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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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sábado, 25 de junio de 2011

El nuevo gobierno tiene un mártir

Homenaje al hermano de un gran amigo, por lo tanto, un gran amigo también.

La noche del 11 de marzo del 2006, en plena campaña electoral, una tragedia enlutó a la familia del médico Francisco Rojas Farías, pero al mismo tiempo lo convirtió en el primer mártir del Partido Nacionalista Peruano (PNP), organización del actual presidente electo de la República, Ollanta Humala, convertida en Gana Perú.

Esa noche, el auto en que viajaban el profesional y dos colaboradores se despistó camino a Huancayo, donde iban a inaugurar una base de la entonces joven agrupación, con la asistencia del candidato presidencial, Ollanta Humala. Rojas Farías era el primer secretario general del PNP, partido que había sido creado apenas en el 2005, pero que disputaba con gran opción la presidencia de la República.

El galeno partió a los 50 años, cuando tenía un futuro promisorio en el mundo de la política. Ha estado presente, sin embargo, en la evolución del movimiento nacionalista, donde quiera que exista una base partidaria, ya que todas las Escuelas de Formación política a lo largo y ancho del país llevan su nombre.

“Acudimos a todo lugar cada vez que se ha inaugurado una escuela, porque así agradecemos, junto con mis hijos, el cariño y el respeto que guardan a la memoria de mi esposo”, manifiesta Ana María Salinas, su esposa y fiel compañera de toda la vida.

“Anita, lo siento”
Ana María, médico como su desaparecido esposo, recuerda, como si la desgracia hubiera ocurrido el día anterior, y se emociona hasta las lágrimas cuando relata los últimos momentos, antes de su partida a Huancayo.

“Panchito debía viajar a las nueve de la noche, pero antes habíamos participado en una actividad pro-fondos para la campaña, en el distrito de Breña. Cuando nos sirvieron los platos, a él se le caen los cubiertos y lo sentí como una mala señal, pero era tanto su compromiso con la campaña que no lo pude detener”, rememora.

Rojas Farías se despidió con un fortísimo abrazo de su mujer e hijos, antes de abordar el vehículo y aceptó el pedido de su compañera de ocupar el asiento trasero para poder descansar de su agotadora labor de dirigente y darle gusto ante sus aprehensiones relacionadas a ese viaje. Luego partió.

Ana María cuenta que pasó una noche inquieta, casi en vela, con el pecho extrañamente apretado de angustia, como presintiendo algo malo.

“A las seis de la mañana, sonó el teléfono y Maribel Vela, una de las secretarias del partido me llamó desde Arequipa. Me dijo: Anita, lo siento. Yo no entendía nada y sentí que todo me daba vueltas. Recibí otras llamadas, todas hablando del accidente, allí comprendí lo que había pasado”, relata, con los ojos llenos de lágrimas.

Vino luego el penoso trámite de las exequias del esposo amado y el inicio de un sentimiento de reconocimiento y homenaje al político sacrificado en aras de sus convicciones, el que provino de todos los sectores y tiendas políticas, que pudieron fortalecer a la viuda y los tres hijos del matrimonio, de 13,16 y 19 años, quienes habían sufrido una pérdida irreparable.

El médico fue despedido en olor de multitud, tanto en Huancayo donde inclusive el Club de Leones prestó su local a la familia que formaba parte de los Rotarios, otra entidad de servicio.

Igualmente emotiva fue la despedida en Lima, con la participación de la comunidad médica y pacientes del Hospital Edgardo Rebagliati, donde el médico prestó varios años de servicio como un reconocido patólogo.

Por la patria grandeA seis años de los hechos, Ana María reflexiona ahora que Francisco murió en su ley, tratando de construir un mejor futuro para su país. “Cuando decidió dedicarse a la actividad política, entonces hacíamos nuestro residentado médico en Cuajone, y él se preocupaba por la situación de obreros y empleados de ese centro minero, me decía que era necesario trabajar por la patria chica, para construir la patria grande”.

Rojas Farías puso de manifiesto su condición de líder y su sensibilidad social, desde sus tiempos de universitario en su natal Arequipa. Fue dirigente estudiantil de la Universidad San Agustín y su espíritu conciliador y vocación por el diálogo lo situaron como el encargado del discurso de honor de su promoción.

Fue candidato por Arequipa en el movimiento que impulsó la candidatura presidencial del recordado “Frejolito”, Alfonso Barrantes Lingán. Su inquietud social lo llevó, años después, a vincularse con los frentes patrióticos y a realizar múltiples viajes por todo el país. En 2004 se vincula a la familia Humala, trabando amistad con Ollanta, quien retornaba de Seúl.

La afinidad política y estrecha amistad que desarrolla con el actual presidente electo, lo lleva a ser miembro fundador y miembro del PNP, convirtiéndose en el primer secretario general del naciente partido. Allí es donde inicia su infatigable labor por un cambio en la política nacional.

Luego de la alianza del Partido Nacionalista con el movimiento Unión por el Perú (UPP), con miras a las elecciones del 2006, fue ubicado en el puesto N° 3 de la lista partidaria para el Parlamento Andino. Aún después de su deceso, sacó en la justa electoral 98 mil votos.

Motivada por el ejemplo de su esposo, Ana María se involucró en la tarea partidaria y fue designada Coordinadora de la Mujer en Lima Metropolitana. Desde el 2009 integra el Comité Ejecutivo Nacional del PNP y es Coordinadora Nacional de la Mujer.

Además, se muestra feliz de mantener vivo el recuerdo del desaparecido político, en compañía de sus hijos Francisco, André y Ernesto Jesús.


Los programas sociales deben llegar a los verdaderos pobres
Ana María Salinas, Coordinadora Nacional de la Mujer del Partido Nacionalista

-Como Coordinadora Nacional de la Mujer del Partido Nacionalista en los últimos años, ¿qué ha visto en el sector de los pobres de nuestro país, y en particular de las mujeres pobres? -En el sector de los pobres, como también en el de extrema pobreza, he visto mucha desigualdad en relación a los derechos que son inherentes a todo ser humano, como son la Educación, la salud, un trabajo digno, y una vivienda digna. Eso es lo que se ve en los conos donde hay extrema pobreza. Y sobre todo en relación a la mujer, lo que he visto es que su condición está muy venida a menos, no reconocida en su real papel. Hoy en el Perú hay más madres solteras que hacen la labor de madre y de padre y que sacan adelante a los ciudadanos del país.

-El sector femenino representa un enorme potencial en el desarrollo del país, no es cierto?-Por supuesto. Como médico, cuando nosotros queremos implementar políticas de prevención y promoción, lo primero que se hace es educar a la mujer porque es la que, al preparar los alimentos, tendrá cuidado de la higiene y la enseñará a los niños, para evitar enfermedades gastrointestinales o respiratorias. Yo pienso que en la política también tiene que ser así, educando a una mujer se educa a una familia, y así, a una comunidad. Eso, llevado a la política, hará que todos los programas de reivindicación e inclusión social se lleven a cabo con más éxito.

-Algunos programas sociales han maltratado a estos sectores con un manejo político de sus necesidades, ¿cómo evitarlo en el futuro? -Creo que hay que hacer una reingeniería de la mente de los peruanos, en general. Y lo digo porque se han dado casi 20 años de políticas en las que a estos sectores se les ha querido acostumbrar al clientelismo y al asistencialismo. Yo creo que avanzaremos si a las mujeres les elevamos su autoestima, y en general, al poblador peruano le hacemos reconocer lo que es ser ciudadano, que es un ser con derechos, pero también con deberes.

-Algunos críticos han dicho que los programas sociales que se implementarán en el nuevo gobierno le van a costar mucho al país. -Creo que la derecha no va a dejar gobernar a Ollanta Humala de la manera que se desea. El temor que tienen es de perder sus privilegios. La gente que ha estado gobernando el país en estos últimos años ha sido gente de derecha, -y no es un cliché- y ha estado haciendo más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Yo siempre he pensado que el bien común es el bien de todos, ellos no van a perder lo que por derecho les corresponde, pero lo que en derecho no les corresponde debe ser redistribuido. Por ejemplo, en el caso de las sobre ganancias mineras, es lógico que deben ser redistribuidas. Ollanta ha prometido que los programas sociales se van a financiar gracias a una reforma tributaria y al uso de las sobre ganancias, entonces, la derecha y los capitales se van a organizar de tal manera que esto no sea posible. Creo además que tratan de impedir que se conozca que la inclusión social se pudo hacer desde hace muchos años y quieren evitar que un gobierno de centro izquierda tenga éxito.

-Humala ya ha dicho que se van a mantener algunos programas sociales, y crear otros, ¿qué se debe hacer en programas como Juntos o el Vaso de Leche? -Primero es necesario hacer un diagnóstico cuando se reciban. En general, yo pienso que todo siempre se inicia pretendiendo algo bueno y es en el camino que se tergiversa o se usa para fines particulares. Entonces, Juntos, Vaso de Leche, Comedores Populares, nacieron con la idea de ayudar a los más pobres, porque no había otro camino. Pero algunas personas empezaron a lucrar con estos programas, se ha desviado la ayuda y no ha llegado a sus verdaderos beneficiarios, los verdaderamente pobres. Gente que realmente necesitaba de esos programas no ha hecho uso de ellos, no porque no ha querido, sino porque no le han dejado llegar. Pienso que es necesaria una reingeniería de estos programas, recibirlos, estudiarlos, dejar lo bueno y repotenciarlos para que lleguen a quienes realmente deben llegar. Por mi experiencia como Coordinadora de la Mujer y por mi campaña he visto estas falencias y considero que hay necesidad también de revisar el tema de las dirigencias. Cuando se perpetúan en los cargos, son dirigencias que a veces entran en la corrupción, dentro de los acomodos. Las dirigencias deben ser renovadas y si es que hay reelección debe ser después de cierto período.

Esvieta Topovich
Redacción

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