La obra no fue consultada con la Municipalidad Metropolitana de Lima y el ministro de cultura ha explicado la cuestión alegando que el presidente “quería dar una sorpresa”.
La sorpresa es que Odebrecht quiera regalarle al presidente más de 800 mil dólares hechos cemento en una imitación burda del Corcovado.
Deléitense con la resolución ministerial de abril de este año que se va, rápidamente. Tan rápido que quedará mucho por investigar del Gobierno de Alan García. Una pregunta obligada es si de manera tan libre el presidente puede colocar una masa sobre un espacio que tenía condición de intangible y si la Municipalidad Metropolitana de Lima debía ser consultada sobre ello.