Así el fujimontesinismo haya decidido desautorizar a Trelles, lo cierto es que sus afirmaciones pueden verse como lo que aflora del espíritu de este grupo. Queda claro que esta corriente política asume el asesinato de peruanos cometido durante su gobierno, como algo normal, casi natural. “Nosotros matamos menos” no significa rechazar las aberraciones cometidas, sino elevarlas al grado de política pública. La naturalidad con que emanó la expresión en la entrevista, por si a alguien le quedaba alguna duda, es la naturalidad con que el Fujimorismo enfrentará, de ser el caso, la posibilidad hacer nuevamente de la muerte la forma del encarar la discrepancia en política.
Lo cierto es que, si bien en los años ochenta los gobiernos de Belaúnde y García también ejercieron la violencia y provocaron muerte, hoy quien compite con Ollanta es Fujimori. Por otro lado, es obvio que el asunto no pasa por una contabilidad de la cantidad de muertos, como Trelles asume, sino por una condena indubitable de estas prácticas que azolaron el país en prejuicio siempre de los más desprotegidos. Las expresiones de Trelles demuestran pues que no existe el mínimo ánimo en el fujimontesinismo para enmendar su prontuario.
Ahora sí la CVRAcaso lo más gracioso de esta situación, sea que aquellos que salieron a anunciar que Trelles dejaba de ser vocero, sean personas que han defendido abiertamente durante los últimos años la posición expresada trasparentemente en la entrevista. Rey y Sousa fueron los encargados de desautorizar al vocero de la muerte, pero ambos personajes sistemáticamente han hecho todo lo posible por negar la realidad que la justicia y la propia historia ha demostrado en relación a Fujimori (a ambos se les indica como partícipes del Decreto que pretendía liberar a los Colina). Y en el extremo del cinismo y la desvergüenza, ahora citan a la CVR para
justificar su macabra contabilidad, cuando la han atacado y pretendido destruir desde que se creó.
Como vemos, el Fujimorismo puede pasársela cambiando de voceros o escondiendo a sus huestes, pero ello no cambia la esencia de este grupo, que en lo profundo de su ser considera que los muertos, desaparecidos o torturados, bien merecido tienen lo sucedido.
Esto es la expresión más clara de una tendencia fascista de derecha, que el propio Julio Cotler ha identificado con una de las dictaduras más atroces del siglo XX, la de Franco en España, ya que hoy el Fujimorismo revela una combinación de fundamentalismo religioso, rechazo visceral a la izquierda y la figura omnipresente del reo de la Diroes.
Vasos comunicantes¿Qué oponer entonces frente a aquellos que asumen la desaparición del otro como algo que es parte del ejercicio de la política?; pues sólo la afirmación de la libertad que implica rechazar todo lo que se oponga a ésta, incluida la muerte. Porque si algo existe detrás de la lógica de la eliminación física del enemigo político, es un profundo desprecio a la libertad de actuar y de pensar.
Por eso se explican, entre muchas otras, las muertes de Pedro Huilca a manos del fujimontesinismo, o de María Elena Moyano a manos de Sendero Luminoso. Y es que así parezca una paradoja, el fujimontesinismo y el senderismo presentan vasos comunicantes evidentes, uno de los cuales es el desprecio por el otro y la anulación de su accionar.
Eso que pudiera ser visto como una exageración en medio de la campaña, pues se demostró sin atenuante durante los noventa, cuando todos pudimos asistir progresivamente al envenenamiento del debate político, a la intransigencia frente al adversario, que desde un Congreso copado por el fujimontesinismo simplemente anuló a la oposición, mientras casi todos los medios de comunicación funcionaban como operadores de esta demolición de la política y de la ciudadanía.
Por su lado Sendero actúo con el mismo fin, envileciendo al adversario, eliminando a quienes expresaban una resistencia a sus intensiones abarcadoras.
Claro, habrá muchos que se exalten con esta perspectiva de vasos comunicantes entre los unos y los otros, pero no por nada Fujimori/Montesinos y Abimael están donde deben estar.
Lo que deseo expresar es que la intolerancia política en las décadas finales del siglo XX estuvo expresada por estos dos grupos, y nada garantiza que hayan cambiado.
Matar al mensajeroEl Fujimorismo se fortalece como proyecto político justamente en su contraposición a Sendero Luminoso, por eso durante su gobierno vivió políticamente de los réditos que la caída de Sendero le permitió, y se la ha pasado toda la década levantando ese fantasma cuantas veces lo ha querido de la mano de sus medios antidemocráticos.
Quizá no hayan más lapsus en estas semanas, pero con la validación de la muerte en política basta y sobra para saber la esencia de quiénes están tratando de llegar al poder. Trelles en su lapsus ha puesto sobre la mesa la naturaleza del fujimontesinismo; de poco sirve que lo encierren hasta el cinco de junio, porque matar al mensajero sólo es eso.
Alexandro Saco
Colaborador
Fuente: http://diariolaprimeraperu.com/online/especial/vocero-de-la-muerte_86619.html
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