Los procesos de beatificación y de canonización son considerados como los más rigurosos y cuentan con su propio reglamento
(Foto: Reuters)
El difunto Papa Juan Pablo II será beatificado el próximo domingo 1 de mayo. Sin embargo, el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, ha dicho que no se puede hacer previsiones sobre la fecha de una eventual canonización, es decir, proclamación como santo.
¿En qué consiste la canonización? ¿En qué se diferencia de la beatificación? Ambos son procesos independientes, aunque no se puede proceder a nombrar a un santo sin antes ser un beato. Aquí la explicación de ambos procesos.
BEATIFICACIÓN
Para nombrar a un fiel como beato, la Iglesia pide causas de beatificación luego de 5 años de su fallecimiento y todos los escritos de su autoría, ya sean publicados o inéditos. Una vez que se han reunido y difundido estos testimonios, inicia la fase diocesana de la beatificación.
Esta fase puede decantarse por dos vías: la de virtudes heroicas y la de martirio. El caso de Juan Pablo II es el primero, por lo que se le ha tenido que atribuir el ser intermediario de un milagro de Dios, así como la acumulación de testimonios que sustenten la beatificación.
Por milagro hay que entender un hecho no explicable por causas naturales y atribuidas a intercesión de un siervo de Dios. A Juan Pablo II se le atribuye la curación del mal de Parkinson a sor Marie Simon Pierre, de la Congregación de las Hermanitas de las Maternidades Católicas, nacida en 1961 en Rumilly-en-Cambrésis.
Toda esta evidencia pasa a la fase romana de la beatificación, se designa una Comisión de Teólogos que emiten su opinión. Si esta es favorable, la causa de beatificación pasa a los cardenales y obispos, y luego al Santo Padre. La aprobación de todos estos convierten al “siervo de Dios” en “Venerable”. Como tal, todavía no es objeto de culto como un santo.
El milagro de Juan Pablo II ha sido aprobado por todos estos filtros, lo cual le ha dado luz verde a su beatificación.
Como formalidad, todo proceso debe contar con un postulador. En el caso del fallecido Papa, este fue el Monseñor Slawomir Oder, quien se ha encargado de velar que todas las fases sean llevadas adecuadamente en Roma.
LARGO CAMINO A LA CANONIZACIÓN
Solo después de ser declarado como un beato, un venerable puede comenzar un proceso de canonización. Similar a la beatificación, para llegar a ser santo se le debe atribuir un milagro al fiel.
Sin embargo, este milagro debe suceder después de haber sido nombrado como beato y debe ser atribuido al fallecido venerable. Solo después de que los milagros son estudiados por las comisiones correspondientes, por los congresos de teólogos, cardenales, obispo y el Sumo Pontífice, se puede proceder a nombrar un nuevo Santo.
A Juan Pablo II, como beato declarado por la vía de virtudes heroicas, faltaría declararle un segundo milagro para poder ser nombrado como Santo. Por esto, no se puede determinar una fecha fija para la canonización del fallecido Papa.
REGLAMENTO
El procedimiento que se debe seguir en las causas de canonización está recogido actualmente en la Constitución Apostólica Divinus perfectionis Magister, de 25 de enero de 1983 (AAS 75 (1983) 349-355) y en las Normae servandae in inquisitionibus ab episcopis faciendis in causis sanctorum promulgadas por la Congregación para las Causas de los Santos el 7 de febrero de 1983.
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