Apenas terminada esa votación señalamos la ceguera de los órganos mediáticos de la derecha, que creían ver en el 32% de los sufragios para Humala la suma de todo el descontento. Escribimos entonces que también en el voto por Toledo y aun el de Fujimori se refugiaban electores deseosos de una nueva política.
La decisión del fundador de Perú Posible refleja esa tendencia. Se concretó el domingo último en un plenario nacional realizado en el local partidario de la avenida Pershing. Ahí, los 600 asistentes aprobaron casi por unanimidad el apoyo a Humala. Al final de la asamblea, Toledo anunció la decisión que ayer se hizo pública.
Esto implica un gesto democrático por partida doble. Como acatamiento de una voluntad de las bases y como aporte a una salida correcta en la dramática elección del 5 de junio.
Hay que resaltar esa actitud en momentos en que una campaña monstruosa basada en calumnias, desinformaciones, mentiras, falsos testimonios, se despliega en los medios de comunicación social.
La gigantesca movilización propagandística se acompaña de un sórdido, multimillonario intento de comprar la voluntad ciudadana. Dos ciudadanos distinguidos que estuvieron en Tacna este martes me contaron cómo habían visto llegar a esa ciudad un tráiler gigante, que parecía nunca acabar. El vehículo contenía las prebendas que la señora Luz Salgado llevaba a la Ciudad Heroica con la mira de comprar voluntades.
El sábado 21, Pedro Pablo Kuczynski convocó, con enorme apoyo mediático, a un “mitin de la juventud” en el Campo de Marte. Llevó orquestas de rock y de salsa, pero ¡ay dolor! sólo acudieron mil personas, las cuales se retiraban después de recibir su botella de cerveza gratis.
PPK dejó atrás la tradición del voto comprado a comienzos del siglo XX con pisco y butifarras (embutidos).
Aquella era la época de la República Aristocrática. Allá en tiempos de entonces, el voto no era secreto; era cantado en voz alta, en presencia de los llamados capituleros, generalmente matones de barrio.
Todo Lima es hoy testigo del cuantioso gasto de Fujimori, financiado sin duda por la banca y la gran minería, que reparte regalos a diestra y siniestra: polos, carritos salchicheros, bolsas de arroz, frijoles, azúcar.
¿Lograrán con eso comprar el voto de los ciudadanos, sobre todo en las áreas más pobres? No es seguro. Un distinguido amigo que estuvo en estos días en un pueblo amazónico recibió esta contundente reacción de una mujer humilde:
-“A mí que me den lo que quieran. ¡Yo voto por el cholo Humala!”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.