Hace tres semanas, Bahráin desapareció de los titulares. El 14 de marzo entraban tropas saudíes en el país. Al día siguiente se vació la plaza -o rotonda- de la Perla y empezó la represión silenciosa. Entre otras cosas, destruyeron el monumento que había en la plaza, como se ve en la foto. El Guardian, que tiene una magnífica cronología de las revueltas árabes, no saca nada de Bahráin desde entonces.
La revuelta de Bahráin ha tenido dos etapas. Empezó días después de que Hosni Mubarak abandonara la presidencia de Egipto. Hubo grandes manifestaciones y se ocupó la rotonda de la Perla, que se pretendía convertir en un nuevo Tahrir. Tres días después, de madrugada, la policía atacó y vació el lugar. Hubo cinco muertos. Pero las manifestaciones no cesaron y retomaron la plaza, que conservaron durante semanas. Llegaron algunas concesiones y momentos de calma tensa. Hasta que el Consejo de Cooperación del Golfo se cansó y mandó a tropas saudíes, cataríes y de Emiratos.
Después de esos días, que nadie hable de Bahráin no significa que no haya ocurrido nada. Las fuerzas de seguridad han detenido a centenares de personas vinculadas con las protestas, amparadas por el estado de emergencia que se ha declarado por tres meses. Grupos de derechos humanos del país dan 26 muertos -la mayoría en las últimas semanas-, más de trescientos encarcelados y 35 desaparecidos. El New York Times dice: “Ha habido arrestos masivos, despidos masivos de funcionarios, noticias de tortura”. En esta foto por la BBC se ve el tipo de agresiones.
conseguida
Los activistas de Bahráin eran de los más activos en twitter y facebook. Han desaparecido. A muchos los han detenido unos días; otros guardan silencio. “La gente se toma un respiro para ver cómo trata el gobierno a los prisioneros”, dice Aqeelah Wahab, la hija de Abdul Wahab Hussein, líder del partido radical chií, Al Wafa, que fue encarcelado en marzo.
El régimen también ha cerrado el Al Wasat, el único periódico sin participación de la familia real, los al Khalifa. Según la agencia estatal, “el periódico se adhiere a las mentiras, falsificaciones y plagio como sus principios básicos”. En un programa de la tele estatal se dedicaron a enseñar fotos de revueltas en otros países y demostrar cómo el periódico las había retocado para decir que eran de allí. Sin ninguna base.
El gobierno ha cancelado 40 becas de estudiantes que presuntamente tuvieron relacion con las protestas y ha llegado a detener a dos jugadores de la selección nacional, a pesar de haberse disculpado en la tele por haber ido a las manifestaciones de la Perla.
Médicos Sin Fronteras lanzó ayer una de las acusaciones más graves. Según la ong, los hospitales no son seguros para los manifestantes heridos porque no solo la policía acude a detenerlos, sino que también les pegan, incluso sobre las heridas. La consecuencia es que los heridos en las batallas campales no tienen opción a sanidad. Médicos Sin Fronteras ha intentado asegurar una atención sin peligro, pero hasta ahora no ha habido resultados.
Bahráin es el primer país que ha conseguido por ahora abortar con violencia una revuelta grave. Otros las han podido sortear, pero no han tenido la persistencia de Bahráin. La connivencia de Estados Unidos parece clara. Incluso, funcionarios de Arabia Saudí dijeron que habían intercambiado su apoyo a la zona de exclusión aérea en Libia por el silencio americano en Bahráin.
Estados Unidos tiene intereses estratégicos en Bahráin. Son sobre todo dos, que ya he contado otras veces: la hipotética infuencia de Irán en la mayoría chií -cerca del 70 por ciento son chiíes, mientras que la familia real es suní- y que Bahráin es la sede de la Quinta flota americana, con unos 30 mil marineros. Sus barcos patrullan la región y aseguran el flujo de petróleo.
El problema, como es obvio, no está solucionado. Los chiíes se sentían marginados. Ahora más. La esperanza americana puede ser que con menos nervios se negocien reformas. No es tan fácil. Anoche hizo un breve discurso por la tele el príncipe heredero. Era uno de los principales reformistas al principio de los problemas. Pero no ofreció nada. El régimen en Bahráin cree que ha ganado; ahora no retrocederá.
Aquí dan buenos consejos a Estados Unidos, aunque difíciles de cumplir. El mejor remedio contra lo que ocurre allí sería dar voz política a los chiíes. Que sean chiíes, no signifca que antes no defiendan a Bahráin que a Irán. Pero Estados Unidos teme que un gobierno nuevo, democrático, no le permita tantas libertades con su base, que el pasado mayo acordó un plan para duplicar su tamaño en 2015. La base además representa un 1 por ciento de la economía del país.
La población chií no estará ahora por escuchar a nadie del gobierno. Como dice aquí un bahrainí, “siento que los próximos 10 años serán un periodo horrible. Mientras otros países árabes van adelante, nosotros vamos atrás”.
La revuelta de Bahráin ha tenido dos etapas. Empezó días después de que Hosni Mubarak abandonara la presidencia de Egipto. Hubo grandes manifestaciones y se ocupó la rotonda de la Perla, que se pretendía convertir en un nuevo Tahrir. Tres días después, de madrugada, la policía atacó y vació el lugar. Hubo cinco muertos. Pero las manifestaciones no cesaron y retomaron la plaza, que conservaron durante semanas. Llegaron algunas concesiones y momentos de calma tensa. Hasta que el Consejo de Cooperación del Golfo se cansó y mandó a tropas saudíes, cataríes y de Emiratos.
Después de esos días, que nadie hable de Bahráin no significa que no haya ocurrido nada. Las fuerzas de seguridad han detenido a centenares de personas vinculadas con las protestas, amparadas por el estado de emergencia que se ha declarado por tres meses. Grupos de derechos humanos del país dan 26 muertos -la mayoría en las últimas semanas-, más de trescientos encarcelados y 35 desaparecidos. El New York Times dice: “Ha habido arrestos masivos, despidos masivos de funcionarios, noticias de tortura”. En esta foto por la BBC se ve el tipo de agresiones.
conseguida
Los activistas de Bahráin eran de los más activos en twitter y facebook. Han desaparecido. A muchos los han detenido unos días; otros guardan silencio. “La gente se toma un respiro para ver cómo trata el gobierno a los prisioneros”, dice Aqeelah Wahab, la hija de Abdul Wahab Hussein, líder del partido radical chií, Al Wafa, que fue encarcelado en marzo.
El régimen también ha cerrado el Al Wasat, el único periódico sin participación de la familia real, los al Khalifa. Según la agencia estatal, “el periódico se adhiere a las mentiras, falsificaciones y plagio como sus principios básicos”. En un programa de la tele estatal se dedicaron a enseñar fotos de revueltas en otros países y demostrar cómo el periódico las había retocado para decir que eran de allí. Sin ninguna base.
El gobierno ha cancelado 40 becas de estudiantes que presuntamente tuvieron relacion con las protestas y ha llegado a detener a dos jugadores de la selección nacional, a pesar de haberse disculpado en la tele por haber ido a las manifestaciones de la Perla.
Médicos Sin Fronteras lanzó ayer una de las acusaciones más graves. Según la ong, los hospitales no son seguros para los manifestantes heridos porque no solo la policía acude a detenerlos, sino que también les pegan, incluso sobre las heridas. La consecuencia es que los heridos en las batallas campales no tienen opción a sanidad. Médicos Sin Fronteras ha intentado asegurar una atención sin peligro, pero hasta ahora no ha habido resultados.
Bahráin es el primer país que ha conseguido por ahora abortar con violencia una revuelta grave. Otros las han podido sortear, pero no han tenido la persistencia de Bahráin. La connivencia de Estados Unidos parece clara. Incluso, funcionarios de Arabia Saudí dijeron que habían intercambiado su apoyo a la zona de exclusión aérea en Libia por el silencio americano en Bahráin.
Estados Unidos tiene intereses estratégicos en Bahráin. Son sobre todo dos, que ya he contado otras veces: la hipotética infuencia de Irán en la mayoría chií -cerca del 70 por ciento son chiíes, mientras que la familia real es suní- y que Bahráin es la sede de la Quinta flota americana, con unos 30 mil marineros. Sus barcos patrullan la región y aseguran el flujo de petróleo.
El problema, como es obvio, no está solucionado. Los chiíes se sentían marginados. Ahora más. La esperanza americana puede ser que con menos nervios se negocien reformas. No es tan fácil. Anoche hizo un breve discurso por la tele el príncipe heredero. Era uno de los principales reformistas al principio de los problemas. Pero no ofreció nada. El régimen en Bahráin cree que ha ganado; ahora no retrocederá.
Aquí dan buenos consejos a Estados Unidos, aunque difíciles de cumplir. El mejor remedio contra lo que ocurre allí sería dar voz política a los chiíes. Que sean chiíes, no signifca que antes no defiendan a Bahráin que a Irán. Pero Estados Unidos teme que un gobierno nuevo, democrático, no le permita tantas libertades con su base, que el pasado mayo acordó un plan para duplicar su tamaño en 2015. La base además representa un 1 por ciento de la economía del país.
La población chií no estará ahora por escuchar a nadie del gobierno. Como dice aquí un bahrainí, “siento que los próximos 10 años serán un periodo horrible. Mientras otros países árabes van adelante, nosotros vamos atrás”.
Fuente: http://www.obamaworld.es/2011/04/07/bahrain-la-primera-revolucion-abortada/
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