Las elecciones de 1990, 1995 y 2000
Recapitulemos, la encrucijada política peruana entre la derecha ultra liberal y una izquierda moderada se dio en 1990, cuando el candidato por la derecha ultra liberal era Mario Vargas Llosa y el de la izquierda moderada era Alberto Fujimori. En ese escenario, el entonces presidente Alan García puso su apoyo a Fujimori incluso al costo de no apoyar al candidato de su propio partido político y de ese modo impidió la elección de Vargas Llosa.
Ya electo, Alberto Fujimori viró, echó a su equipo de asesores y reclutó a los del bando contrario, para hacer el gobierno que introdujo las reformas económicas en el Perú. Eso que ahora se llama “la democracia económica”. Como había resistencia popular y política a estas, hizo un golpe de Estado el 5 de abril de 1992 y por decreto supremo autorizó las 772 leyes de las reformas económicas al día siguiente, lunes 6 de abril. Inolvidable.
Seis años más tarde, la forma despótica de gobierno de Alberto Fujimori llevó a una reacción estudiantil en las calles que comenzó como marchas primero por la defensa de los miembros del Tribunal Constitucional. El tribunal había fallado que el presidente no podía correr por tercera vez consecutiva a la presidencia y éste y sus allegados habían decidido que lo harían de todos modos.
El servicio de inteligencia cogobernaba desde las sombras, la telefonía nacional tenía intervenida a 10,000 personas, y el dinero generado por las privatizaciones se utilizaba, entre otras cosas, para comprar conciencias. Los más relevantes casos fueron los de los directivos de los medios de comunicación masivos que recibieron efectivo personalmente para cambiar sus líneas editoriales. Montesinos no solo cogobernaba sino que era el fiel de la balanza. La derecha financiera estaba feliz, la derecha trasnacional también, y no diremos las instituciones financieras basadas en Washington. El Banco Mundial había servido de partido político a Fujimori proveyéndole más de mil millones de dólares, para obras de infraestructura física entre 1994 e inicios del 95. Ese extraño régimen político autoritario, despótico, liberal en lo económico y ultra conservador en lo político, aliado del Opus Dei, culminó sus días en noviembre del 2000, tras tres años de marchas en la calles iniciadas en 1997, cuya
cúspide fue la célebre Marcha de los Cuatro Suyos en julio de 2000.
Vale la pena recordar que Montesinos mandó a poner una bomba al antiguo edificio del Banco de la Nación para dar la imagen de una izquierda terrorista protestando en medio de una Lima devastada por los incendios. Hubo varios muertos como resultado de esta estrategia de Montesinos.
La caída
El gobierno de Alberto Fujimori, sin embargo, se cayó tras la tercera elección que había sido forzada deportando a los miembros del tribunal electoral, y expropiando el Canal 2 de Televisión que no se había vendido como los otros. La forma como cayó fue tras la denuncia del Ministro de Defensa de Colombia a fines de agosto del 2000 de que Montesinos y Fujimori le vendían armas a las FARC que eran pagadas con cocaína. Las armas eran recogidas en Jordania y lanzadas en paracaídas sobre la amazonia colombiana en aviones de la Fuerza Aérea Peruana.[i]
Cabe recordar que en los años del cogobierno Fujimori-Montesinos, aparecieron varias naves de la Marina de Guerra con toneladas de cocaína, que el avión presidencial fue encontrado en la Base Aérea de Las Palmas con tres toneladas de cocaína en un vuelo que iba a Moscú, y que el hombre detrás de la lucha contra las drogas en el Perú era Montesinos, aunque los eventuales jefes fueron otros.
Lo que propició el final fue la aparición de unos videos grabados en el servicio de inteligencia donde se mostraba a Montesinos entregando paquetes de efectivo a diversas personalidades del país. El Gobierno estaba corrompiendo a los privados y no a la inversa, como suele ocurrir. Esos videos lanzaron a Montesinos a la fuga.
Aunados los videos a la denuncia colombiana, la fuga del Perú de Vladimiro Montesinos se dio en un avión del Grupo Banco de Crédito luego de la intervención directa de un funcionario del Banco que era asesor entonces del Ministro de Economía. Éste habló con el presidente del directorio del Banco quien autorizó que el Lear Jet volara a Panamá.
Estando Montesinos en Panamá, Fujimori hizo un operativo para recabar videos donde él aparecía en los diversos inmuebles de Montesinos. Para eso disfrazó a su edecán de fiscal y acompañado por la televisión (comprada por él) fue de casa en casa hasta que recogió todos los videos. Mientras estos pasaba, Montesinos regresó al país para arreglar sus cosas y volvió a salir, esta segunda vez de manera clandestina en un velero. Fujimori salió ocho semanas después de Montesinos, el 15 de noviembre del 2000 en medio de un clamor popular donde la corrupción era visible. Los peruanos sentimos que habíamos llegado a una primavera democrática.
Las investigaciones y juicios
El entonces presidente se fugó del país en el avión presidencial, según algunos con las maletas llenas de videos, según otros, con dinero, según terceros con papelería.. Fue visto en la base aérea cuando salía rumbo a una conferencia de Asia Pacifico en Brunei, con treinta y tres maletas y sacos. Se sabe que luego el avión presidencial paró en Acapulco donde Alberto Fujimori se vio con el General Malca, entonces embajador en México, y luego siguió camino a los Ángeles donde abordó un vuelo a Filipinas acompañado por su cuñado Víctor Aritomi, embajador en Japón. Llegó a Tokio y renunció a la presidencia por fax. Hay que recordar que el general Malca era hombre de Montesinos y, según algunos, puente en la red de narcotráfico Perú- México. El Grl Malca sigue prófugo de la justicia una década mas tarde..
El 15 de noviembre del 2000, el Perú cambió. El nuevo gobierno, presidido por el congresista Paniagua, abrió investigaciones y se encontraron delitos que iban desde la organización de grupos paramilitares que hicieren matanzas en el centro de Lima, a una cuadra del Congreso, hasta la compra de armas en efectivo con desvíos de fondos a cuentas en Gran Caimán. Esto fue seguido por comisiones investigadoras de delitos económicos y financieros en el Congreso de la republica que destaparon las relaciones entre el poder económico y el círculo de Fujimori. El poder económico peruano es fujimorista. Un portavoz de esto es Hernando de Soto, el Hayekiano peruano de exportación que propone que a través de la propiedad peruana se resuelven los problemas del desarrollo. Fruto de esas investigaciones se abrieron juicios y se metió a la cárcel a numerosos ministros, vice ministros, militares de diversa graduación y finalmente al propio Fujimori, cuando en un momento de debilidad, creyó que podía volver a ser presidente, con la ayuda de sus allegados y los poderosos del país. Fue capturado en Santiago de Chile y lo demás es historia. Está en la cárcel también. Los únicos que no entraron a la cárcel, a pesar de todo lo que se supo, fueron los grandes empresarios peruanos del sector financiero y de construcción que ahora están aliados con capitales financieros trasnacionales.
La elección de ahora
La elección de ahora puede ser vista entre la integración sudamericana y la integración con Estados Unidos. La integración con Estados Unidos es subordinada y la integración sudamericana esperamos que seas más horizontal. Los grados de libertad económica en la segunda es mayor que en la primera. La primera supedita todo a los intereses del capital financiero y la segunda está más vinculada al capital industrial. La primera refleja intereses exportadores, la segunda expresa el interés por el mercado interno.
Los candidatos de la derecha fueron cuatro, como en Venezuela desunidos, contra un candidato por la izquierda. Estos fueron Pedro Pablo Kuczynski (PKK), Alejandro Toledo, Keiko Fujimori, y Luis Castañeda; y el de la izquierda es Ollanta Humala. Los asesores de campaña de la derecha son venezolanos lo que explica que toda la campaña haya sido dedicada a Chávez y que se le utilice de caja de resonancia. En el Perú se ha utilizado la imagen de Chávez de manera regular como el “cuco” que se parece a Velasco Alvarado y que va a “expropiar”. “La pérdida” es un imaginario fresco para los que perdieron con las reformas del Gobierno militar y para los que se identificaron con el antiguo régimen. En las encuestas electorales del 2011 que aparecen en la gran prensa peruana, se formula la pregunta de si esperan que Ollanta nacionalice la minería y el petróleo, y la mitad contesta positivamente.
El más puro candidato de la derecha financiera trasnacional es Pedro Pablo Kuczynski. Dice su biografía en Wikipedia “Ha trabajado para el sector privado en diversas partes del mundo. Exiliado (sic!!!) en 1968, viajó a Estados Unidos, donde radicó y se desempeñó como jefe de Planificación y Política en el Banco Mundial. Asimismo, fungió como presidente del First Boston International y como director del First Boston Corporation. Anteriormente, fue socio de Kuhn, Loeb & Co. International y presidente de Halco Mining, Inc. en Pittsburgh. Durante su estadía (n.a. de casi treinta anhos) en Estados Unidos, adoptó la nacionalidad de dicho país.” Tres de los cuatro candidatos de la derecha peruana tienen en común la nacionalidad estadounidense, con o sin pasaporte emitido. Eso es distinto de la derecha colombiana, chilena, mexicana y se acerca más a las derechas centroamericana y venezolana, residentes en Miami. En común, la derecha peruana y las derechas centroamericana y venezolana son las experiencias de pérdidas por gobiernos de izquierda.
Las preguntas que habría que hacerse son ¿Qué ocurre en el Perú que los candidatos a la presidencia tienen al menos dos pasaportes? Y ¿por qué la de Estados Unidos? ¿Es tan fuerte la influencia de Estados Unidos en el Perú? En México, por ejemplo, hay que ser hijo de nacional nacido en el país para correr a la presidencia. Es decir, el candidato puede ser nieto de emigrante pero no hijo. ¿Es la doble nacionalidad generalizada de la elite una reexpresión de la desintegración del país? ¿La elite ya no le ve futuro al país? en una lógica de “mejor que se vayan los chicos que acá no les espera nada”. La identificación con Estados Unidos de tres de los cuatro hace que no sea extraño, entonces, que estos candidatos discutan sus dilemas políticos en la embajada de dicho país, como dijera el ex ministro Rospigliosi, del gobierno de Toledo, contando las peripecias de las elecciones del 2006. Las embajadas en general siempre conversan con gente informada de los países para saber cómo ubicarse, pero lo insólito es cuando los políticos nacionales son los que se acercan y le pide que juegue de arbitro.
Los latinoamericanos podemos ubicar mejor a PPK, como uno de los artífices del Consenso de Washington. Las ideas del consenso se publicaron en un paper publicado en 1986 por el Institute of International Economics donde está John Williamson, titulado “Toward Renewed Economic Growth in Latin America” junto con Bela Balassa, Gerardo Bueno y Mario Henrique Simonsen. Dice Williamson contando la historia del Consenso, “La historia comenzó en la primavera de 1989 cuando yo estaba declarando ante un comité del Congreso a favor de Brady Plan. Argumenté que sería una política buena ayudar a que los países deudores remontaran su carga de la deuda ahora que estaban haciendo cambios profundos de política económica, a lo largo de las líneas abogadas por Balassa, Bueno, Kuczynski, y Simonsen (1986).”[ii]
Para mala suerte de los intereses financieros trasnacionales salió electo Keiko Fujimori y no PPK. Ella es peruana de nacimiento, estadounidense por matrimonio y japonesa por padres. Con tres nacionalidades, su única relación con el mercado de trabajo ha sido ser congresista por la bancada del equipo de su padre. Su mérito fue tomar el espacio de primera dama cuando sus padres se divorciaron y a los 19 años ser la encargada del despacho de la primera dama y acompañar a su padre en visitas oficiales. Luego estudió la carrera al igual que sus hermanos, como se sabe con fondos públicos. Abandonó a su madre en el momento del divorcio atraída por el poder del padre.
La liberación de Fujimori
Pesa sobre la cabeza de la candidata Fujimori la liberación del sentenciado Alberto Fujimori. Ella hizo una campaña, al momento del juicio a su padre, por su liberación. Ahora, puesta en el disparadero electoral, lo niega. Al mismo tiempo, los rumores en el Perú son fuertes en el sentido de que Alan García le daría el indulto a Fujimori tras la segunda vuelta, para ahorrarle a Keiko el tener que hacerlo. No lo hace en el intermedio de la primera y segunda vuelta porque podría resultar en contra de la candidata Fujimori.
Las razones para que Alan García le dé el indulto a Fujimori son varias. La primera y más evidente es que Fujimori permitió el regreso de Alan al Perú en el año 2000, cuando García estaba enjuiciado por crímenes de lesa humanidad y por corrupción, vivía en Paris, y no podía regresar al país.
García dijo, al inicio de la campaña, que no podía hacer que eligieran a un candidato pero que podía prevenir que eligieran a uno. Ciertamente está en eso con poco éxito hasta ahora. Uno de los temas que lo tiene agarrado son los juicios de lesa humanidad en su contra, suspendidos mientras fue presidente pero que tomarán vida cuando pierda la inmunidad presidencial. Para intentar evitar esto, la alianza con los fujimoristas, segunda fuerza en el congreso electo, es esencial
Un globo de ensayo fue la liberación en diciembre del 2009 de José Enrique Crousillat, presidente de Canal 4, quien recibió dinero de Montesinos y fue indultado por García entre gallos y media noche. La reacción en la calle se dejó sentir de inmediato, pero pasó un año para volver a capturarlo y fue encanado nuevamente en enero del 2011.
En un clima electoral turbio, la liberación de Fujimori ¿podría pasar desapercibido? Lo que es cierto es que una vez liberado, si su hija es presidenta, no lo volverá a encanar aunque haya protestas públicas. ¿Qué hará con Montesinos? ¿Con los demás?
En suma, de un lado, la elección es entre el consenso de Washington y otra cosa, entre la integración con Estados Unidos y otra cosa, y entre la liberación de Fujimori y otra cosa. Con el poder económico detrás y asesores venezolanos, la campaña es permanentemente comparando a Humala con Chávez e intentando crear pánico financiero. Es relativamente sencillo si ellos mismos retiran dinero de la bolsa de valores y luego dan como explicación el terror a Chávez. La gran prensa peruana otra vez está aliada a esta campaña mostrando que la democracia no interesa. Lo que importa es la “libertad de elección en el mercado” y la titulación de la amazonia para sacar a sus habitantes de pobres. Todo parece indicar que la elección está empatada y la guerra sucia contra Humala recién se ha reforzado.
[i] http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=30603
[ii] citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.145.3639&rep=rep1&type=pdf –
*Economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Es presidente de ALAI y coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org
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