Carlos Iván Degregori escribe tres artículos en los que analiza aspectos importantes de la coyuntura actual.
¡Tienen que irse!
Con su cara irreparable de emoticón triste, mirándonos medio de reojo con el rostro hacia abajo, hombros hacia adelante, torso hundido, expresión corporal de zopilote de las antiguas tiras cómicas, Aldo Mariátegui repta en el ranking de los noticieros matutinos. Quién lo diría. El niño dorado de la actual década en la prensa escrita de la derecha, desfachatado, agresivo, incontenible, aparece de repente desvalido en un medio visual, con un tic que lo hace aparecer como lo que antes se llamaba “tía limeña”, meciendo incesantemente la cabeza triste de derecha a izquierda con desaprobación, como diciendo siempre: ay señor, estos ignorantes; oh my god, qué tiempos.
En los últimos días, a raíz de la ola de frío y los muertos y enfermos que causa en las zonas altoandinas del Sur, se le dio por afirmar después de las imágenes: tienen que irse, tienen que migrar, viven muy dispersos, eso es desolado. El rictus facial con el que lo proclama vale más que sus palabras. Pero, ¿no se da cuenta que todo el que pudo ya migró? ¿Qué el porcentaje de población rural ha descendido dramáticamente en el último medio siglo? ¿Que incluso muchos de los hoy afectados por el frío son ellos mismos migrantes? O cree que los que viven en ese infierno que es Ananea son yetis acostumbrados a vivir en el hielo. Son migrantes, atraídos por...
Museo y obscenidad: hasta las últimas consecuencias.
Se llama Luciano Revoredo, fue socialcristiano, acusa al alcalde Masías de totalitario y homofóbico, justifica los business de Kouri con Montesinos y es la carta de Cambio Radical para la alcaldía de Miraflores.
Hace algunos días, en las páginas centrales de Correo (20.7.10), respondió a una engreidora entrevista donde le preguntaron sobre la construcción del Museo de la Memoria. “Estamos definitivamente en contra”, respondió.
Pudo haber dicho que esperaría a ver cómo es el guión y que si no le gustaba trataría de cambiarlo, o que si sale alcalde lo cambiará, así a la mala, como se acostumbra ahora, para que sea como a él le gusta, con los contenidos que él considere adecuados. Pero no: museo no habrá. Y añade, desafiante: “vamos a llegar hasta las últimas consecuencias para impedir su construcción”. ¿Últimas consecuencias como Fariñas en Cuba, como Zapata? “Vamos”, dice. ¿Con quienes más? ¿Ya tiene su comando dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias? ¿Cómo en Bagua? ¿Cómo en Moquegua?
Difícil imaginar que algo llegue hasta las últimas consecuencias en la Costa Verde, así que deduzco que se trata de una parrafada retórica. Lo curioso es que Luciano copie la retórica de los dirigentes sociales que candidatos como él satanizan o desprecian...
Soldado del APRA, soldado del Perú.
César Zumaeta será el nuevo presidente del Congreso. Hace unos días, cuando le preguntaron si había buscado el cargo, no se le ocurrió mejor respuesta que decir. “No. Los apristas somos soldados al servicio del país, pero no se llega al Apra para aspirar a cargos.” (La República 17.7.10). Mmmm. No voy a cuestionar su afirmación, pero en estos días en los que hasta SolArmonía toca el himno a las horas del Angelus, vale destacar que a Zumaeta no se le ocurrió decir que los apristas eran arquitectos o abogados o simplemente lo que son sus congresistas: empleados del Perú, pagados con nuestros impuestos, y si lo hacen bien, pues enhorabuena y todos contentos. No. Soldados. Claro, al margen de cualquier bono de rendimiento de Alas Peruanas.
Más que un lapsus, fue una mantra, porque más adelante, cuando le preguntan si postulará a la reelección como congresista, responde: “Somos soldados del partido y se evaluará más adelante”. No militante de un partido disciplinado, que a estas alturas tiene más de heroico que soldado. No. Soldado. En estos tiempos de histeria, podríamos señalarlo por pertenecer a un “partido militarizado” como se definía Sendero Luminoso...
Si desea leer los artículos completos vaya a: http://www.revistaideele.org/node/747
¡Tienen que irse!
Con su cara irreparable de emoticón triste, mirándonos medio de reojo con el rostro hacia abajo, hombros hacia adelante, torso hundido, expresión corporal de zopilote de las antiguas tiras cómicas, Aldo Mariátegui repta en el ranking de los noticieros matutinos. Quién lo diría. El niño dorado de la actual década en la prensa escrita de la derecha, desfachatado, agresivo, incontenible, aparece de repente desvalido en un medio visual, con un tic que lo hace aparecer como lo que antes se llamaba “tía limeña”, meciendo incesantemente la cabeza triste de derecha a izquierda con desaprobación, como diciendo siempre: ay señor, estos ignorantes; oh my god, qué tiempos.
En los últimos días, a raíz de la ola de frío y los muertos y enfermos que causa en las zonas altoandinas del Sur, se le dio por afirmar después de las imágenes: tienen que irse, tienen que migrar, viven muy dispersos, eso es desolado. El rictus facial con el que lo proclama vale más que sus palabras. Pero, ¿no se da cuenta que todo el que pudo ya migró? ¿Qué el porcentaje de población rural ha descendido dramáticamente en el último medio siglo? ¿Que incluso muchos de los hoy afectados por el frío son ellos mismos migrantes? O cree que los que viven en ese infierno que es Ananea son yetis acostumbrados a vivir en el hielo. Son migrantes, atraídos por...
Museo y obscenidad: hasta las últimas consecuencias.
Se llama Luciano Revoredo, fue socialcristiano, acusa al alcalde Masías de totalitario y homofóbico, justifica los business de Kouri con Montesinos y es la carta de Cambio Radical para la alcaldía de Miraflores.
Hace algunos días, en las páginas centrales de Correo (20.7.10), respondió a una engreidora entrevista donde le preguntaron sobre la construcción del Museo de la Memoria. “Estamos definitivamente en contra”, respondió.
Pudo haber dicho que esperaría a ver cómo es el guión y que si no le gustaba trataría de cambiarlo, o que si sale alcalde lo cambiará, así a la mala, como se acostumbra ahora, para que sea como a él le gusta, con los contenidos que él considere adecuados. Pero no: museo no habrá. Y añade, desafiante: “vamos a llegar hasta las últimas consecuencias para impedir su construcción”. ¿Últimas consecuencias como Fariñas en Cuba, como Zapata? “Vamos”, dice. ¿Con quienes más? ¿Ya tiene su comando dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias? ¿Cómo en Bagua? ¿Cómo en Moquegua?
Difícil imaginar que algo llegue hasta las últimas consecuencias en la Costa Verde, así que deduzco que se trata de una parrafada retórica. Lo curioso es que Luciano copie la retórica de los dirigentes sociales que candidatos como él satanizan o desprecian...
Soldado del APRA, soldado del Perú.
César Zumaeta será el nuevo presidente del Congreso. Hace unos días, cuando le preguntaron si había buscado el cargo, no se le ocurrió mejor respuesta que decir. “No. Los apristas somos soldados al servicio del país, pero no se llega al Apra para aspirar a cargos.” (La República 17.7.10). Mmmm. No voy a cuestionar su afirmación, pero en estos días en los que hasta SolArmonía toca el himno a las horas del Angelus, vale destacar que a Zumaeta no se le ocurrió decir que los apristas eran arquitectos o abogados o simplemente lo que son sus congresistas: empleados del Perú, pagados con nuestros impuestos, y si lo hacen bien, pues enhorabuena y todos contentos. No. Soldados. Claro, al margen de cualquier bono de rendimiento de Alas Peruanas.
Más que un lapsus, fue una mantra, porque más adelante, cuando le preguntan si postulará a la reelección como congresista, responde: “Somos soldados del partido y se evaluará más adelante”. No militante de un partido disciplinado, que a estas alturas tiene más de heroico que soldado. No. Soldado. En estos tiempos de histeria, podríamos señalarlo por pertenecer a un “partido militarizado” como se definía Sendero Luminoso...
Si desea leer los artículos completos vaya a: http://www.revistaideele.org/node/747
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