Por Raúl Wiener
POLITIKA Analista
Para el diario "La Primera"
En este caso, a diferencia de otros, Humala no tiene la excusa de los
escándalos, las huelgas u otras anormalidades significativas para
cambiar a la cabeza de la institución. Si Campodónico se va, será
exclusivamente porque...
el copamiento del gobierno por la tecno-burocracia
comandada por Castilla ha llegado demasiado lejos y vienen ahora por
los últimos espacios desde los cuales se podía aspirar a una política
medianamente nacionalista.
CAOS (Columna aparecida el 28.11.12)
Se veía venir. No solo por
los rumores que llegaban de distintos lados, sino sobre todo por la cada
vez más evidente discrepancia entre los planes de desarrollo del sector
petrolero y de Hidrocarburos de PetroPerú
y la política errática, tramposa y entreguista a cargo del ministro
Jorge Merino Tafur que, en un solo año, tergiversó el concepto de
recuperación de las reservas embargadas de Gas Natural
del lote 88, que siguen igual que antes; destrozó el proyecto del
gasoducto andino y la petroquímica del sur; salvó al consorcio de Camisea
de su obligación de devolver las regalías dejadas de cobrar por el
desvío de barcos en alta mar hacia destinos no declarados para obtener
mejores precios; demoró la aplicación de alternativas para que PetroPerú reingresara a la explotación directa de Hidrocarburos
del subsuelo; vaciló frente a la modernización de la refinería de
Talara y se lavó las manos ante la propuesta de venta de La Pampilla.
La
ruta para la recuperación de la soberanía energética, que era la
bandera clave de la campaña nacionalista, siguió abierta después de
todos los virajes iniciales del gobierno, pero se cayó porque los
puestos de decisión política fueron siendo tomados por una capa de
funcionarios que ya estaban en el Estado cuando se entregaron las
riquezas del país a través de la privatización.
Increíblemente, Humala convocaba a recuperar el gas y nombraba viceministro de energía al tecnócrata que hizo los contratos por los cuales el Perú no puede disponer libremente de sus riquezas.
Ese hombre es además ahora el responsable de los nuevos contratos que se suscriben a través de Perupetro
y nada de eso hubiera ocurrido si el presidente decía no y si frenaba a
su ministro Merino, cuyo mérito aparente es haberle conseguido un
pequeño fondo de subsidio para un GLP de pobres que nada tiene que ver
con la promesa original de obligar a Camisea a sincerar sus precios al público para obtener un gas más barato para todos.
La técnica para sacar a Humberto Campodónico de la presidencia de PetroPerú
ha seguido una ruta que parece ya una marca de este gobierno: primero
es la coexistencia, luego la acumulación de discrepancias, el teléfono
cortado y el pedido de renuncia.
Luego, como está ocurriendo, el
nombramiento de un presidente de reemplazo escogido de entre los
funcionarios de línea que seguramente hará que la transición sea menos
evidente hasta lograr poner a quien realmente exprese lo que se espera
para esta importante empresa.
Recuérdese que en Perupetro
hubo dos presidentas que no duraron demasiado desde la salida de Ochoa
hasta la entronización del señor Ortigas. Así que si de paciencia se
trata, los neoliberales como Merino han demostrado que van conquistando
posiciones poco a poco.
El problema es Humala y el riesgo que una empresa emblemática como PetroPerú termine controlada por agentes de las transnacionales del sector. Y eso en nombre del nacionalismo.
Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas-y-colaboradores/campodonico-deja-petroper_128656.html
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