En Bogotá el cosquilleo no da risa, allí significa que te sustrajeron algo. Por lo pronto, al interior de algún bus del Transmilenio me estaciono entre aquella maraña de cuerpos y ofrezco a la platea involuntarios saltitos de punta mientras intento llegar a la puerta de salida.
Como en Lima, cuando salgo de algún Metropolitano, reviso mis bolsillos y, esta vez, me pierdo nuevamente entre aquella gente amable de acento shakiro. El Transmilenio, hermano mayor del Metropolitano, llega a concentrar ocho mil pasajeros por encima de su capacidad del sistema. El humor popular lo rebautizó como ‘Transmilleno’ o el injusto ‘Transmilento’; lo cierto es que diariamente transporta un millón 700 mil bogotanos y está al servicio de esa ciudad desde hace más de una década.
Pese a la incomodidad de los viajes en horas punta, es un sistema exitoso que se replica en 13 países de América Latina y 31 a nivel mundial. “Se calcula que en promedio hay un ahorro de 20 minutos de viaje por usuario. Antes los recorridos largos entre sur y norte se hacían en...
dos horas y media en transporte tradicional, ahora se hace en 50 minutos, una hora como máximo”, afirma Fernando Páez Mendieta, exgerente de Transmilenio.
Si usted viaja a Bogotá lleve ropa impermeable, alquile un paraguas y tenga siempre a la mano 1600 pesos (S/.2.50) para viajar en el ‘Transmi’ y hacer turismo a media mañana o tarde. Con el ingreso de Transmilenio se desintegró físicamente 7 mil vehículos de transporte público tradicional. Al reducir la emisión de CO2 en la ciudad fueron considerados como el único proyecto registrado en las Naciones Unidas como mecanismo de desarrollo limpio y ahora venden bonos de reducción de emisiones al gobierno holandés, que son reinvertidos al proyecto.
Aunque las quejas de los usuarios no son pocas, seguro que es mejor que viajar en el sistema tradicional de transporte público conformado por buses o ‘busetas’. Así, a las 7 de la mañana o 6 de la tarde, por decir horas punta, la gran estación de Banderas parece un gran cuartel de civiles que, discretamente enfilados, esperan el bus de su destino. Colombiano, en Perú pasa lo mismo con el Metropolitano.
“Las rutas alimentadoras funcionan en carriles normales porque no tienen exclusividad y hay problemas de congestión, ocasionando que los recorridos no se puedan hacer en el tiempo que se programan porque están sometidos a accidentes de tránsito, semáforos dañados, congestiones vehiculares del transporte general de la ciudad”, finaliza Páez.
Otro punto importante es la seguridad dentro de las instalaciones del sistema. Tienen equipo de policía exclusivo para Transmilenio con 800 efectivos, de los cuales 250 son policías en actividad y 650 son los denominados auxiliares bachilleres; estos auxiliares cumplen el servicio militar obligatorio y una forma de prestarlo es como apoyo a la seguridad ciudadana en la ciudad.
Si usted se pierde, no se preocupe, porque existen los ‘Amigos en Transmilenio’, conformado por 174 personas que facilitan información para desplazarse dentro del sistema y ayudan a organizar filas en los puntos más congestionados. Dicho equipo pertenece al programa ‘Misión Bogotá’, que realiza tareas de promoción de la cultura ciudadana y depende directamente de la Municipalidad.
Transmilenio es el ejemplo de cómo se moderniza el transporte público de una ciudad en función del usuario. Se desarrollan programas de convivencia ciudadana donde el usuario dispone de siete biblioestaciones donde se realizan préstamos de libros de literatura universal. También existe el programa de viernes culturales donde cada 15 días se presentan teatro, danza, música, exposiciones de arte dentro y fuera del sistema para darle otro uso a la infraestructura. El año pasado se premió al pasajero 3 mil millones.
Podemos decir que este sistema de transporte fue un factor determinante en la recuperación urbana de Bogotá, porque conecta los puntos estratégicos de la ciudad acompañada de un desarrollo en infraestructura pública. Hoy convertido en uno de los símbolos capitalinos, alberga la vida diaria de los bogotanos, quienes a pesar de los apretujones saben que en consenso y voluntad todo sistema es perfectible, y que todo pasado no necesariamente fue mejor.
GALO FLORES
Fuente: http://diario16.pe/noticia/14368-el-metropolitano-de-bogota
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