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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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martes, 11 de enero de 2011

Haití, entre Dios y las ONG

CHRISTOPHE WARGNY
Reconstruir el Estado para reconstruir el país, fue el objetivo de la elección presidencial hatiana del 28 de noviembre pasado. Pero el escrutinio, desnaturalizado por el fraude, las consecuencias de la epidemia del cólera y la tutela extranjera, sumergió al país –ya arrasado– en una nueva crisis, esta vez política. Christophe Wargny*-Le Monde diplomatique
El aeropuerto internacional Toussaint Louverture recuperó la salud. Limpio y casi acogedor. Con escaleras mecánicas y free-shop. Mangas de acceso que conducen directamente desde el avión al interior del aeropuerto, como nunca antes del sismo las hubo. Esperanza: la reconstrucción comenzó, los miles de millones anunciados cumplieron finalmente los primeros objetivos. Uno imagina topadoras, excavadoras y camiones trabajando en las obras. Y se pone a pensar que explican el blokus, ese monstruoso embotellamiento que el chofer del taxi anuncia enseguida como perpetuo.
Pero no. La restauración del aeropuerto constituye, junto con el retiro de escombros de las arterias principales, el único proyecto que se concretó en doce meses: la reconstrucción no comenzó. A diferencia de los edificios más sólidos de una capital hoy devastada, el poder de la clase política y económica que amordazan a este país desde hace dos siglos resistió al sismo del 12 de enero de 2010. Cleptómanos hasta de las palabras, se adueñaron de la “refundación”, que daba forma al proyecto del movimiento social de reconstrucción de las estructuras del Estado… y la vaciaron de sentido. La “refundación”, por el momento, es la continuidad.
Se conocen las cifras de un desastre agravado por la inercia (¿o la inconsciencia?) de una caricatura de Estado desprovista de estructuras, medios y legitimidad política. Son el caos urbano, la ausencia de infraestructura digna de ese nombre, así como la tectónica de placas, las causas de este macabro saldo: trescientos mil muertos, otros tantos heridos o lisiados, más de un millón de desplazados, la mayoría en cientos de campamentos alrededor de la capital...

Si desea leer el artículo completo vaya a: http://questiondigital.com/?p=9970

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