Tal como era previsible, Keiko Fujimori ha iniciado también su peregrinaje al centro, entendido éste como moderación más que como un punto medio en el espectro ideológico.
Ha señalado, en el ámbito político, que no indultará a su padre, tampoco a los militares sentenciados, que respetará los fueros judiciales, que construirá el Lugar de la Memoria, que no se apartará de la Corte Interamericana y que respetará escrupulosamente la libertad de prensa.
En el aspecto económico ha lanzado ideas muy parecidas a las de Humala –respecto de una pensión o pago a los jubilados, la colocación de un impuesto a las mineras, aumento del sueldo mínimo, etc.-, y en otro caso ha ido, inclusive, más lejos. Keiko ha dicho que propondrá la libre desafiliación absoluta de los usuarios de las AFPs. ¡Eso, tímidamente lo esbozó Humala y luego retrocedió!
El problema de Fujimori –al igual que el de Humala- es lograr que los sectores ciudadanos que no votaron por ella, le crean, en primer lugar, y luego voten a su favor. No será tarea fácil.
Ollanta se ha visto obligado a convocar a independientes para darle un sello de garantía a su “centramiento económico” (sería bueno –dicho sea de paso- que guarde a sus voceros económicos originales si quiere lograr ese efecto). Y al mismo tiempo ha recibido el respaldo de personajes connotados, entre ellos el de Mario Vargas Llosa.
Keiko, además de las ofertas detalladas, ha hecho un llamado a Hernando de Soto (que, supondremos, será aceptado). El titular del Instituto Libertad y Democracia es, sin duda, un profesional de prestigio. El problema, sin embargo, es que su convocatoria –a título de su aporte tecnocrático en materia de formalización predial- refuerza un aspecto sobre el cual no reposa el voto anti-Keiko existente.
El electorado no fujimorista disiente de Keiko, en su gran mayoría, por sus pasivos democráticos y el temor de una reedición autoritaria. También hay quienes aborrecen el esquema económico con el cual ella se identifica, pero son los menos o ya están detrás de Humala: no es en este punto donde reposan los impasses que la candidata de Fuerza 2011 debe superar.
Resulta evidente que aquel candidato que logre superar su respectivo anti-voto será el que gane. Humala empezó primero la operación maquillaje, subrayando el aspecto económico. Keiko ha atacado ambos frentes. La duda es si necesita la dupleta o si no le sería más rentable abocarse principalmente al tema político. Solo el tiempo -y por supuesto, el electorado- lo dirá.
Fuente: http://diario16.com.pe/columnista/1/juan-carlos-tafur/658/keiko-reaparece
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