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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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sábado, 8 de diciembre de 2012

Marisol Agüero, coordinadora del equipo de defensa de Perú ante La Haya, es admirada por investigadores civiles y uniformados chilenos

Marisol Agüero: La discreta «apóstol» de la demanda marítima peruana

De bajo perfil, sentada siempre en la segunda fila del equipo de su país en La Haya, esta abogada ha dedicado toda su carrera al tema y es autora del libro clave para entender los argumentos de Lima ante la Corte Internacional de Justicia. 

...su nombre es un must para quien quiera interiorizarse de lo que se está discutiendo por estos días en ese tribunal. Después de todo, se trata de un tema en el que viene trabajando desde hace más de dos décadas, casi la mitad de su vida, y del que ha hecho —en la visión de quienes conocen su labor— un verdadero “apostolado”. La expresión no resulta gratuita.
Agüero se formó como abogada en....
la Universidad Católica del Perú, donde conoció a una chilena cuya pasión por los temas del derecho internacional muchas comparan con la suya propia: María Teresa Infante, coagente de nuestro país en La Haya y quien se encontraba haciendo clases allá.
Pero es 1990 el momento clave en la trayectoria de la peruana. Ese año, cuando culminaba sus estudios en la Academia Diplomática de su país, optó al grado de licenciada en Relaciones Internacionales con una tesis cuyo nombre lo dice todo: «Delimitación marítima del Perú con Ecuador y con Chile». En ella planteaba sus cuestionamientos al límite del paralelo, retomando una línea iniciada en los años 70 por el almirante Guillermo Faura y luego seguida por el mítico embajador Juan Guillermo Bákula (el mismo que viajara a Chile en 1986 a plantearle el tema al régimen militar, en lo que se considera la “pre historia” de la demanda que se ventila en La Haya).
De alguna forma, la joven diplomática asumió el relevo generacional en esas materias. De paso, retomó una herencia familiar: su abuelo, Miguel Fernández de Colunga, a quien ella no alcanzó a conocer, había sido un destacado funcionario de Torre Tagle, la Cancillería limeña.
El libro clave que escribió en 2001
Su tesis le valió a Agüero el premio Fundación Academia Diplomática del Perú, pero los galardones no han sido un asunto extraordinario para ella. Cuando estudiaba, la Asociación de Funcionarios Diplomáticos le otorgó la distinción por excelencia académica y, ya con su carrera desarrollada, ha sido dos veces condecorada por su gobierno, en reconocimiento a su labor en los temas de derecho del mar.
Entre sus primeras destinaciones estuvieron Francia y el Reino Unido. En esos lugares aprovechó de continuar sus investigaciones, buscando profundizar los planteamientos de su tesis de grado (en Londres se encuentra la sede de la Organización Marítima Internacional, verdadero paraíso de información para los apasionados por esos temas). Así fue como el año 2001, a partir de ese trabajo académico y con el auspicio del Congreso peruano, publicó sus famosas “Consideraciones para la delimitación marítima del Perú”. Leído hoy, a la luz de cómo transcurre el juicio en La Haya, el libro sorprende: Si no fuera porque se lanzó con más de una década de anticipación, sus contenidos serían una síntesis casi perfecta de algunas de las más agudas argumentaciones usadas por los abogados de su país. Ello, partiendo por su tesis central.
"Hasta el momento el Perú no ha suscrito ni con Ecuador (en el planteamiento peruano ante la Corte, ello sólo habría ocurrido en 2011) ni con Chile tratados específicos de delimitación marítima; sin embargo, en virtud de otro género de instrumentos (con lo que alude a los acuerdos de 1952 y 1954), la separación entre el dominio marítimo peruano y el de los países vecinos del norte y del sur se lleva a cabo sobre la base del paralelo geográfico que pasa por el punto más próximo al mar de las fronteras terrestres peruano-ecuatoriana y peruano-chilena respectivamente. Esta práctica resulta perjudicial para el Perú (…) comporta un menoscabo sustancial del área marítima que le correspondería si se aplicasen las normas previstas por el derecho internacional”.
Conforme a ese criterio, las 379 páginas del libro abordan planteamientos que van desde el cuestionamiento al carácter de tratados de los documentos del 52 y el 54, hasta conceptos como el “área de nadie” (nombre que ella le daba al triángulo exterior demandado por su país) o sus fundamentos para desconocer el Hito 1 como punto de partida para la delimitación marítima.
Por cierto, también contiene el texto algunas discrepancias con lo que en estos días ha planteado Perú. Por ejemplo, la autora no duda en admitir, a propósito de la negociación de Charaña entre Chile y Bolivia, que la contrapropuesta presentada entonces por Lima para darle una solución a la mediterraneidad “no previó la modificación del límite del paralelo geográfico que se ha venido aplicando hasta hoy”. El punto lo salva argumentando que esa negociación de 1976 fue muy anterior a la Convención ONU sobre derecho del mar, que consagró los conceptos de equidad y equidistancia como criterios demarcatorios (como se sabe, uno de los argumentos de Chile en La Haya es precisamente que, cuando se discutió Charaña, Perú nunca hizo amago de desconocer el tema de los paralelos).
Al margen de puntos como ésos, el libro no sólo ha sido clave en Lima, sino que también goza de una especial atención entre los investigadores civiles y uniformados chilenos que en estos años se han dedicado al tema… incluidos los que han trabajado en la preparación de la defensa chilena. Todos ellos, más allá de discrepar profundamente con la autora, también coinciden en admirar su dedicación al asunto. La de alguien que “actúa por convicción y no por conveniencia”.
Colaboró con Rodríguez Cuadros, ideólogo de la demanda
Casi proféticamente, Marisol Agüero terminó su libro poco antes de un incidente decisivo en la historia de la demanda ante La Haya: el reclamo peruano por la carta náutica que Chile inscribió en la ONU en 2000, donde se deja constancia de nuestro límite marítimo. La autora alcanzó a incluir el punto en un addendum de su obra. Pocos años más tarde, a partir de 2004, ella pasaría a jugar un nuevo rol, ya no desde la teoría, sino involucrándose directamente en la estrategia peruana por cambiar la actual demarcación.
Según señalan fuentes de ese país, colaboró directamente con el entonces canciller Manuel Rodríguez Cuadros —considerado entre los autores intelectuales de la demanda—, quien formó un grupo de trabajo con varios nombres ilustres del servicio diplomático peruano, como Fernando Pardo, Jorge Chávez Soto y Luis Solari.
Con la llegada al poder de Alan García, en 2006, y su inicial decisión de “engavetar” el tema marítimo, esa labor parecía destinada a perderse. Las cosas cambiarían apenas un año después, cuando, luego del impasse por la ley que fijó los límites de Arica, el gobierno aprista dio el vamos definitivo a la demanda.
Ese 2007, Agüero viajó reservadamente dos veces a La Haya. La primera fue en junio, donde se habría abocado durante seis días a interiorizarse en el funcionamiento de la Corte Internacional de Justicia. La segunda, una visita relámpago de 24 horas para conocer la primera sentencia de la Corte en el juicio Colombia-Nicaragua, resolución que determinó que el Tratado Esguerra-Bárcenas, si bien era válido, no constituía un acuerdo de delimitación marítima. El canciller peruano de la época, José García Belaunde, resuelto ya a presentar la demanda, quiso esperar hasta conocer esa sentencia para dar el paso, que concretó el 16 de enero de 2008.
Marisol Agüero fue nombrada entonces coordinadora del equipo que encabeza Allan Wagner, al tiempo que asumió como ministra consejera en los Países Bajos. Hoy, formalmente, su destinación diplomática es otra (cumple funciones consulares en Rumania), pero en los hechos el juicio ha sido su preocupación central, al punto que muchos ven su mano en varios párrafos de la memoria y la réplica peruanas. También algunos creen que jugó un papel importante en las negociaciones de Lima con Quito, que consiguieron evitar el involucramiento de Ecuador en la contienda de La Haya.
De ello, esta funcionaria soltera y discreta poco habla. En cambio, intenta cumplir la cita de Alberto Ulloa (otro nombre ilustre en la diplomacia de su país) que sirve de epígrafe a su libro:
“Quienes por cualquier razón tienen oportunidad de ocuparse, en diversa forma, de los intereses externos de nuestro país, deben aportar a su estudio no sólo el esfuerzo ocasional de la representación que pueda caberles, sino los elementos constructivos de que sean capaces para el edificio poliforme de la grandeza del Perú”.

Fuente: http://www.lasegunda.com/Noticias/Politica/2012/12/804110/Marisol-Agero-La-discreta-apostol-de-la-demanda-maritima-peruana


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