción que podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la misma está ya institucionalizada no solo en el Perú, sino en muchos países de américa Latina.

Al respecto, el reconocido jurista internacional Guillermo o´Donnell sostiene que en nuestras precarias democracias existe una institución no formal, pero muy enraizada: “… el particularismo (o clientelismo, en sentido amplio)… el particularismo coexiste actualmente en incómoda tensión con y dentro de las instituciones y reglas formales de lo que denominaré el complejo institucional de la poliarquía (democracia)… me refiero a diversos tipos de relaciones no universalistas, desde transacciones particularistas jerárquicas, patronazgo, nepotismo, favores y jeitos, hasta acciones que, según las reglas formales del complejo institucional de la poliarquía, serían consideradas corruptas… El particularismo… es antagónico con uno de los principales aspectos del complejo institucional de la poliarquía: la distinción, en términos legales, normativos y de comportamiento, entre una esfera pública y una privada… Se supone que los individuos que asumen roles en las instituciones públicas… no están dominados por motivos particularistas, sino por concepciones universalistas orientadas a la obtención de alguna versión del bien público…” (Guillermo O´Donnel, Contrapuntos)

¿El asesor presidencial Roy Gates es el más indicado para aconsejar al Presidente Humala, lo mejor posible, en la formulación de un “bien público” como las medidas y normas para investigar y perseguir, sin cuartel, al narcotráfico y el lavado de dinero? ¿Podrá desprenderse tan rápida y radicalmente de quienes hasta hace poco fueron sus clientes? si falla, el asesor retornará al lucrativo litigio privado y usted, señor Presidente, asumirá todo el costo político. Elija bien sus opciones; contrario a lo que mucha gente piensa, la ética también es útil.

David Lovatón Palacios: Ideele

Fuente:  http://diario16.pe/noticia/8388-preguntas-para-el-presidente-ollanta

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