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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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sábado, 23 de abril de 2011

“Que no renuncien: que los despidan”

“Que no renuncien: que los despidan”, aconseja un ex presidente de la SIP a periodistas con dilemas de conciencia
 
El IPYS conversó con Danilo Arbilla, columnista de varios medios latinoamericanos, ex presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa y ex director del semanario Búsqueda, de Uruguay. El tema: la cobertura periodística en una etapa electoral y los dilemas de un periodista cuando su medio se parcializa.
 
¿Qué sucede con la credibilidad de un grupo de medios importante cuando toma postura obvia e insistente por un candidato presidencial?
Es común que los medios tengan una línea editorial, y es natural que los medios en elecciones puedan alinearse con alguna de las partes. Eso lo hacen en todas partes del mundo: cuando llegan elecciones toman su posición, no es ninguna novedad que en sus páginas editoriales reflejen una tendencia. Y el público puede estar de acuerdo o no con esa posición editorial, eso me parece que no afecta la credibilidad. Claro, estamos hablando de que esto suceda siempre que la parte informativa, la parte periodística, se mantenga ajena a la página editorial. Si el medio mantiene una independencia profesional, el lector se va a mantener fiel y creyente a ese medio, pues entiende que éste le informará con honestidad sobre lo que está pasando, más allá de sus preferencias políticas. Eso es lo normal. En la página editorial el medio opina y da su posición sobre distintos temas, incluso en una elección puede preferir a uno de los candidatos. Pero la parte informativa se comporta profesionalmente. El medio puede tener periodistas que opinan en función de su nombre, pero también puede haber columnistas que opinan distinto.
Ahora, si el medio presiona para que sus periodistas informen en función de su página editorial, eso ya es otro cantar. El medio va a perder credibilidad principalmente porque el público se va a dar cuenta de que la parte informativa está siendo influenciada por la opción editorial y que los periodistas están comportándose como militantes. Creo que los periodistas deben informar de acuerdo a los hechos, no de acuerdo a la página editorial ni a lo que dicen los directores. El periodista debe informar desde los hechos.Si un medio apoya a Keiko Fujimori y toda la información que se ofrece es a favor del partido de Keiko Fujimori y no cubre nada a favor de Ollanta Humala, o cubre todo en contra, ese medio va a perder credibilidad. Le va a gustar mucho a los que son del fujimorismo, pero no les va a gustar a los que estén con Ollanta. Lo mismo ocurriría en viceversa. Y por parte de los independientes, éstos van a dejar de creer en ese medio.
 
¿De qué manera afecta esto en el estado de ánimo de los reporteros?
El periodista no debe aceptar que se modifique la modalidad de su trabajo. Se le contrata para que informe a los lectores. Trabaja sobre los hechos y no sobre lo que dice el editor. Debe decir: “yo informo lo que pasa, no sobre eso que dicen”. El periodista puede decir no lo hago y renuncio. Y si lo obligan, debe darse cuenta que es una manera de cambiar las condiciones de trabajo, una forma indirecta de despedir. Pero, a la vez, el medio se somete a que la gente se entere de cómo está actuando.
 
Hay periodistas  que sienten que no pueden darse el lujo de perder su trabajo. ¿Afecta esto a la calidad de la información periodística?
Afecta mucho porque la gente sabe que se limita, que se obliga a trabajar así. Es duro para los medios y los periodistas. Para los periodistas, uno entiende que nadie es dueño de sus miedos y a veces la necesidad tiene cara de hereje. Pero también es duro para la credibilidad de los medios sobre todo. El periodista puede decir écheme y págueme, y que sepa que si lo botan es una manera de protestar.
 
¿Qué debería hacer el periodista cuando su medio se parcializa hacia un extremo?
 Debería decir: yo voy a seguir cumpliendo con mi tarea profesionalmente. Si quiere, que haga que el medio lo eche, lo despida, pero no debe renunciar. No debe dejar el camino libre, que lo pasen por encima si quiere. La gente no se dobla, en todo caso que los quiebren, pero la gente no se dobla. Que me echen y que me paguen. Si no,  ocurre que el medio viene y lo empieza a provocar. Renunciar es dejar el camino libre. Recuerden que otra forma de denuncia es que lo echen: porque así se puede decir que no estuvo dispuesto a transar, a modificar su forma de trabajar. 
 

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