Queridos amigos y amigas,
¡Lo logramos! La propuesta que buscaba la legalización de la caza de las ballenas fue rechazada en Marruecos; y nuestra campaña contribuyó a volcar la balanza.
En apenas unas semanas, construimos la petición más grande de toda la historia a favor de la protección de ballenas, alcanzando la extraordinaria cifra de 1.2 millones de firmas en todo el mundo. La petición fue entregada directamente a los principales delegados durante la reciente cumbre de la Comisión Internacional Ballenera. Al final, se logró mantener la prohibición de la caza de ballenas instaurada hace 24 años.
Los grupos de presión a favor de la caza de ballenas intentaron alcanzar, a través de artimañas y favores políticos, un 'compromiso' que hubiera resultado en el establecimiento de cuotas para matar ballenas; pero a medida que la tensión crecía en las negociaciones a puerta cerrada, nuestra gigantesca petición se convirtió en titular de prensa mundial para la BBC. Mientras, continuamos trabajando de cerca con delegaciones y organizaciones conservacionistas afines para ejercer presión allá donde más se necesitaba y lograr mayor atención pública a nivel global.
El Ministro de Medio Ambiente de Australia, Peter Garrett, que recibió nuestra petición en un acto con todos los medios de comunicación, dijo: "Muchas gracias Avaaz. Es un gran placer estar aquí y aceptar esta petición... Creo que las voces de la gente en todo el mundo deben ser escuchadas. Y ciertamente que hoy las escuché."
Miembros de la delegación de los Estados Unidos nos saludaron comentando: "¡Avaaz! Vimos vuestros carteles gigantes en el aeropuerto", y también pudimos oir a algunos delegados hablar animadamente sobre el enorme contador de firmas en tiempo real que colocamos junto a la entrada del centro de conferencias, cuando pulverizamos la marca del millón de firmas.
Tras la sesión definitiva, uno de los negociadores europeos nos dijo: "Hemos conseguido mantener la prohibición... He seguido de cerca el curso de vuestra petición por internet, y me ha impresionado la velocidad con la que el número de firmas crecía, y también ver gente de todo el mundo firmando".
Se trata de un logro importante para la protección de las ballenas, y también para el poder ciudadano global. Juntos hemos demostrado que es posible influenciar determinadas decisiones internacionales a través de un esfuerzo mundial colectivo bien organizado.
Pero esta victoria no garantiza del todo la protección y la seguridad de las ballenas. La flota ballenera japonesa, por ejemplo, sigue aprovechándose de la debilidad institucional y normativa de la Comisión Internacional Ballenera (CIB), y ya está zarpando para cazar cientos de ballenas, matanza que justifica utilizando argumentos "científicos".
Para conseguir el objetivo final, hemos de continuar nuestros esfuerzos para reformar y fortalecer la CIB, a la vez que movilizamos a la ciudadanía en aquellos países cuyos gobiernos siguen defendiendo la caza comercial de ballenas. Como en Japón, donde el gabinete gubernamental ya conoce a Avaaz, y donde en el pasado ya logramos influenciar sus políticas medioambientales.
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