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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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jueves, 31 de mayo de 2012

No desinformarás


No desinformarás

Por: Pablo Quintanilla
 
En un artículo publicado en el diario La Razón (26/5/2012), titulado “Quo vadis Garatea”, Alfredo Gildemeister lamenta que ciertos periodistas “opinen con desparpajo” y “desinformen” sobre el caso Garatea. Gildemeister tiene razón, aunque su artículo se autoejemplifica. Veamos:
 
1- Según él son periodistas “caviares” que “no pisan una Iglesia”. Pregunto: ¿Todos son caviares?¿Cómo sabe que no pisan una Iglesia? ¿Los sigue? ¿Conoce el interior de sus conciencias? Pero asumamos que sea verdad. ¿El no pisar una Iglesia los inhabilita moral o intelectualmente para opinar sobre...
un problema que ya es público?
 
2- Dice que Garatea “no ha sido suspendido. Simplemente no se le han renovado sus licencias ministeriales en Lima”. Lo presenta como si, de vez en cuando, a un sacerdote le tocara que no le renueven sus licencias ministeriales, para que se tome un sabático.
 
3- Dice: “La Iglesia no es una democracia donde todos opinan e interpretan lo que les da la gana sobre temas que no son opinables.” Falso: los únicos temas que no son opinables son los dogmas de fe. Todo lo demás es opinable, en el sentido de que uno puede compartir sus apreciaciones con los demás, generando intercambio de ideas. Solo así la Iglesia, que es una obra en construcción, puede seguir creciendo y madurando. Más allá de eso, no comentaré su reveladora concepción de la democracia.
 
4- Dice: “Existe un catecismo y una doctrina desde que Cristo vino al mundo, que debe respetarse si uno es católico”. Falso: ni el catecismo ni la doctrina fueron creados por Cristo, ambos son muy posteriores y se han ido modificando a lo largo de la historia.
 
5- Dice: “Garatea ha emitido reiteradas opiniones abogando sobre la unión civil de homosexuales, que la Iglesia siempre ha rechazado.” Una cosa es el matrimonio religioso y otra la unión civil. La unión civil simplemente garantiza los derechos jurídicos de las personas, no es un sacramento. No solo Garatea tiene todo el derecho de opinar sobre ello sino que, además, preocuparse por las condiciones de vida de los homosexuales es más cristiano que ignorarlos.
 
6- (Garatea) “ha alentado el matrimonio de sacerdotes diocesanos atentando contra el celibato que establece la Iglesia.” Falso: la Iglesia católica romana sí acepta sacerdotes casados, como los sacerdotes anglicanos que se convierten al catolicismo; siendo sacerdotes con todas sus funciones, siguen viviendo en matrimonio. Además, la Iglesia católica romana del rito oriental, que también obedece al Papa, tiene sacerdotes casados. Adicionalmente, el celibato se planteó recién en el primer concilio de Letrán, en 1123, y solo se hizo definitivo en el concilio de Trento, en 1563. Es decir, a lo largo de la historia de la Iglesia, más tiempo se ha permitido el matrimonio de los sacerdotes del que se ha exigido el celibato.
 
Concuerdo con Gildemeister. Si uno opina sobre estos delicados temas, tiene que estar documentado y no puede desinformar a los lectores.

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