Hace exactamente once años, quienes hacemos este diario y el país entero, fuimos sacudidos por una noticia triste y cruel: Gustavo Mohme Llona, nuestro director fundador, había sucumbido a un fulminante malestar cardiaco.
Nos dejaba en el umbral de sus 70 años y cuando nada estaba previsto para la ausencia de este hombre irreemplazable.
Desde las páginas de La República, desde su escaño en el Congreso, desde las filas de una oposición que se esforzó como nadie en unir, Gustavo Mohme Llona fue un combatiente infatigable contra la dictadura fujimontesinista, que lo hizo blanco de sus ataques más arteros y objeto de sucesivas campañas difamatorias a través de su prensa de alquiler.
Vano esfuerzo. Luchador fogueado en mil combates a lo largo de más de 40 años de vida política, Mohme salió invicto de esos ataques, que solo lograron reforzar su obsesión por la formación de consensos hacia un retorno a la democracia y una transición no traumática para un pueblo que ya había sufrido demasiado. Así lo demostró su logro más alto: el Acuerdo de Gobernabilidad que todos los grupos políticos firmaron en noviembre de 1999.
En ese duro momento de la despedida afirmamos desde aquí que el mejor homenaje que podíamos rendir a Gustavo Mohme Llona era permanecer fieles a los ideales por los que tanto batalló. Seguir luchando “por una república superior” a la imperfecta que conocemos y continuar haciendo desde estas páginas el mismo periodismo aguerrido, informado y honesto que él forjó.
No ha sido fácil y sabíamos que no lo sería. Decenas de veces nos hemos preguntado, en el curso de los años transcurridos, cómo hubiera reaccionado Gustavo ante tal o cual situación.
Empapado en los avatares de la vida política, imbuido de una real pasión por el Perú y acostumbrado de modo natural a optar por lo que consideraba beneficioso para las mayorías, Mohme Llona tuvo el más alto sentido de la responsabilidad periodística.
Hemos sido fieles a sus ideales, y ese es un motivo de orgullo. Once años han pasado y, como ocurre con los grandes hombres, su memoria y su acción persisten. Pues Gustavo Mohme Llona no solo es recordado por quienes compartimos con él tantas horas de trabajo y desvelo, lo es también por muchos hombres y mujeres humildes a los que su generosidad y compromiso supieron brindar una palabra de consuelo o una mano de ayuda.
Es en nombre de estos últimos, los sin voz, que no podemos fallar. Y en esta hora en que los mismos que formaron parte de una dictadura corrupta que destruyó instituciones, violó DDHH y quiso convertir el país en un gran lodazal pretenden retornar, no dudamos. Gustavo y su ejemplo siguen con nosotros.
Fuente: http://www.larepublica.pe/23-04-2011/gustavo-mohme-llona-combatiente-de-la-dictadura-fujimontesinista
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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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espero que sigan adelante como lo hizo Gustavo Mohme que siempre sera recordado como una persona de las que ya qedan pocos ,adelante contra los ambiciosos y corruptos de esta dictadura que quiere imponerse nuevamente en el peru.
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