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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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viernes, 30 de julio de 2010

Los que se pierden la película

Silvana Melo (APE)

Tiene quince y los pantalones rotos por convicción. Una gorra hasta la nariz y unas zapatillas negras que le marcan el camino a la escuela donde se queda como de paso. Está al borde. Hace equilibrio por el cordón finito entre traspasar esa puerta o no aparecer más, que es apenas un detalle. Para él que tiene quince y para el sistema que no lo contiene ni lo seduce ni lo sale a buscar si no está.

El día de la película sólo espió las imágenes. Y después no pudo contar lo que vio. Es que no alcanzó a seguir los subtítulos. Pasaban demasiado rápido para él que no lee de corrido. Que llegó al Polimodal sin la fluidez de la lectura oral. Para él, que si se concentra en leer sin silabeo no comprende lo que dice, la película fue sólo una serie de fotografías rápidas, con bocas y gestos, pero sin palabras.

La educación le pasó como él por la escuela: un trámite. El es un trámite para el sistema. Un legajo incompleto, un papel que se pierde si él no ocupa el pupitre, un nombre que deserta y ya no es.

El informe de la Universidad de Cuyo, surgido de 200 alumnos entre 8 y 12 años no lo dejó solo en un futuro que lo condena a la retaguardia social: cuatro de cada diez chicos no comprenden lo que leen. “Se ha advertido que los sujetos muestran dificultades tanto en procesos de reconocimiento como de producción de palabras”, dice el estudio.

El, a los quince, milagrosamente incluido en el nivel Polimodal, es un analfabeto social. Tal vez la convicción de sus pantalones rotos y la gorra hasta la nariz sean un modo de asumirse afuera. De reconocerse trámite. Aunque aún no sepa que hay demasiada letra chica en la vida destinada a trampearlo, que habrá muchos subtítulos acelerados que le advierten de la estafa que nunca sabrá, que hay tanto para leer y comprender y analizar con juicio crítico para poder entrar en la jungla donde tanto monstruo ataca y muerde las yugulares de los pibes expulsados para dejarlos fuera de juego en el más crucial de los partidos.

Santiago del Estero, Misiones y Corrientes son los territorios que muestran los mayores índices de analfabetismo y deserción escolar. En un país donde se declama una educación igualitaria, que coloque a todos en la misma fila de largada, con las mismas oportunidades para llegar a la misma meta. Pero son demasiados los que inician la carrera desde kilómetros atrás. Con huesos y músculos débiles para aguantar. Con herramientas exiguas porque no les tocó en suerte en esta feria arbitraria el mejor de los entrenamientos.

Dice el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) que 720.000 chicos quedan fuera del sistema escolar. Y unos 730.000 mayores de quince años no saben leer ni escribir...

No se porque, pero tengo la sensación que esta nota corresponde también a nuestro Perú...
Si desea leerla completa vaya a:
http://www.argenpress.info/2010/07/los-que-se-pierden-la-pelicula.html

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