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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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lunes, 16 de mayo de 2011

Lapso entre dos vueltas en el Perú supera promedio latinoamericano

La media continental alcanza los 42 días. Incertidumbre y costos de campaña aumentan entre los dos sufragios

IGNAZIO DE FERRARI
Entre el domingo 10 de abril, fecha de la primera vuelta electoral, y el 5 de junio, día de la segunda vuelta, transcurrirán ocho semanas. Esos 56 días superan largamente el promedio latinoamericano de tiempo transcurrido entre dos vueltas electorales. En los últimos 25 años se han celebrado 30 elecciones presidenciales en la región en las que fue necesario ir a un segundo round y, en promedio, pasaron 42 días entre la primera y la segunda cita electoral.
Como muestra el cuadro en esta página, en ningún país en el que haya habido más de un proceso a dos vueltas, ha transcurrido en promedio tanto tiempo entre la primera y la segunda vuelta. Los países más cercanos son Ecuador y Guatemala con 53 días. En 1990 los peruanos tuvieron que esperar 63 días para decidir la elección entre Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori, luego de que ninguno de los dos obtuviera la mayoría absoluta en la elección de abril. Solo en un proceso electoral, el ecuatoriano de 1988 transcurrió más tiempo entre las dos vueltas: 98 días.
La pregunta se desprende por sí sola: ¿es necesario esperar tanto tiempo entre ambos procesos? Para Fernando Tuesta, ex jefe de la ONPE, tan larga espera es innecesaria y proviene de una mala aplicación del modelo instaurado en Francia en la V República, donde solamente hay dos semanas de diferencia entre cada vuelta – en Francia la doble vuelta se utiliza tanto en elecciones presidenciales como legislativas y regionales. La aplicación que se ha dado en el Perú tiene “errores de raíz porque [mientras] los franceses la conciben como una especie de tiempo suplementario, como parte de un solo proceso, [en el Perú] hay tanta diferencia que se convierte prácticamente en dos elecciones”. Para Tuesta “el símil con un partido de fútbol es idóneo. No es lo mismo jugar un tiempo suplementario que pasar el partido para [mucho tiempo] después. [Es] otra elección cuando la elección [debe ser] una unidad”.
INCERTIDUMBRE Y COSTO
En procesos electorales en los que tanto está en juego, como suele ser el caso del Perú, o en los que las dos candidaturas finalistas despiertan tantas dudas, como sucede en esta ocasión, extender la incertidumbre con respecto al resultado final no parece ser la mejor de las ideas, pues genera parálisis tanto en la administración pública como en el sector privado. Decisiones importantes como reformas en el aparato estatal o proyectos de inversión en el terreno empresarial son aplazados hasta tener una idea clara sobre su viabilidad bajo el nuevo gobierno.
El caso de la Bolsa de Valores de Lima es un buen ejemplo. Las pronunciadas caídas y alzas que se han dado desde el 10 de abril son un reflejo de cómo los mercados procesan la información que reciben de la esfera política. “Debido a la incertidumbre, el mercado ha dejado de moverse por fundamentos y ahora lo hace por noticias […]”, ha dicho hace unos días el gerente de inversiones de Prima AFP, Alejandro Pérez-Reyes. En este contexto, las noticias son fundamentalmente las encuestas de intención de voto.
Reducir lo más temprano posible la incertidumbre sobre la formación del nuevo gobierno no sería la única ventaja de contar con un período más reducido entre vueltas. La incidencia sobre el costo de las campañas electorales sería otro factor positivo ya que, a menudo, el dinero que se invierte en las mismas se produce a cambio de favores políticos que luego deben ser devueltos al llegar al gobierno. Según los reportes de gastos presentados ante la ONPE, solamente en la campaña de la primera vuelta, entre el 6 de diciembre, fecha de la convocatoria a elecciones, y el 10 de abril, Fuerza 2011 gastó S/.6’967.482,43, lo que equivale a S/.55.739,86 al día. Gana Perú, a su vez, desembolsó S/.8’797.996,22, es decir, S/.70.383,97 diarios.
¿Y LOS CAMBIOS?
Sobre la necesidad de acortar los tiempos entre la primera y la segunda vuelta se ha debatido al interior de los organismos electorales por años, sin embargo no se ha llegado a una solución para hacer efectivos esos cambios.
Para Tuesta, los problemas son de tipo normativo y de excesiva burocracia. “La ONPE y el jurado [JNE] desde mi época tenían que esperar la convocatoria a la segunda vuelta para recién enviar el marco presupuestal al MEF y ellos no te lo dan al día siguiente. Puede haber coordinaciones que se acortan pero caes en la burocracia administrativa. Sin presupuesto no puedes comenzar a realizar tus actividades”.
La solución parece radicar en potenciar los organismos electorales para que los resultados de la primera ronda se obtengan con más rapidez. Según Tuesta, el voto electrónico podría ser la solución. Brasil ha experimentado con esta modalidad desde 1996 y, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del año pasado, los resultados finales se conocieron tres horas después del cierre de las urnas. Sin embargo, el voto electrónico no está exento de riesgos.
Como señala Tuesta, la confianza en los organismos electorales debe ser muy alta para evaluar su uso.
    Fuente: http://elcomercio.pe/politica/758165/noticia-lapso-entre-dos-vueltas-peru-supera-promedio-latinoamericano_1

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