Mientras The Economist (Inglaterra) considera que el mal manejo de la
crisis social que atraviesa el Perú le pasa factura hoy a nuestro jefe
de Estado, Time (EEUU) pone sus ojos en la difícil relación del
mandatario con los miembros de su familia. Las dos prestigiosas revistas
analizan esos dos factores para hallar las causas de lo que llaman
“expectativas frustradas” y del aparente fracaso a poco de cumplir un
año de gobierno.
Si bien al leer los titulares y los medios involucrados inmediatamente surge la pregunta “¿Y a qué viene tanto interés?”, debe tenerse en cuenta que...
el Perú se inserta cada vez más y mejor en la economía de las ‘grandes ligas’ mundiales. Eso pone a nuestro país en el centro de la atención de muchos, pues a mayor inversión internacional, mayor es la preocupación de la comunidad internacional y, por supuesto, de las revistas especializadas.
Se debe destacar que, a pesar de que en su análisis ambos medios parten de distintos factores, sus conclusiones son notablemente idénticas: quien más perjudica al presidente Humala es el propio presidente Humala y su entorno familiar.
EXPECTATIVAS FRUSTRADAS
Tomado del original en inglés Dashed expectations (Expectativas frustradas), publicado en la edición impresa de The Economist :
La minería fue el corazón de la bonanza económica del Perú en la década pasada. Hoy los grandes proyectos mineros ubicados en los Andes generan cada vez más conflictos entre las empresas, el gobierno y las comunidades locales preocupadas por el impacto en sus tierras y medios de subsistencia, a menudo bajo la influencia de activistas de izquierda. Ollanta Humala fue elegido hace un año presidente de Perú, a través de una plataforma vagamente populista, y se comprometió a resolver estos conflictos que dejaron un saldo de 190 muertos durante la administración anterior.
La primera ley firmada por el señor Humala determinó que el gobierno debe consultar a las comunidades locales antes de aprobar proyectos extractivos. A esta norma siguieron medidas para aumentar el aporte de impuestos de la minería hasta por mil millones de dólares al año. Esto disparó la popularidad del presidente.
Un año más tarde, el número de conflictos vuelve a crecer: la Defensoría del Pueblo ya reporta 149 controversias relacionadas con las industrias extractivas. El gobierno declara el estado de emergencia en un área y envía tropas a otra, y desde marzo, ocho manifestantes han sido asesinados por la policía. De acuerdo a Ipsos APOYO, una empresa encuestadora, la aprobación del señor Humala ha bajado a 45%.
La feroz lucha involucra a Minas Conga, un proyecto de cuatro mil 800 millones de dólares en oro y cobre, en la región Cajamarca, al norte del país, cuya inversión proviene de Newmont, una empresa estadounidense, y de Buenaventura, del Perú. Este proyecto podría afectar seriamente a varios lagos andinos debido a los embalses o lagunas de relaves, lo que ha alarmado a las comunidades campesinas. Después de que las protestas estallaron, Humala se comprometió a invertir dos mil millones de dólares en Cajamarca y encargó revisar el Estudio de Impacto Ambiental. Esa revisión recomendó salvar dos lagos en la zona.
Sin embargo, Gregorio Santos, presidente regional de Cajamarca, se ha propuesto detener Conga y puede salirse con la suya. Newmont ha reducido su inversión en el Perú este año y ha anunciado que Conga ya no se iniciará en 2014, como estaba previsto, sino en el 2017. Otros tres proyectos ubicados en la misma zona, con una inversión total de cinco millones de dólares, también están en peligro.
El mes pasado dos personas murieron y fueron incendiados varios edificios en Espinar, en la sierra sur. Sucedió durante protestas en contra de Xstrata, empresa anglosuiza dueña de la mina de cobre de Tintaya, que ya inició otra explotación en un área cercana. El gobierno detuvo al alcalde de esa localidad, quien encabezó las protestas con el pedido de que Xstrata aumente su contribución a un fondo social, del 3% de sus utilidades antes de impuestos a un 30%. Cuando el alcalde descubrió que su discurso tenía poco apoyo en otras partes del país, comenzó a quejarse de la contaminación, pero una docena de estudios hechos desde el 2005 hallaron la presencia de metales pesados en el agua dentro de los límites legales.
La inversión minera, que se pronosticó sería de más de 50 mil millones de dólares en los próximos cinco años, ha empezado a decaer. Una veintena de enormes proyectos han superado el 85% de inversión prevista. De estos, once se enfrentan a conflictos sociales, de acuerdo a información de la empresa canadiense Scotiabank. Cinco legisladores han dejado el partido del Sr. Humala tras las protestas, lo que ha debilitado al gobierno en el Congreso, y el presidente parece tener pocas ideas para evitar los conflictos o para negociar cuando estos estallan. Después de años de figurar como líder de los manifestantes, el Sr. Humala hoy recoge la amarga cosecha de las expectativas frustradas.
MARIANO VÁSQUEZ: mvasquez@diario16.com.pe
Fuente: http://diario16.pe/noticia/17208-prensa-internacional-preocupada-por-caaida-de-popularidad-de-humala
Si bien al leer los titulares y los medios involucrados inmediatamente surge la pregunta “¿Y a qué viene tanto interés?”, debe tenerse en cuenta que...
el Perú se inserta cada vez más y mejor en la economía de las ‘grandes ligas’ mundiales. Eso pone a nuestro país en el centro de la atención de muchos, pues a mayor inversión internacional, mayor es la preocupación de la comunidad internacional y, por supuesto, de las revistas especializadas.
Se debe destacar que, a pesar de que en su análisis ambos medios parten de distintos factores, sus conclusiones son notablemente idénticas: quien más perjudica al presidente Humala es el propio presidente Humala y su entorno familiar.
EXPECTATIVAS FRUSTRADAS
Tomado del original en inglés Dashed expectations (Expectativas frustradas), publicado en la edición impresa de The Economist :
La minería fue el corazón de la bonanza económica del Perú en la década pasada. Hoy los grandes proyectos mineros ubicados en los Andes generan cada vez más conflictos entre las empresas, el gobierno y las comunidades locales preocupadas por el impacto en sus tierras y medios de subsistencia, a menudo bajo la influencia de activistas de izquierda. Ollanta Humala fue elegido hace un año presidente de Perú, a través de una plataforma vagamente populista, y se comprometió a resolver estos conflictos que dejaron un saldo de 190 muertos durante la administración anterior.
La primera ley firmada por el señor Humala determinó que el gobierno debe consultar a las comunidades locales antes de aprobar proyectos extractivos. A esta norma siguieron medidas para aumentar el aporte de impuestos de la minería hasta por mil millones de dólares al año. Esto disparó la popularidad del presidente.
Un año más tarde, el número de conflictos vuelve a crecer: la Defensoría del Pueblo ya reporta 149 controversias relacionadas con las industrias extractivas. El gobierno declara el estado de emergencia en un área y envía tropas a otra, y desde marzo, ocho manifestantes han sido asesinados por la policía. De acuerdo a Ipsos APOYO, una empresa encuestadora, la aprobación del señor Humala ha bajado a 45%.
La feroz lucha involucra a Minas Conga, un proyecto de cuatro mil 800 millones de dólares en oro y cobre, en la región Cajamarca, al norte del país, cuya inversión proviene de Newmont, una empresa estadounidense, y de Buenaventura, del Perú. Este proyecto podría afectar seriamente a varios lagos andinos debido a los embalses o lagunas de relaves, lo que ha alarmado a las comunidades campesinas. Después de que las protestas estallaron, Humala se comprometió a invertir dos mil millones de dólares en Cajamarca y encargó revisar el Estudio de Impacto Ambiental. Esa revisión recomendó salvar dos lagos en la zona.
Sin embargo, Gregorio Santos, presidente regional de Cajamarca, se ha propuesto detener Conga y puede salirse con la suya. Newmont ha reducido su inversión en el Perú este año y ha anunciado que Conga ya no se iniciará en 2014, como estaba previsto, sino en el 2017. Otros tres proyectos ubicados en la misma zona, con una inversión total de cinco millones de dólares, también están en peligro.
El mes pasado dos personas murieron y fueron incendiados varios edificios en Espinar, en la sierra sur. Sucedió durante protestas en contra de Xstrata, empresa anglosuiza dueña de la mina de cobre de Tintaya, que ya inició otra explotación en un área cercana. El gobierno detuvo al alcalde de esa localidad, quien encabezó las protestas con el pedido de que Xstrata aumente su contribución a un fondo social, del 3% de sus utilidades antes de impuestos a un 30%. Cuando el alcalde descubrió que su discurso tenía poco apoyo en otras partes del país, comenzó a quejarse de la contaminación, pero una docena de estudios hechos desde el 2005 hallaron la presencia de metales pesados en el agua dentro de los límites legales.
La inversión minera, que se pronosticó sería de más de 50 mil millones de dólares en los próximos cinco años, ha empezado a decaer. Una veintena de enormes proyectos han superado el 85% de inversión prevista. De estos, once se enfrentan a conflictos sociales, de acuerdo a información de la empresa canadiense Scotiabank. Cinco legisladores han dejado el partido del Sr. Humala tras las protestas, lo que ha debilitado al gobierno en el Congreso, y el presidente parece tener pocas ideas para evitar los conflictos o para negociar cuando estos estallan. Después de años de figurar como líder de los manifestantes, el Sr. Humala hoy recoge la amarga cosecha de las expectativas frustradas.
MARIANO VÁSQUEZ: mvasquez@diario16.com.pe
Fuente: http://diario16.pe/noticia/17208-prensa-internacional-preocupada-por-caaida-de-popularidad-de-humala
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