Exigen, entre otras cosas, que las fuerzas de Muamar Gadafi retiren su asedio de todas las ciudades y permitan las marchas pacíficas.
Soldados leales a Gadafi bloquean la ciudad de Misrata, en el oeste del país. (Reuters)
Así lo manifestó el líder opositor Mustafá Abdul Jalil en una conferencia conjunta con el enviado especial de la ONU, Abdelilah Al-Khatib, quien se encuentra en el enclave rebelde de Bengasi para lograr una solución política a la crisis en este país norafricano.
Abdul Jalil dijo que la condición de los insurgentes para aceptar un alto el fuego es “que las brigadas de Gadafi y sus fuerzas se retiren de dentro y fuera de las ciudades libias para dar libertad al pueblo libio a fin de que puedan escoger y para que el mundo vea que elegirán la libertad”.
La resolución de la ONU que autorizó los bombardeos internacionales en Libia pedía que Gadafi y los insurgentes pongan fin a las hostilidades. El dictador anunció de inmediato una tregua, pero sus fuerzas siguieron atacando a rebeldes en el este, donde tienen más oposición y han sitiado el único bolsón opositor importante en el oeste del país: Misrata.
Insistió que el objetivo postrero es el derrocamiento de Gadafi. “Nuestro propósito es liberar y tener plena soberanía sobre todo Libia con su capital en Trípoli”, agregó.
Las fuerzas de Gadafi pasaron gran parte de esta semana haciendo retroceder a los insurgentes unos 160 kilómetros a lo largo de la costa, donde la oposición intenta reagruparse. Los insurgentes contaban hoy con más armas y formaron un convoy de por lo menos ocho lanzacohetes,* más artillería de lo usual*.
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