¿Qué significan las nuevas encuestas?
Por Mirko Lauer
Las encuestas de esta semana traen un acortamiento de la distancia entre los dos candidatos, más o menos de 8% a 4%. En principio se trata del segundo tramo en el reacomodo de quienes no votaron por ellos en la primera vuelta. ¿Ya estamos viendo el efecto de las campañas de segunda vuelta? ¿O aún estamos con el efecto residual de la primera? Algunas ideas:
º La diferencia de CPI esta semana con Ipsos-Apoyo la semana pasada no es tan grande. Si se mide con la misma vara, la diferencia de 8% se ha reducido en verdad a 5%. En términos de los especialistas no ha sucedido realmente nada espectacular. El acortamiento de distancias es usual en esta etapa de la competencia.
º En el fondo los dos han captado más o menos la misma proporción de votos nuevos. En las pasadas dos segundas vueltas las mayorías se han mantenido más o menos estables. Los márgenes fueron estrechos y en ninguno de los casos hubo una inversión: el puntero llegó primero a la meta. La aritmética de una segunda vuelta es exigente.
º A partir de aquí los votos ya no se mueven tanto, y el tanque de los votos indecisos (10%+) no es tan grande como para voltear una elección. Para un efectivo cambio el fujimorismo tendría que ganarse no menos del 80% de esa indecisión. Esto parece altamente improbable en el caso de cualquiera de los dos candidatos, aunque siempre hay la posibilidad del efecto liebre-tortuga.
º Para Keiko Fujimori los votos de la victoria no son los que flotan por allí, sino los que están hoy pegados a Ollanta Humala, y podrían distraerse por el camino. De allí cosas como su anuncio de más cobros a la minería, o su rechazo al gobierno de su padre. Todo esto salpimentado con la clásica campaña de demolición del contrario.
º No es, pues, una competencia pareja: los fujimoristas tienen que intentar ganar en un contexto aritmético que no los favorece (por ejemplo por su poco avance en Lima y el norte), mientras que el humalismo solo tiene que mantener su ventaja. Quien haya visto el final de un partido de fútbol podrá entender qué significa esto.
º De modo que si bien una mayor cercanía de los candidatos dará más emoción al cotejo, la experiencia nos sugiere que en realidad las posibilidades de que suceda algo realmente emocionante por el camino son mucho más reducidas que en la primera vuelta. Por eso quizás ahora se fortalece la hora de los tele-embarradores.
º Aún así, la campaña de miedo y algunos cálculos prácticos van a llevar a que cierto tipo de votante deje el closet profujimorista. Es gente que no simpatiza con el fujimorismo pero sí con el estado de cosas actual, y a la que le cuesta imaginar cambios que mejoren la situación. Esto es más fuerte en la parte más alta del alfabeto social, claro.
Fuente: http://www.larepublica.pe/29-04-2011/que-significan-las-nuevas-encuestas
Las encuestas de esta semana traen un acortamiento de la distancia entre los dos candidatos, más o menos de 8% a 4%. En principio se trata del segundo tramo en el reacomodo de quienes no votaron por ellos en la primera vuelta. ¿Ya estamos viendo el efecto de las campañas de segunda vuelta? ¿O aún estamos con el efecto residual de la primera? Algunas ideas:
º La diferencia de CPI esta semana con Ipsos-Apoyo la semana pasada no es tan grande. Si se mide con la misma vara, la diferencia de 8% se ha reducido en verdad a 5%. En términos de los especialistas no ha sucedido realmente nada espectacular. El acortamiento de distancias es usual en esta etapa de la competencia.
º En el fondo los dos han captado más o menos la misma proporción de votos nuevos. En las pasadas dos segundas vueltas las mayorías se han mantenido más o menos estables. Los márgenes fueron estrechos y en ninguno de los casos hubo una inversión: el puntero llegó primero a la meta. La aritmética de una segunda vuelta es exigente.
º A partir de aquí los votos ya no se mueven tanto, y el tanque de los votos indecisos (10%+) no es tan grande como para voltear una elección. Para un efectivo cambio el fujimorismo tendría que ganarse no menos del 80% de esa indecisión. Esto parece altamente improbable en el caso de cualquiera de los dos candidatos, aunque siempre hay la posibilidad del efecto liebre-tortuga.
º Para Keiko Fujimori los votos de la victoria no son los que flotan por allí, sino los que están hoy pegados a Ollanta Humala, y podrían distraerse por el camino. De allí cosas como su anuncio de más cobros a la minería, o su rechazo al gobierno de su padre. Todo esto salpimentado con la clásica campaña de demolición del contrario.
º No es, pues, una competencia pareja: los fujimoristas tienen que intentar ganar en un contexto aritmético que no los favorece (por ejemplo por su poco avance en Lima y el norte), mientras que el humalismo solo tiene que mantener su ventaja. Quien haya visto el final de un partido de fútbol podrá entender qué significa esto.
º De modo que si bien una mayor cercanía de los candidatos dará más emoción al cotejo, la experiencia nos sugiere que en realidad las posibilidades de que suceda algo realmente emocionante por el camino son mucho más reducidas que en la primera vuelta. Por eso quizás ahora se fortalece la hora de los tele-embarradores.
º Aún así, la campaña de miedo y algunos cálculos prácticos van a llevar a que cierto tipo de votante deje el closet profujimorista. Es gente que no simpatiza con el fujimorismo pero sí con el estado de cosas actual, y a la que le cuesta imaginar cambios que mejoren la situación. Esto es más fuerte en la parte más alta del alfabeto social, claro.
Fuente: http://www.larepublica.pe/29-04-2011/que-significan-las-nuevas-encuestas
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